En nuestro país se consumen más de 2.300.000 toneladas de pollo por año. Eso da un promedio entre 2020 y 2021 de cerca de 810 millones de pollos por año de los cuales el 90% se consume en las mesas argentinas. Así, de aquellos añorados 75 kg por habitante de carne de vaca, pasamos a 45 de pollo.
Redacción
Mientras desde algunos sectores del Frente de Todos se intenta instalar socialmente la idea de que en Argentina existe un bajo nivel de desempleo pero salarios bajos; y aunque las estadísticas y las proyecciones reales no puedan soslayar la condición de empleo precario o irregular que supera – sin contar a los desocupados – el 50% de la Población Económicamente activa, lo que crece en Argentina es la producción y consumo de pollos.
El consumo por habitante supera los 46 kg por habitante; y sólo en 2021 se faenaron más de 875 millones de aves (algo más de 2.300.000 toneladas) en los frigoríficos habilitados por SENASA. Las provincias con mayor nivel de matanza son Entre Ríos (379.814.903) y Buenos Aires (259.180.348). bastante relegadas vienen recién Santa Fe, Córdoba y Río Negro, con faenas entre los 37 y 20 millones de animales.
En cuanto a exportaciones, se comercializaron cerca de 228 mil toneladas por un total de 334 millones de dólares. Es decir, algo más de U$S 1.450 por tonelada de pollos.
No es una casualidad el aumento exponencial del consumo per cápita en Argentina. Más allá de los altos precios internacionales que está teniendo el maíz – uno de los principales insumos alimentarios de las aves -, el precio comparado con la carne vacuna es tres veces menor. Según el organismo que agrupa a los productores de aves, el consumo per cápita en el país se incrementó un 200% desde el año 2000.
Es decir: así cómo el consumo per cápita de carne vacuna ha descendido en 25 años de 70 a 47 kilogramos por habitante, el de pollo creció exponencialmente. Para la mayoría de las familias, el ave es lo más cercano a la carne que se puede acceder en una Argentina tracción a pollo.

Fuente: SENASA / AgroFy