Los cantos de sirena de la prensa y propaganda corporativa

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Cuando un grupo empresario posee medios de comunicación de llegada y consenso nacional, es lógico que lo sobreutilice para sus propios intereses, para granjearse oportunidades en los negocios, e incluso por la humana vanidad del autobombo. Pero ocurre que existe la denominada “memoria activa”. No siempre las cosas fueron bien y fue el pueblo el que puso el pecho. Es hora de devolver.

Redacción

Primero que nada: aquí no hay ánimo de denunciar, escrachar o armar lío. Solamente, priorizando el trabajo argentino, queremos recordar y analizar. Vamos al punto…

Ayer, lunes 23, el diario Ámbito (ex Ámbito Financiero cuya propiedad pertenece al Grupo Indalo al igual que en canal de noticias C5N), publicó una linda nota sobre Alcalis de la Patagonia (ALPAT), la fábrica de carbonato de sodio más grande de América del Sur, también perteneciente al grupo Indalo.

Básicamente, lo que dice la nota está bueno; son buenas noticias: que ALPAT buscará ampliar su capacidad de producción, y además intentará ampliar sus destinos de exportación. Según Ámbito, la empresa “puso en marcha” un plan de inversiones por 250 millones de dólares, a partir de la altísima demanda que está teniendo del producto básico que fabrica: el carbonato de sodio.

También conocido en el ambiente industrial como soda Solvay, es uno de los insumos principales para obtener a uno de sus parientes: el carbonato de litio, que es la materia prima básica de toda la cadena del litio.

El carbonato de sodio, es el insumo que se utiliza para precipitar el litio de la salmuera, y obtener el carbonato de litio. Este es un proceso que se realiza a una alta temperatura, para finalmente realizar un lavado de la solución obtenida.

Así, la demanda que está teniendo ALPAT, se debe al crecimiento exponencial de la explotación de la materia prima para el litio en Argentina. Es decir, sin carbonato de sodio no hay carbonato de litio. Sin carbonato de litio, no hay baterías y todas las demás maravillas aparentes que el mineral le traerá a la humanidad.

Pero, como todos sabemos, la historia del mundo no comenzó ayer y la de ALPAT tampoco. La empresa se instaló en 2005 en San Antonio Oeste, Provincia de Río Negro. La soda Solvay es un insumo fundamental para varias industrias, tanto en su fase densa como liviana. Bien lo detalla Ámbito en su cartilla de promoción corporativa: “se utiliza en la industria del vidrio, que demanda carbonato de sodio denso, mientras que en la industria química se requiere en su versión liviana para la producción de jabones y detergentes. También se demanda para la industria del papel, petróleo y gas, metalurgia, química y, actualmente, hay un especial interés en el mercado del litio”.

La demanda interna de soda Solvay o carbonato de sodio, es de 350 mil toneladas anuales. ALPAT producía hasta el año pasado algo menos de la mitad (170.000 tonelada). Lo restante, Argentina debe importar desde China y Estados Unidos dicho insumo terminado, por una cuestión de capacidad de producción instalada en el país.

Ahora, a partir del plan de inversiones anunciado, Alcalis alcanzará 210.000 toneladas anuales de producción en una primera etapa de ampliación. Según la fuente, en una segunda etapa se llevará la producción anual a 330 mil toneladas; y en un tercera a 550.000 toneladas anuales.

La empresa cuenta con 400 empleados distribuidos entre la planta productiva en San Antonio; la cantera y planta de trituración de piedra caliza en Aguada Cecilio; y la salina en El Gualicho. Además, cuenta con oficinas corporativas en Capital Federal.

ALPAT a través de sus gerentes cuenta que además de vender toda la producción al mercado interno, la ampliación de capacidad, ha hecho que la firma comience a exportar por la demanda que llega desde Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia; y según el directivo: “proyectamos niveles crecientes de ventas al exterior, lo que constituye una oportunidad única para generar mayor desarrollo en uno de los sectores donde la Argentina ya brilla a nivel global”.

Y es lógico: al cambio a nuestros países hermanos les conviene comprar soda Solvay a la Argentina para abastecer su industria, que importarla desde China o Estados Unidos, como deben hacer sus pares argentinos que no llegan a comprarle a ALPAT, porque gracias a su ampliación en la capacidad de producción, les provee carbonato de socio a la competencia, en detrimento de la industria nacional.

Lo anterior parece un trabalenguas, pero en realidad lo que se intenta es retratar la falta de lealtad del Grupo Indalo; y de Alcalis en particular.

Rememoremos un poquito, sólo lo de los últimos seis años: suponemos que casi todos recuerdan que los propietarios del grupo empresario Indalo, estuvieron detenidos Cristobal López y Fabián De Souza, por supuestas irregularidades del grupo cometidas a través de la empresa Oil Combustibles. Si bien los propietarios fueron absueltos respecto de las acusaciones, respecto de ALPAT hay alguna tela para recordar de estos últimos años.

Vamos a recordar solamente dos hechos, y dejemos de lado las acusaciones y denuncias por contaminación ambiental que se realizaran oportunamente contra ALPAT. Por un lado, en los momentos más convulsionados para el grupo empresario, la provincia de Río Negro, en colaboración con el sindicato de la rama química, realizó el rescate salarial a partir de un fondo fiduciario, que la empresa iba devolviendo progresivamente.

El otro hecho, es el “parate” que la firma tuvo entre marzo y mayo de 2022. Supuestamente, la crisis energética y la provisión de gas se hacía muy onerosa para la firma; y “al no poder pagar”, y presionar para obtener de la proveedora un mejor acuerdo para el precio del gas (insumo vital para el funcionamiento de la fábrica), paró la producción y puso en riesgo la continuidad de los puestos de trabajo. Asimismo, dejó de abastecer a la industria nacional de la soda Solvay, un mercado que ALPAT e Indalo tienen cautivo y facturando.

Más allá de los apurones del sector gremial, las autoridades del municipio de San Antonio, de la provincia, e incluso las gestiones que se hicieron desde el Senado Nacional, la planta arrancó, trayendo alivio fundamentalmente a sus trabajadores, a las PYMES nacionales, y a los trabajadores de éstas. Recordemos: el carbonato de sodio es un insumo estratégico para la industria química. Sin soda Solvay, más vale cerrar; y si se tiene que cerrar, se pierden fuentes de trabajo y capacidad de producción nacional.

Entonces, atenti con los cantos de sirena. Ya han demostrado que si conviene cerrar lo van a hacer, y si conviene exportar y subir la vara del precio adentro, también.

Fuentes: Ámbito / ADN / Informativo Hoy / Archivo Chasqui Federal

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