Desde la Comisión Nacional de Trabajo Agrario (CNTA) se informó que se otorgará un bono especial de fin de año para los trabajadores rurales registrados. El mismo alcanza los 20.000 pesos y será pagado en dos cuotas con los haberes de diciembre y enero.

Redacción

Las negociaciones tuvieron varios capítulos, dado que los representantes de las entidades patronales se negaban a abonarlo – a cuánto mucho – actualizar por inflación lo pagado en 2020 ($ 10.000).

La CNTA está integrada por funcionarios de las carteras nacionales de Economía, Trabajo y Agricultura, Ganadería y Pesca. Por la parte sindical, tiene dos representantes por UATRE. Por el sector empleador, está integrada por miembros de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Federación Agraria Argentina (FAA), Confederación Intercooperativa Agropecuaria (CONINAGRO), Sociedad Rural Argentina (SRA) y la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

Según trascendió, el resultado final de las negociaciones, ocasionó dificultades en el sector empleador, a partir de que el representante de la FAA estuvo a favor de la decisión de otorgar el bono. Además del desacuerdo de las demás entidades agropecuarias, hubo manifestaciones desde el seno de algunas economías regionales.

Por ejemplo la Federación de Productores de Río Negro y Neuquén y la Cámara de Exportadores de Citrus del Noreste Argentino – ambas adheridas a CAME -, respectivamente argumentaron: “Pagar un bono a los trabajadores rurales es sumarle más presión al sector agropecuario. Los productores somos quienes necesitamos una asignación extraordinaria para afrontar la próxima temporada”; o en el caso de CECNEA, “los productores exportadores la Cámara no está representada ni interpretada por las grandes entidades del agro o la CNTA. Cien trabajadores de prestación continua en UATRE es un número estándar para una empresa de productores exportadores del Citrus”.

Más allá de las distintas manifestaciones, quejas o reivindicaciones, la situación en las denominadas economías regionales – aquellas no ligadas a las grandes exportaciones agropecuarias -, dependen cada vez más de la demanda del mercado interno, dado que los saldos exportables para el sector no les permiten tener un margen suficiente para mover la rueda la siguiente temporada.

Es hora por lo tanto que esos sectores de la producción puedan exigir condiciones de producción y comercialización sustentables en el tiempo, y apostar al consumo interno. El Gobierno, por su parte, tiene la oportunidad histórica de ordenar la dinámica del sector y solucionar varios conflictos innecesarios al mismo tiempo.

Fuentes: UATRE / Mesa de Enlace / CAME / CNTA / Bichos de Campo