Tuvo lugar en Beijing, la 24° Cumbre entre el China y la Unión Europea. Estos no quieren que los asiáticos impongan en su bloque, lo que ellos mismos tratan de instalar en Sudamérica. Simpáticamente, Xi Jinping les marcó la cancha.

Redacción

La semana pasada tuvo lugar una nueva cumbre entre los líderes de China y la Unión Europea (UE). En los días previos, la propia presidenta Ursula von der Leyen, había expresado expresó la preocupación del bloque europeo por la creciente desproporción en el intercambio comercial con China.

El planteo fue lógico: de cada tres contenedores que llegan a Europa, dos de ellos retornan vacíos para China. La mandataria aseguró que los líderes europeos no tolerarán por mucho tiempo la actual situación, empeorada durante los últimos dos años. 

Von der Leyen, reconoció la voluntad de parte de China por establecer relaciones recíprocas, y que así como el gigante asiático redujo su dependencia del mundo, «acrecentó su relación inversa» y la superabundancia de los productos, afectando el mercado interno comunitario y la propia industria europea.

En criollo: Europa le reclama a China que no haga lo que Europa hace y pretende seguir haciendo, con los países de Sudamérica y los acuerdos de libre comercio que se negocian con el MERCOSUR.

El presidente chino, Xi Jinping, fue práctico: pidió a la Unión Europea (UE) abordar las divergencias de manera colectiva y fortalecer las soluciones políticas para asuntos internacionales urgentes. Llamó a no reducir el nivel de colaboración mutua ni a competir o entrar en confrontaciones por las diferencias.

Desde la UE, calificaron al gigante asiático como el socio comercial más importante de la Unión Europea; al tiempo que manifestaron que el bloque busca una relación estable con Beijing que beneficie a ambas partes y basada en principios de transparencia, previsibilidad y reciprocidad.

Xi Jinping se las hizo corta: dijo que su país está dispuesto a considerar al bloque europeo como un socio principal en el comercio y la cooperación económica, una prioridad en la colaboración científica y tecnológica, y un socio confiable en las cadenas de suministro y la industria.

Conclusión: China para los chinos, y que Europa se aggiorne a los tiempos que corren. Se ve que en Beijing no andan con mucha vuelta.

Fuente: Almayadeen