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Agujeritos de pollo

Desde el Gobierno y la parte empresaria están evaluando diversas alternativas para poder recuperar la dinámica exportadora de productos avícolas. China compra el 75% de la producción y no se quieren perder ese mercado.

Redacción

La proliferación de “Influenza Aviar”, conocida popularmente como “gripe aviar”, llevó al Gobierno Nacional, a través del SENASA, a paralizar las exportaciones de productos derivados de la industria avícola. Según la titular del organismo, “la detección de casos hace que el país salga de la posición de ser un país libre de influenza aviar, y empiece a ser uno con influencia altamente patógena en aves comerciales de producción”.

Según la dependencia, hasta el término de la semana pasada, se habían consignado cerca de 7.500 toneladas entre las cargas en tránsito, las ya almacenadas en puerto sin embarcar, y el stock en plantas nacionales. Mercadería que representa para la industria, aproximadamente, 15 millones de dólares.

Para tener una noción de los volúmenes que maneja la industria, según la documentación oficial, las ventas externas de carne aviar en 2022 alcanzaron los U$S 383 millones; superando los 400.000.000 de dólares tomando en cuenta los huevos y derivados. China es el comprador de tres de cada cuatro toneladas que se venden al mundo de parte de la cadena avícola.

Por otro lado, desde SENASA se evaluaba que los estándares sanitarios no son tan rígidos en otros países del mundo. Por ejemplo, tanto en Estados Unidos como México, en el 50% de las regiones donde se cuenta con industria avícola de exportación, están afectados por la gripe aviar y no por ello han interrumpido las exportaciones. Así, el levantamiento de las restricciones actuales, tendrán vigencia hasta tanto el Gobierno Nacional revise los estándares sanitarios con los países compradores.

Desde el sector empresario, además de la inquietud por la interrupción de las operaciones, hay preocupación por lo que sucederá con algunos derivados que no tienen demanda interna.

Desde el Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), tienen claro que si la situación se alarga en el tiempo, es probable que la producción de carne se vuelque la mercado interno, lo que generará desajustes en el supuesto equilibrio de precios – a mayor oferta de pollo, el precio debería bajar -, lo cual repercutirá en la rentabilidad empresaria.

La preocupación principal está puesta en los derivados de la industria aviar que no se consumen en Argentina, como por ejemplo las garras de pollo, y que en China tienen gran aceptación: “allá son muy apreciadas por su tamaño y su forma de presentación. Las garras tienen un proceso de sometimiento de temperatura para poder ser peladas, lo que hace que en minutos desaparezca la posibilidad de contaminación”, sostuvieron desde CEPA.

La propuesta empresaria consiste en utilizar el criterio europeo para administrar la epidemia: si bien en un principio se cerraron todas las puertas de comercialización, lenta y progresivamente, mientras se fue controlando y “encerrando” el virus en determinadas regiones, las ventas se fueron liberando para aquellas que estaban libres de la influenza aviar.

La cosa es que si se demora la reactivación de la exportación, esperemos que esas toneladas de carne de pollo no sean volcadas al mercado interno a precio de exportación; de lo contrario, el pollo pasará a integrar la lista de alimentos incomprables.

Y van…

Fuente: SENASA / Portal Avícola

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