La minería argentina le promete al mundo unas cuantas toneladas de metales y minerales para que abarate sus costos de producción industrial, mientras prevén embolsar la friolera de 20.000 millones de dólares anuales. El principal protagonista sería el cobre.
Redacción
El pasado domingo se conmemoró en nuestro país el “Día de la Minería”. Al respecto, hubo alusiones por doquier, además de la enumeración de los 18 proyectos de mayor envergadura que se están desarrollando dentro de nuestro territorio continental. Una docena de ellos están abocados a la extracción de oro; 3 a la plata; 2 al litio y uno al carbón. Durante 2022, el sector facturó exportaciones de metales y minerales en bruto por 3.860 millones de dólares.
¿Pero, y todos los anuncios que se hacen permanentemente no cuentan? Sí; claro que cuentan, pero todavía están en fase de “proyecto” con evolución variada. Más allá de las etapas de prospección, exploración o estudio en la que cada uno se encuentre, el 95% de ellos tienen algo en común: la explotación y el beneficio de la producción se lo llevarán las firmas extranjeras que montarán los proyectos. El Estado nacional y las provincias, solamente cobrarán regalías de explotación según las Declaraciones Juradas emitidas por las firmas; y las “retenciones” por exportaciones de los metales y minerales en bruto.
Por otra parte, como bien se ha detallado durante todo el pasado fin de semana, en diversos medios de comunicación y órganos de difusión gubernamentales y empresarias, Argentina tiene en marcha el impulso de un proyecto de mega explotación de cobre, que incidirá sensiblemente en las existencias globales del metal. Es decir, cuatro explotaciones que en forma casi simultánea aportarían más de 800.000 toneladas anuales; e insertaría a nuestro país dentro de los primeros 10 países cupríferos del planeta.
Para brindar algún detalle de los mismos, el más avanzado es el yacimiento Josemaría en la provincia de San Juan, del cual se espera una producción anual de 131 mil toneladas, y con anuncios de inversiones que superan los 4.000 millones de dólares. En la misma provincia, también está el proyecto Pachón. Este se encuentra en la etapa de los estudios de factibilidad, y del cual se prevén una inversión inicial de U$S 4.500 millones y 280.000 toneladas anuales de producción.
Los otros dos proyectos se encuentran en Catamarca y Salta. En primer lugar, el proyecto Minera Agua Rica Alumbrera (MARA), avanzó a la etapa de Prefactibilidad y tiene una inversión prevista de U$S 3.100 millones y 155.000 toneladas anuales de producción. Por último, está Taca Taca, en la provincia de Salta, que con una inversión prevista de U$S 3.580 millones podrá alcanzar una producción anual de 244.000 toneladas estimadas.
A estos cuatro, se suman otros tantos. También en San Juan, ya hemos mencionado en alguna oportunidad a Los Azules, que cuenta con dos unidades y donde está prevista una inversión de U$S 2.300 millones y una producción anual estimada en 186.000 toneladas. En la misma provincia, también se desarrolla Filo del Sol. Aportaría 67.000 toneladas anuales; en base a una inversión de U$S 1.250 millones. Asimismo, en Mendoza, el proyecto San Jorge demandaría U$S 370 millones de inversión para unas 40.000 toneladas al año de cobre.
Sumando estos cuatro últimos proyectos, Argentina aportaría al mercado mundial una oferta de al menos 1.200.000 toneladas anuales de mineral de cobre en bruto.
El potencial nacional en esta materia, decanta de una operación geológica básica: comparte cordillera, macizo y Andes centrales con los dos mayores productores del continente y tal vez del mundo como son Chile y Perú. Si no se había explotado a gran escala el cobre en Argentina, fue o por acertadas políticas de protección; o bien por sus intenciones contrarias: utilizar las existencias argentinas como “reserva mundial” de cobre, y no como patrimonio natural estratégico de la Nación.
Se calcula que en los próximos 15 años, la demanda de metales y minerales directamente asociados con la electrónica, microelectrónica, comunicaciones y energías “limpias” se duplicará. Más allá de ese periodo, quién sabe qué pasará, pero si atendemos a fenómenos tales como el mercado hidrocarburífero, es fácil realizar una prospección de cuáles serán algunos de los conflictos internacionales de aquí a fin de siglo.
La Secretaría de Minería de la Nación estima que para 2025, las exportaciones mineras alcanzarían los U$S 8.596 millones. Es decir, se duplicarían en sólo tres años. Los funcionarios de la cartera ya pagaron por sacar las cuentas: para 2030, las ventas externas mineras serán de 18.500 millones de dólares: U$S 8.730 millones provendrán del litio; las de cobre aportarán los mencionados U$S 6.511 millones; y el resto de estimas que tendrán como fuente al oro, la plata, y metales y minerales “críticos”.
¡Ah! No aclaramos la efemérides… el 7 de mayo celebramos en nuestro país el “Día de la Industria Minera”, como homenaje a la primera «Ley de Fomento Minero», que fue sancionada el 7 de mayo de 1813 por la Asamblea Constituyente, a propuesta de las autoridades revolucionarias de los primeros años de nuestra Nación.
A 210 años de aquella normativa fundadora, valga este homenaje colonial que las autoridades nacionales y provinciales, y el sector empresarial argentino y extranjero, le están brindando a aquellos asambleístas.
Fuentes: Secretaría de Minería de la Nación / INDEC / Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM)