De Mendiguren: “Argentina es un bien público global”

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El secretario de Industria y Desarrollo Productivo de otros países menos el nuestro, José Ignacio de Mendiguren, le puso el moño de regalo a nuestra minería y recursos naturales estratégicos durante una de las más importantes ferias del sector. Dados los acontecimientos de la Plaza de Mayo que tuvieron lugar ayer, “en la radio no hablaban de ti” y en los diarios menos. Léelo en Chasqui.

Redacción

Es información. No es conspiranosis. Datos que han sido publicados oficialmente y declaraciones públicas en el marco de actos de Gobierno. Hechos sobre los cuales no se posó el debate político. El “entretenimiento” de los últimos 10 días respecto de lo que pasaría en el acto de ayer en Plaza de Mayo, corrió la mirada de los terrenos donde las cosas se definen.

Durante la primera parte de la semana tuvo lugar en el predio de La Rural de la Ciudad de Buenos Aires, la exposición “ArMinera2023”. En dicho evento, se reúnen las principales empresas mineras de capitales extranjeros, subsidiarias locales y regionales, cámaras empresarias nacionales, PyMEs asociadas al sector, “expertos”, bancos, compañías de seguros, funcionarios y mandatarios del Ejecutivo Nacional y los principales gobernadores “mineros”.

Como era de esperar, estuvieron todos en la cita. Es difícil resumir cuatro jornadas de deliberaciones en unas pocas líneas, pero lo principal fueron tres líneas de acción.

Primero, la voluntad de los principales mandatarios provinciales ligados al sector minero, de no resignar la potenciación del modelo extractivo-exportador. Si el Estado Nacional promueve una alternativa soberana que no altere los números del negocio, mejor. De lo contrario, que sigan viniendo, ingleses, chinos, australianos, canadienses y norteamericanos.

Segundo, la voluntad expresa de las cámaras locales de poder seguir “adentro” de la cadena a cualquier precio, adaptándose a la requisitoria extranjera. Para ello necesitan capital y contratos. Lo que suplican es simple: que el Estado Nacional financie la capitalización para poder asegurar el contrato con la multinacional, sin afectar la ecuación económico-fiscal que promueven los gobiernos provinciales. Unos piolas bárbaros.

Tercero, la voluntad del Ejecutivo nacional de erigir a la Argentina como país minero y proveedor de materia prima de metales y minerales a las grandes factorías industriales en América del Norte, Europa y Asia Central. Es decir, replicar el rol que tiene nuestro país en el comercio internacional de granos pero con el caso de la minería – y la energía también-.

Así, y en ese marco, los muchachos liberales desplegaron todo el potencial posible en materia de entrega. Una de las frutillas de la torta, fue la presentación del Plan de Desarrollo de Proveedores.

El “superministro” de Economía casi Presidente aunque candidato ma’ non tropo, Sergio Massa; junto con el secretario de Industria y Desarrollo Productivo de otros países menos el nuestro, José Ignacio de Mendiguren; y la secretaria de las multinacionales mineras que ejerce como titular de la cartera nacional del sector Fernanda Ávila; presentaron el programa de inversión y financiamiento ante 280 empresas de la cadena.

Según el anuncio, el programa incluye 12.000 millones de pesos (U$ 24 millones de dólares) del programa Crédito Argentino (CreAr), y una nueva línea de créditos directos del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (FONDEP) y del Fondo de Asignación Específica (FAE) de la Secretaría de Minería. El objetivo es “potenciar las exportaciones industriales, la sustitución de importaciones, impulsar proyectos estratégicos para el desarrollo de la estructura productiva y multiplicar la generación de empleo”. En criollo, financiar el desarrollo de la cadena de proveedores de las multinacionales.

Para que el lector tenga dimensión de la “gran inversión”, durante 2022, las empresas mineras que explotan los distintos yacimientos en nuestro país exportaron por U$S 3.860 millones dólares. Por tanto, lo destinado a los proveedores equivale al 0,62% de lo exportado en sólo un año. En la actualidad, además de una treintena de proyectos en estudio, en Argentina hay 18 explotaciones de gran escala y de cara al mercado externo de metales y minerales en bruto: 12 de oro, 3 de plata, 2 de litio y 1 de carbón.

Tal vez la mayor barbaridad de parte de un funcionario nacional que se escuchó en años, estuvo a cargo de De Mendiguren. Afirmó que “Argentina es un bien público global”, en su mal intento por justificar el estampillado de venta a sola firma, con el argumento de que Argentina “tiene en abundancia lo que el mundo demanda”. Luego de eso, remató en un contrasentido flagrante, que de cara a generar una estructura productiva compleja, el programa Argentina Productiva 2030 apunta a multiplicar por 10 el volumen de exportaciones mineras.

Leyó bien: el “volumen”, la cantidad; no el valor. En criollo, si en lugar de litio en bruto se exportaran computadoras enteramente de integración nacional, el mineral de vendería prácticamente con varios centenares de puntos porcentuales de valor agregado. Eso sería lo correcto.

Pero lo que está diciendo el clásico y legendario funcionario/empresario/banquero importador, es que Argentina seguirá despachando mineral en bruto en forma masiva, y elevará por 10 su cantidad en los próximos 6 años.

Tras cartón, ofreció al auditorio un “cuento de hadas”: “hoy anunciamos más financiamiento para que su cadena de proveedores de bienes y servicios siga invirtiendo, creciendo y generando empleo”. Es decir, una inversión para firmas nacionales equivalente al 0,60% de los exportado anualmente por las multinacionales.

Para no caer en acusaciones tales como que De Mendiguren le está tomando el pelo al pueblo argentino, diremos que dicha financiación ante la dimensión que posee la actividad minera, es insignificante para la multinacional, e imposible de sostener el endeudamiento que esas cifras generan en nuestro mercado interno con las tasas de interés actuales por mejor subsidio que apliquen.

El anuncio habla de créditos de hasta 60 millones de pesos, con un interés anual del 49%. En criollo, la tasa a pagar por año excede en 1,5 veces cualquier resultado productivo considerado excelente para una actividad de prestación de servicios básicos a una extractiva.

¿O qué tipos de contratos piensan que pueden firman las PyMEs nacionales con las cifras expuestas? Dudamos que excedan el rango de los servicios de catering, limpieza, seguridad y/o reparaciones. Por lo tanto, lo más probable es que dichas PyMES, para no desaparecer, terminen siendo absorbidas por el complejo extranjero por menos dinero y más exigencia. Es decir, el esquema de negocios aplicado desde mediados de 2012 en Vaca Muerta.

En fin… de esta nota solamente recuerden el título: “Argentina es un bien público global”. Nunca estuvieron mejor certificadas las políticas de entrega.

Fuente: MEcoN / SIyDN / SMN / Prensa ArMinera2023

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