La Unión Europea atraviesa un delicado momento de equilibrio interno por tres factores principales de coyuntura: el conflicto en Ucrania, el rol de la OTAN, y las elecciones en el seno del bloque. Borrell, su canciller, juega a acumular o destruir. No hay medias tintas.
Redacción
El representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, manifestó ayer en el Foro de Industrias de Defensa UE-Ucrania, que el bloque continental proporcionará apoyo financiero a empresas europeas para que cooperen activamente con Kiev en la industria de defensa y transfieran la producción de armas a territorio ucraniano.
En el evento se encontraban 140 firmas provenientes de los 25 estados miembros de la UE. Advirtió que en la guerra, “la innovación y la audacia son esenciales para prevalecer», que «si el equipo militar que Ucrania necesita puede ser producido rápidamente por la industria de defensa ucraniana, yo digo que se lo compremos. Ayudémosles a producir en casa. Y proporcionemos la capacidad financiera para comprar esa producción».
La propuesta de financiación que ensayó Borrell ante los presentes, fue la de canalizar los activos congelados pertenecientes a Rusia que posee tanto la UE cono sus aliados, y transferírselos a Ucrania, para que este país costee las necesidades militares y fondee la industria de defensa ucraniana. De esta manera, según el diplomático, los ucranianos podrían «producir por sí mismos, en su territorio, cerca de sus necesidades, ahorrando costos de transporte y evitando demoras».
Previo al fin de semana, en una disertación en la Universidad de Oxford, en Gran Bretaña, Borrell le había “mojado la oreja” a Estados Unidos. Según el funcionario europeo, a raíz de la polarización política de los norteamericanos, el paquete de ayuda militar para Ucrania se habría retrasado seis meses, lo cual consideró, “en plena guerra, medio año es mucho tiempo. Puede marcar la diferencia entre ganar o perder».
Si bien el jefe de la diplomacia europea calificó en ese evento a Rusia como «la mayor amenaza existencial para Europa», admitió que esa opinión no es apoyada por todos los miembros del Consejo Europeo, y destacó que las discrepancias políticas pueden llevar a la derrota de Ucrania.
Además, subrayó que la UE debe construir su propio sistema de seguridad, no dependiente de EE.UU.: «No podemos hacer que nuestra seguridad dependa de las elecciones estadounidenses cada cuatro años. Así que tenemos que desarrollar más nuestra política de seguridad y defensa. […] Tenemos que aumentar nuestras capacidades de defensa y construir un pilar europeo fuerte, dentro de la OTAN», indicó.
Así, en un espacio de cuatro días, Borrell se encargó de mojarle la oreja a Rusia y Estados Unidos por igual. La guerra en Ucrania entró hace unos meses en su fase definitiva. Borrell lo sabe, y se especula que solamente está presionando a sectores del bloque para que tomen posesión de cara la inminente posguerra.
Esto incluye a la OTAN y los yanquis en particular. Astutamente, intenta arrancar algún anuncio-promesa de los candidatos principales de cara al próximo año.
No hay que olvidar que la UE también está en periodo de elecciones de mandatario. En eso Borrell también juega a acumular o destruir.
Fuente: PIA / Rebelión / RT