La CAFMA impulsa un proyecto de ley para el sector, donde se establezca un porcentaje de integración de partes nacionales. Denuncia asimismo, una diferencia de 8 a 1 con referencia a las importaciones extranjeras.

Redacción

La Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA), volvió a reclamar por el nulo avance para su tratamiento del proyecto de Ley de Maquinaria Agrícola nacional.

Según viene promoviendo CAFMA, la iniciativa busca fomentar un mayor porcentaje de integración nacional en los componentes de las maquinarias que se fabrican en el país. Específicamente, lo que pretende la entidad es que sea una ley la que fije cuál es el porcentaje de partes nacional que debe tener una unidad para ser considerada argentina y desde allí canalizar en otros regímenes de promoción y comercialización.

CAFMA afirma que aprobar la Ley de Maquinaria Agrícola “obligaría a muchas compañías a incrementar su participación de componentes locales para poder contar con financiamiento crediticio”. Eso implicaría una multiplicación de la demanda casi inmediata de 30.000 puestos de trabajo adicionales a los actuales en la cadena.

La entidad informó que todas las fábricas que integran CAFMA, generan alrededor de 10.650 empleos, contra 1.250 de los importadores. Si a estos se le incorporan los puestos de trabajo de los proveedores de partes y servicios, suman actualmente 40.000 trabajadores en la cadena de la maquinaria agrícola.

Por lo tanto, según los parámetros de cálculo industrial nacionales, el sector terminal sumaría 11.000 puestos de trabajo, y los fabricantes de partes alcanzarían los 49.000 puestos de trabajo totales.

CAFAMA manifiesta que el proyecto de ley no está pensado en ponerse en contra de las firmas extranjeras, pero si equiparar la situación argentina a la de Brasil. Según los referentes de la entidad, en el vecino país, los créditos de financiación de la cadena a tasa subsidiada solamente se otorgan a las empresas brasileñas fabricantes.

Distinta situación ocurre en Argentina, donde tales líneas de financiación se fundan en la “espalda” empresaria, y se subsidia tasa a empresas que solamente ensamblan componentes importados. La ventaja competitiva que obtiene el importador extranjero en nuestro país, es que la diferencia de facturación bruta es de 8 a 1 a favor del foráneo.

Esa diferencia de facturación implica asimismo que con las ventajas comparativas que tiene el extranjero respecto del fabricante nacional, más los créditos baratos a los que acceden, no sólo financian, sino que también subsidian el trabajo industrial en sus países de origen y no agregan valor a nivel local.

Ayer nomas, esta redacción publicó el anuncio del lanzamiento de las líneas de créditos a tasa subsidiada por 60.000 millones de pesos por parte del Banco Nación. Si no se limita al capital extranjero, ya saben dónde irá aparar el dinero de la banca nacional.

Fuentes: CAFMA / banco Nación / Prensa AgroActiva