Ingleses, españoles, chinos. Barcos, batallas navales y licencias ilegales. Raros enclaves portuarios nuevos; y niños exploradores al servicio de la corona. Faltan Jack Sparrow, Kun Fu, Torrente; y cartón lleno. No hay remate.
Redacción
Parece joda, pero no es joda. El pasado sábado, según los medios españoles y también consignado por la agencia Agenda Malvinas, tuvo lugar una sesión de barquitos chocadores en algún punto del Atlántico Sur. Si bien no se dio a conocer la ubicación exacta de la batalla, habría ocurrido en algún punto de nuestro territorio marítimo invadido por los ingleses.
Así, el pesquero español Playa Pesmar Uno se trabó en lucha naval contra otro pesquero de origen chino o coreano, para dirimir mediante choques quién se quedaba con esa área de pesca que corresponde a Argentina. Aparentemente, el español chocó al asiático, porque este lo venía “asediando”. Lo que se sabe es que el ibérico, luego de la disputa, enfiló proa hacia el taller de reparaciones navales y contrabando instalado en Montevideo, con dos “boquetes” en el casco que en principio no alterarían su navegabilidad.
El buque pertenece a la armadora Pesquerías Marinenses, del grupo empresario Pesmar y había sido destinado a la pesca “en aguas internacionales del Atlántico sudoccidental”, como parte de los contratos ilegales pesqueros que España firma con Gran bretaña a cambio de licencias de captura. Oficialmente el armador declaró que el Pesmar Uno no estaba en aguas jurisdiccionales argentinas, porque para ellos navegaban en aguas inglesas con permiso inglés. Ergo, navegaban en aguas argentinas, invadidas por los británicos, y que los españoles legitiman haciendo negocios con ellos.
El Pesmar Uno es un viejo conocido por los argentinos. En 2018, fue capturado por la Prefectura mientras saqueaba 320 toneladas de productos marítimos. Lo buenos que seremos los argentinos que les devolvimos el barco a los españoles.
Ahora bien, estas afrentas de barquitos chocadores son aparentemente bastante comunes. Los españoles reportan un incidente similar en 2020, cuando un barco chino persiguió a otro buque español por “interferencia” en la zona de pesca.
El asunto no es que uno es bueno y el otro es malo. Son malos por igual. Los chinos hacen lo mismo. Por un lado mandan flota pescar en milla 201 ilegalmente, pero por otro, acuerdan licencias de pesca con Inglaterra al igual que los españoles.
La diferencia está, en que – como hemos contado en más de una oportunidad – los chinos han declarado a nuestro Atlántico Sur como “territorio estratégico de pesca de ultramar”, y les importa tres pitos si eso a nosotros nos ofende. Con los ingleses hacen negocios porque son chinos, no boludos. Saben que Gran bretaña torpedearía el buque con su armada de invasión.
El chino tiene quién le escriba
Además, los asiáticos tienen otros intereses en la región y la tiene servida. Es conocido ya el memorándum firmado con el Gobierno de Tierra del Fuego. En lo formal y oficial, China – a partir de una de sus empresas –, construiría en Ushuaia un complejo portuario con capacidad de almacenamiento anual de 600.000 toneladas de amoníaco sintético y 900.000 toneladas de urea; más una central eléctrica asociada de 100 MW.
Voces disidentes al proyecto, pero vinculadas ala negociación dejaron trascender que ese enclave portuario, sería un “cuento chino”; y que lo que en realidad se pretende es la construcción de una base naval con un muelle, salida al mar y puerta de entrada a la Antártida.
En función del recorrido que venimos haciendo desde esta Redacción con los quehaceres chinos en nuestro Atlántico Sur, lo que ellos pretenden en la isla es plantar una base logística propia para lo que guste mandar. En primer lugar, tener enclave cerca de su “territorio estratégico de pesca de ultramar” – nuestro Atlántico Sur – disputándole hegemonía en la zona con otros artilugios.
Los chinos no necesitan invadir militarmente. Ya lo han demostrado; y ejercen su propio control y gravitación geopolítica en la región a su manera. China asegura que invertirá al menos 1.250 millones de dólares para llevar a cabo todo el emprendimiento en la provincia, y al Gobernador Melella le viene fenómeno la guita. Y punto.
Por lo demás, con ese poder logístico ahora más consolidado, si quieren entrar a la Antártida lo van a hacer sin preguntar, y preguntando también.
El mencionado memorándum firmado por la Gobernación y la firma Shaanxi Chemical Industry Group, la empresa asiática se compromete a » invertir en Tierra del Fuego, sumar a la fortaleza en materia científica y tecnológica, esforzase por aumentar el valor agregado a los recursos energéticos locales, contribuyente al desarrollo económico de la provincia”. Según la fuente, el acuerdo es por tres años, “con renovación automática por un período similar salvo una de las partes comunique la decisión de no seguir con el acuerdo”.
Exploradores varios
Mientras estas cosas trascurren, legisladores nacionales solicitaron al Gobierno Nacional que informe a través del Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Exterior y Culto, Santiago Cafiero y del ministro de Defensa, Jorge Taiana, sobre los movimientos del buque oceanográfico británico RRS Sir David Attenborough, con bandera invasora de las islas ‘Falkand’, “entre Puerto Argentino y Punta Arenas y el vital apoyo logístico implícito a dicha operación prestado por el Gobierno de la República de Chile”.
¿Qué hace un buque oceanográfico ingles en nuestras aguas? Daño; como siempre.
Pero además, hay una “grata” noticia y una gran casualidad. El INIDEP informó que el Buque de Investigación Pesquera Oceanográfica (BIPO) “Víctor Angelescu”, zarpó hacia las Islas Georgias del Sur, donde realizará una campaña de 35 días, con el objeto de reforzar el conocimiento científico sobre las especies que habitan la zona, y aportar datos sobre las poblaciones de peces que contribuyan a la sustentabilidad de la pesquería de merluza negra en las Georgias del Sur.
Usted dirá, “pero ese territorio está invadido por los ingleses, ¿qué hace un barco nuestro ahí?”. La explicación es simple: entre todos los acuerdos de entrega que Argentina ha firmado con Gran Bretaña en los últimos 35 años, hay uno que establece que Argentina debe enviar los resultados de todos los estudios a las organizaciones que los británicos indiquen para su revisión, previo a cualquier asiento oficial en nuestros registros.
En este caso, la investigación en las Georgias del Sur, la campaña se desarrollará en el marco de la Convención sobre la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), de la cual la Argentina es parte e Inglaterra actor fundamental, y por lo cual destinó su buque oceanográfico Attenborough a nuestra región.
Para terminar, decimos que el Angelescu era el barco de INIDEP, que no navegó en todo el verano por carecer de certificaciones y seguros. Ahora, aparecieron.
No hay remate.
Fuentes: Gobierno de TDF / Agenda Malvinas / Iprofesional / Infobae / PalSur