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La industria nacional en rojo

El reciente informe de la Universidad Nacional de Moreno (UNM) revela una realidad preocupante: la industria nacional registra caídas de dos dígitos en la mayoría de los rubros. Para el futuro, los empresarios adelantan que la tendencia se profundizará si no cambian los lineamientos económicos del gobierno y se liberen dólares para poder importar.

Por Fernando Córdoba y Lucas Benítez*

Los datos del Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI) publicados por el INDEC son contundentes: la industria ha experimentado una caída del 12,4% interanual en enero de 2024. Destacan descensos interanuales significativos en alimentos y bebidas del 6,4%; producción textil del 9,5%; industrias metálicas básicas del 19,3%; y otros equipos, aparatos e instrumentos del 32,5%. Por su parte, maquinaria y equipo cae 33,5%, lo que preanuncia una fuerte caída de la inversión en toda la economía, a partir de la baja de ventas de productos y servicios nacionales.

Otra fuente de datos para el mismo mes, en este caso privada, es CAME, quien afirma que todos los sectores manufactureros del segmento pyme tuvieron fuertes caídas en la comparación anual, pero los más afectados fueron Papel e Impresiones (-41,7%) y Químicos y plásticos (-35,6%).

Siendo un sector mayoritariamente dependiente del mercado interno, las principales causas de este declive son:

Disminución del gasto público: El ajuste fiscal implementado por el gobierno ha impactado negativamente en la demanda de bienes y servicios, lo que ha repercutido en la actividad industrial. En el caso del parate de la obra pública es notorio como afectó a las industrias conexas.

Caída del consumo: La pérdida de poder adquisitivo de los salarios y la incertidumbre económica han provocado una reducción del consumo interno, otro factor clave para la industria.

En efecto, los datos muestran que el componente autónomo de la demanda por excelencia, el gasto público real, sujeto a decisiones de política económica del gobierno, ya mostraba signos de contracción en diciembre de 2023. La situación empeoró notablemente en enero de 2024, experimentando una significativa disminución del -25,59%.

Complementariamente a la baja del gasto público, otro componente explicativo de la performance industrial es la caída del consumo asalariado inducido a partir, fundamentalmente, de la baja del -18,86% en el ingreso real de los y las trabajadores en diciembre de 2023. Además, para enero, los datos preliminares también muestran caídas interanuales en los ingresos de los trabajadores.

Cabe destacar que la caída de la producción industrial tiene un impacto directo en los indicadores de actividad macroeconómica. Entre las consecuencias más graves, podemos mencionar:

Pérdida de empleos: El cierre de empresas y la reducción de la actividad industrial provocarán la pérdida de miles de puestos de trabajo, lo que agrava la situación social del país.

Desindustrialización: El proceso de desindustrialización está en marcha, con el cierre de empresas y la reconversión hacia actividades comerciales sin ningún valor agregado. La apertura indiscriminada de importaciones profundizaría este efecto adverso para la industria nacional.

En resumen, los indicadores de la producción manufacturera para enero de 2024 reflejan una tendencia preocupante, con una disminución generalizada en diversas ramas. La contracción del gasto público, la reducción del salario real y la disminución de la capacidad instalada utilizada emergen como factores clave que explican este deterioro. Es claro entonces que es imposible escindir la relación entre el sector público (el manejo del gasto y la inversión pública) y el privado (niveles de salarios, de empleo y de inversión) cuando se explican los factores que afectan –para bien o para mal- la actividad económica.

Desde nuestro modelo explicativo, la disminución del salario real y del gasto público determinan la baja en el consumo interno, generando así varios efectos conexos: la disminución en las ventas de las empresas manufactureras, la menor utilización de los “fierros industriales” instalados y una caída de la inversión inducida por la actividad y del empleo industrial, que se verificará cuando se publiquen estos indicadores. En definitiva, ¿sin demanda interna quién va a producir?

La industria es un sector fundamental para el desarrollo económico de los países y fuente central del proceso de inversión, de innovación tecnológica y de puestos de trabajo de alta productividad. Para poder revertir la situación de los últimos meses es necesario un cambio de rumbo en la política económica.

*Economistas Universidad Nacional de Moreno – CEEPyD.

Fuente: Tiempo Argentino

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