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En un reflejo casi automático de lo que se ha convertido el mercado laboral argentino – gente que reparte cosas en bicicleta -, la Secretaria de Minería de la Nación fue a repartir territorio nacional a Inglaterra. Es más, abrieron la Embajada, barrieron y pusieron los copetines. Lea y entérese.
Por Pablo Casals
El pasado lunes, la información oficial difundida desde el Ministerio de la Producción decía que la Secretaria de Minería de la Nación, Fernanda Ávila, había encabezado una “misión” al Reino Unido, donde mantuvo “una nutrida agenda de reuniones con inversores y actores claves para el desarrollo del sector minero”.
Según el parte de prensa, la secretaria Ávila presentó un informe detallando la “actualidad de la minería argentina y sus perspectivas”. Desde el gobierno se invitó a las empresas de capitales británicos a invertir en la exploración y desarrollo de los proyectos mineros en todo el territorio nacional.
Antes de continuar, recuerden los lectores que el Reino Unido sostiene una invasión en nuestro territorio que data de 190 años, y que en apenas dos meses, se cumplen 40 años de la guerra en las Islas Malvinas… Sigamos.
La Secretaria dijo una serie de cosas. Algunas son verdad, y otras son mentira. Una de las primeras por ejemplo, es que “Argentina cuenta hoy con los minerales claves para la transición energética y la electro-movilidad, con importantes proyectos de litio y cobre en distintas etapas de desarrollo. El enorme potencial geológico del país, en conjunto con leyes que fomentan una minería social y ambientalmente responsable, han colocado al país en la mira de los inversores, lo que ha quedado plasmado en los dos últimos años, en los que, pese a la pandemia, se han realizado importantes anuncios de inversiones en materia minera”.
Gran verdad: Argentina posee recursos minerales para abastecer todo tipo de industrias estratégicas, y en cantidad suficiente para que nuestro país no posee dificultades de ningún tipo en materia de desarrollo industrial y tecnológico. También es verdad que este gobierno – y el anterior y el anterior a ese, etc -, le abrieron las puertas al mundo para que se lleven esas riquezas a sola Declaración Jurada y sin regulación de precio. Argentina, sólo tiene potestad sobre el pasivo ambiental que queda, una vez concluidas las explotaciones.
Por ejemplo, se anunció que en La Alumbrera, luego que multinacionales de la Commonwealth británica explotaran sus riquezas durante 25 años, van a tapar el pozo con huertas orgánicas. Una especie de “gran quinta en las altas cumbres”, de las cuales se harán responsables los pueblos originarios. La verdad, los únicos con el tesón suficiente para poder revertir un desastre de tamañas características, y con sus manos como única herramienta.
Volviendo a las verdades de la “misión” de Ávila, el Reino Unido, “manifestó interés” en trabajar en conjunto para “asegurar un suministro globalmente sostenible de minerales críticos que beneficie a todas las naciones”. Cosa que Argentina viene ratificando el cumplimiento de ese deseo internacional: el incremento de la presencia de multinacionales mineras extrayendo y explorando el territorio para futuras exploraciones ha proliferado en forma exponencial a instancias de los gobernadores.
Pero también se dijeron mentiras que pueden comprobarse fácilmente. Sólo hay que buscar un poco. La secretaria de Minería indicó que pese a su enorme potencial geológico el 80% del territorio nacional se encuentra aún inexplorado, y por eso resulta de “gran relevancia”, que los capitales británicos anuncien inversiones mineras en el país, como “el de Río Tinto en Salta y el financiamiento del proyecto de litio Kachi en Catamarca por parte de la Agencia Británica de Crédito a la Exportación” (UKEF, su sigla en inglés).
Esa afirmación carece de verdad. Basta recorrer un poco los registros del Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR), para dar cuenta de que el territorio nacional correspondiente al continente americano, posee abundante exploración. Sin querer caer en un ingenioso juego de palabras pero haciendo honor a la verdad, puede que en los dichos de Ávila haya acierto o exageración: Argentina es un país bioceánico y bicontinental, con una superficie total de 10,5 millones de kilómetros cuadrados. Descontando la porción situada en el continente americano (2,78 millones de km2), el mar Argentino, las islas y la porción argentina del continente antártico, ronda el 75% del territorio nacional; y sí, está prácticamente inexplorado en gran medida a consecuencia de la invasión británica.

Nutridas agendas

¿Con quién estuvo reunida la Secretaria? Con las firmas que se mencionan en el parte de prensa oficial, el cual vamos a transcribir casi textual.
La comitiva mantuvo encuentros con directivos de la empresa fabricante de baterías BritishVolt. También con diversas consultoras analistas de commodities como Benchmark Minerals, Argus Media y Fastmarkets. Asimismo se reunió con directivos de AngloAmerican y Rio Tinto – empresa que anunció la compra del proyecto de litio Rincón en Salta por US$ 825 millones de dólares.
La agenda fue tan nutrida que hubo encuentros con el Servicio Geológico Británico (BGS); la International Women in Mining (IWIM); la London Metal Exchange (LME); y directivos del Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM), una organización internacional dedicada a promover una industria minera y metalúrgica segura y sostenible (para ellos).
Más reuniones con el Instituto de Materiales, Minerales y Minería (IOM3),una institución de ingeniería que abarcan todo el ciclo de los materiales, desde la exploración y extracción, pasando por la caracterización, el procesamiento, la formación, el acabado y la aplicación, hasta el reciclaje de productos. En criollo, una empresa calificadora de procesos industriales vinculados ala minería y la siderurgia.
También se reunió con la Strand Hansen, una empresa financiera reconocida mundialmente que se dedica a financiar proyectos en el sector de la minería y los metales. Es decir, una deuda externa en puerta para litigar en tribunales londinenses. Y finalmente, la ya conocida por Ávila por su gestión en la cartera catamarqueña, Asociación Internacional de Litio con sede en Londres.

Ávila y equipo

Para quién no la conoce, Fernanda Ávila llegó a la Secretaría en diciembre pasado, en reemplazo de Alberto Hensel. Previo a ello, la Secretaria era la funcionaria a cargo del área de Minería del Gobierno de la provincia de Catamarca. Es allí, donde cobró referencia en el ambiente minero argentino, y una aceitada relación con capitales canadienses y australianos tributarios de la Corona Británica. Es por ello que no resulta casual que tanto el Ministro Kulfas -obsesionado con las exportaciones mineras- y el Presidente Fernández -obsesionado con las exportaciones de lo que sea-, la hayan elegido para tamaña “misión”.
Ávila, está secundada por Sylvia Gladys Gimbernat, subsecretaria de Política Minera, abogada cuyana y experta en negocios mineros; y Jorge Andrés Vera como subsecretario de Desarrollo Minero, economista rionegrino, especializado en el fomento de comunidades de pequeños productores.
Conociendo el equipo, no resulta extraño que una de las maneras de palear el pasivo ambiental dejado por las multinacionales sean las huertas orgánicas. De allí lo impulsado en La Alumbrera que mencionamos líneas atrás, donde la empresa que posee los derechos de exploración y explotación es Yacimientos Mineros de Agua de Dionisio (YMAD).
YMAD es una sociedad integrada por la provincia de Catamarca, la Universidad Nacional de Tucumán y el estado nacional; que constituyó una unión transitoria de empresas con Minera Alumbrera para la explotación del yacimiento y percibe el 20% de las utilidades. ¿Y de quién es Minera Alumbrera? De tres multinacionales: Glencore (con sede principal en Londres), y las empresas canadienses Goldcorp y Yamana Gold.
La explotación según la empresa fue de un promedio anual de 321.000 toneladas de concentrado – en criollo: tierra a granel – que contenía aproximadamente 100.000 toneladas de cobre y 300.000 onzas troy de oro; 0,8 toneladas de oro doré y 957 toneladas de concentrado de molibdeno.
A los pasivos ambientales, se les sumará el “desarrollo de proveedores”. El asunto es así: como las multinacionales mineras tienen altos estándares de exigencia en los procesos internos a la actividad de extracción, las empresas argentinas que pretendan ser proveedoras de insumos y servicios, deben aggiornarse a las condiciones.
Para ello, el Banco Nación, ofrecerá unas líneas de créditos de hasta 3,5 millones de pesos para poder capitalizarse. Es decir, 16.000 dólares por PyME para incorporar, maquinarias, herramientas y estructura logística de cara a proveer a las multinacionales que vendrán.
Chauchas insignificantes que sólo llevarán al pequeño empresario a la ruina; cosa que generará que las multinacionales contraten a sus propias subsidiarias, o a otras empresas extranjeras, o se inventarán las propias en el país, para facturar y derivar rentabilidad en varios sentidos.
Algo similar a eso sucedió en Vaca Muerta entre 2013 y 2017; y más atrás en el tiempo, ocurrió en forma equivalente con la implantación del paquete tecnológico de Monsanto en el campo argentino.
Para finalizar, no queda mucho por decir. La información oficial es elocuente. La entrega se incrementa: ya no hace falta una invasión, o la oligarquía, o los gobiernos de derecha; el liberalismo socialdemócrata lo hace a domicilio.

Fuente: Ministerio de la Producción

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