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La cadena tabacalera tuvo se cónclave internacional en Salta. Allí se discutieron varias aristas que hacen a la vida del sector tanto en Argentina como a nivel global. El debate giró en más o menos lo mismo de todas las cadenas agropecuarias: la falta de precio sostén, las pérdidas a pesar de la exportación, y el factor climático.

Redacción

Así como días pasados dimos cuenta de que el tabaco misionero logró un principio de acuerdo para los precios del kilo de hoja entre todos los eslabones del sector, en Salta y Jujuy aún hay debates que se están dirimiendo. Si bien, se supone que arribarán a los mismos términos negociados en el NEA, la atención por estos días estuvo un tanto dispersa para el sector.

Sucedió que a comienzos de semana se realizó en Salta el Encuentro Regional de las Américas del International Tobacco Growers´s Association (ITGA).  La organización fue creada a principios de la década del ’70 por los principales países productores de tabaco como Argentina, Brasil, Canadá, Estados Unidos, Malawi y Zimbabue; a los que con el correr d ellos años, se sumaron casi una veintena más y luego se integraron dieciséis países más.

El objetivo de la organización es organizar la voz de los productores en el escenario global de la cadena, más allá de las particularidades de cada uno de los países miembros.

Por nuestro país, además de las entidades que nuclean a los productores primarios, participaron representantes de la ITGA en nuestro país, y funcionarios provinciales y del Ministerio de Economía nacional.

Entre las principales intervenciones del encuentro, desde la entidad se refirieron a la posibilidad de implementar las denominadas “buenas prácticas agrícolas”, para colaborar con el ambiente, pero al mismo tiempo readecuando y refuncionalizando los recursos hídricos. También se destacó la necesidad de fortalecer el Fondo Especial del Tabaco (FET) – que depende del Gobierno Nacional -, que por estos momentos es fundamental para poder sostener la actividad productiva primaria.

Se dijo también, los actores de la cadena, han solicitado a los gobiernos provinciales, que lleven adelante las gestiones necesarias ante la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, para obtener una reducción en los derechos de exportación -retenciones-, y de generar mejores condiciones logísticas.

Eso fue en línea con los argumentos expuestos respecto a los perjuicios que sufrió el sector durante 2022, a causa de los aumentos generalizados de los costos de producción y comercialización, derivados de la guerra en ucrania, pero también del desequilibrio internacional en materia logística que encareció significativamente el flete marítimo, cosa que repercute en los precios generales.

Pero además se han dato por cuestiones climáticas que han perjudicado sensiblemente ala producción en Salta y Jujuy. Según los representantes de los productores, entre el granizo, la sequía y las lluvias abundantes intempestivas, entre ambas provincias se perdieron 20.000 toneladas de tabaco.

Por otro lado, se puso énfasis en los costos dolarizados de los insumos. Explican algo sencillo de entender: tanto los repuestos de vehículos, maquinarias y agroquímicos se pagan a precio de dólar informal (arriba de $390), pues provienen de la importación. Al mismo tiempo deben costear el flete – generalmente carretero – hasta Buenos Aires (1.600 kilómetros). De allí, las ventas, pasadas a dólares se cobran a precio oficial ($190) teniendo en cuenta las retenciones del 12% y demás impuestos y tasas que deben pagar los establecimientos.

Luego vinieron las clásicas quejas respecto de que “la gente no quiere trabajar en el campo”, y que la mano de obra es fundamental en cultivos como el tabaco. Lo cual es verdad, dado que en promedio y según la zona de producción, se necesitan 95 jornales (días de trabajo) por hectárea para sacar la producción. Los cultivos extensivos requieren entre 0,33 y 0,44 jornales por hectárea en todo el ciclo de producción.

De allí, según los empresarios la alternativa insoslayable de tener que incorporar maquinaria desde el extranjero, para mecanizar varias de las tareas que requiere el cultivo. Lo que no pudimos averiguar es de cuánto dinero se trata el jornal que las empresas y los productores contratantes pretenden abonar, y por cuantos días demandan la mano de obra.

En lo formal, el salario base para la actividad en Salta y Jujuy está pautado desde octubre pasado en cerca de 80.000 pesos; y el jornal algo más de $3.500. Para los cosecheros, el salario se acerca a los $ 84.800; y el jornal, ronda los 3.725 pesos diarios.

Lo cierto es que el tabaco no tuvo una buena temporada 2022. Sin embargo, eso no quita que el problema no sea el mismo se siempre: la falta de infraestructura productiva y logística; más la carencia de un criterio ordenado y proyectado de planificación de la producción; con el agravante de la existencia de una estructura logística que en lugar de fortalecer atenta contra la productividad del sector; pone blanco sobre negro de cara a lo que parece la única alternativa buscada tanto para el tabaco como para cualquier otro sector de la economía: exportar como se pueda, conseguir dólares como sea, gastar lo menos posible, o que sea el mercado interno el que resuelva el problema pero pagando precios internacionales.

En fin; que la guita la ponga el Estado para subsidiar los gastos del comercio exterior; y que la rentabilidad sea materia intangible.

Fuentes: Gobierno de Salta / El Tribuno / ITGA

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