Armas y cosas electrónicas que en la mayoría de los casos, también son armas. Esa es la fuerza de la demanda mundial de cobre. Los cuyanos tienen en buena cantidad y quieren jugar internacionalmente.

Redacción

La famosa transición energética está apoyada en una serie de minerales “críticos”. Este es el adjetivo para denominar todo aquello que resulta de suma importancia estratégica geopolítica y que los grandes centros industriales pretenden apoderarse de manera rápida, barata y abundante. En este caso, los minerales en cuestión vendrían a ser el cobre, el litio y las tierras raras entre otros.

Los “especialistas” afirman que si bien el litio es muy importante, el problema gira en torno al cobre. ¿Por qué? Porque la demanda que habrá en la próxima década duplicará la producción mundial actual; y no hay tantos proyectos en desarrollo que puedan cubrir la misma.

Por lo tanto, ante un escenario a principios de 2023 de superabundancia de cobre, ahora se estima que habrá escasez del mismo. Los motivos tienen condimentos varios. En principio y según los expertos la causa principal es la eliminación de 600.000 toneladas del mineral de la oferta esperable para 2024. Los motivos de ello, serían el cierre de una de las minas más grandes del mundo en Panamá y el recorte en la producción de 200 mil toneladas para el próximo año de la Anglo American Plc, una de las mayores explotadoras del continente.

Los polos demandantes de cobre son básicamente dos: la industria electrónica y el armamento (ambas actividades estrechamente vinculadas).

El lector se preguntará, ¿qué pito toca Mendoza en todo esto? Lo básico: tiene cobre y el mundo pide cobre, porque estamos en la era de la electrónica y la guerra se hace con vehículos electrónicos que llevan cobre al igual que la munición.

Por eso el gobernador Alfredo Cornejo al momento de reasumir se ancló en el plano minero y manifestó su férrea intención de desarrollarlo porque “tiene un rol importante en la transición energética, en la migración hacia energías limpias».

En el mismo sentido se manifestó la funcionaria que estará a cargo de Energía y Ambiente, Jimena Latorre, quién impulsará la explotación del mineral y la reactivación económica que eso genera.

De hecho, la provincia pondrá la mirada en la exploración, que se canalizarían a través de la firma estatal Impulsa Mendoza SA; creada oportunamente para la promoción de los proyectos del denominado distrito Malargüe Occidental, una cartera de 40 proyectos que buscan inversor para procesos de prospección y exploración.

Allí hay mucho cobre y mucho potasio entre otras cosas. Cornejo va por esa renta, y se estima que en ambos casos, el mercado internacional le abrirá los brazos.

Y ya se sabe, lo que es bueno para el capital trasnacional, generalmente es malo para la matriz productiva argentina.

Fuente: Gobierno de Mendoza / MEMO