Los proyectos para la explotación masiva del cobre avanzan en Argentina a manos de Gran bretaña y sus súbditos. El tema ha llegado a las grandes redacciones capitalinas. Dato que certifica que se está cortando el bacalao con las multinacionales, el Gobierno Nacional y las provincias.
Redacción
Finalmente trascendió desde otra mirada editorial lo que venimos contando en Chasqui Federal desde hace meses: la decisión política del Gobierno Nacional de entregar el cobre al capital multinacional.
No vayan a creer que en esta Redacción tenemos acceso a información privilegiada de parte de las multinacionales o del mismísimo Gobierno. En absoluto. La información la fuimos construyendo a medida de lo que consta en archivos del Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR), periodistas e investigadores mejor informados que nosotros, y los actos de comunicación del mismo gobierno.
Lo demás es jugar a armar el rompecabezas e ir sumando piezas. Por supuesto, en el mundo periodístico actual, la metodología es un fracaso comercial de altas proporciones y fija de quebranto permanente, pero al menos, quién sigue a información, va viendo la película casi en directo.
Como dijimos al inició, trascendió el asunto y lo mandaron a la cancha. Los ojos de las multinacionales mineras han resuelto avanzar definitivamente sobre las reservas de cobre argentino. Por supuesto que ya sabían que existían, independientemente de que la Secretaría de Minería se encargue de decir en cuanto foro internacional o mesa de lobby de la que participa, que Argentina ni sabe lo que tiene en materia de riqueza mineral.
Eso es mentira. Si se sientan a leer todo el archivo del SEGEMAR, se darán cuenta que hay información suficiente para prospectar y dimensionar la riqueza mineral nacional. Si no tienen ganas o tiempo para hacerlo, haga un ejercicio de sentido común: Chile es el principal productor y exportador de cobre al mundo; y lo extrae de una cordillera que comparte con Argentina, Bolivia y Perú. Supongamos que los hermanos trasandinos posean la mayor parte; no hay problema. Ahora, según el Gobierno argentino, sólo en nuestro territorio se alojan más de 60 millones de toneladas de cobre comprobadas. Según los expertos, Argentina con esa cantidad podría abastecer al mundo hasta 2030.
Obviamente, no tendríamos que exportar ni un solo gramo de mineral, a menos que posee valor agregado incorporado, y hacerlo transformado en un satélite. Nuestro país posee cobre suficiente para desarrollar todo lo que requiera el despliegue industrial que nos falta, y sustituir en pocos años el 90% de las importaciones.
¿Cómo trascendió la información? Nada raro y bienvenida sea. Legitima indirectamente nuestra labor, más allá de poseer una línea editorial opuesta. El diario Infobae – firmado por Sergio Serrichio – publicó durante el fin de semana, una nota donde se resaltaba la importancia estratégica de nuestro país en el futuro energético de la humanidad. Específicamente, haciendo hincapié en el cobre.
En la nota menciona que sede la cartera de minería nacional, a cargo de la anglófila Fernanda Ávila, se informa que el 40% de las reservas mundiales de cobre están en nuestro país, Chile y Perú; y que Argentina cuenta con el 7% comprobado.
Dice también que mientras Argentina no produjo ni un solo gramo de cobre durante 2021, Chile extrajo el 27% de la demanda mundial; Perú el 10%; China el 8%; 7,5% para el Congo, y Estados Unidos el 6% junto con Rusia.
En nuestro país, las principales explotadoras de cobre son las multinacionales inglesas o tributarias de la Corona, como Glencore y Yamana Gold. En otra nota de la edición de hoy, nos referimos a una de ellas, con estudios y prospecciones en San Juan y Catamarca planificando la extracción de cobre. Además, la firma posee un puerto minero en la cuenca del Paraná.
La nota que referimos, también anticipa que la “transición energética” demandará litio, níquel, cobalto y otros minerales (tierras raras), pero fundamentalmente cobre. Esto es así porque el mineral está presente en baterías, cableado de transmisión de las grillas eléctricas, componentes electrónicos, todas las máquinas complejas; y fundamentalmente componentes electrónicos para telecomunicaciones y armamento.
El artículo también agrega una serie de datos sobre los cuales se arma la timba y los lobbies internacionales respecto del cobre. Por ejemplo, dice que el Servicio Geológico de EE.UU. asegura que lo largo de la historia la humanidad extrajo 700 millones de toneladas de cobre; y necesitará la misma cantidad para 2045. La operadora financiera Standart & Poors dice que la emisión cero duplicará duplicará la demanda anual actual de cobre hacia 2035 (aparentemente cercano a 20 millones de toneladas según esa fuente, pero no concuerdan los datos con otras, ni siquiera en aproximaciones concurrentes).
Otras operadoras financieras de origen norteamericano o británico, aseguran que los déficits serán cada vez mayores si no se descubren nuevas reservas. Afirmaron que una baja de oferta de 400 mil toneladas en 2021 hizo elevar el precio en un 25%.
Si uno lee rápido la maraña de datos, se ve apabullado y termina no entendiendo. Pero si se atan cabos el asunto está cantado: saben que Argentina posee reservas extraordinarias, y Londres se aseguró la cuota, durante el primer semestre cuando Kulfas y Ávila viajaron a Inglaterra y Canadá en búsqueda de inversiones (y condiciones).
Desde el área de Minería afirman que se pode ponerse en marcha los proyectos en cartera, se estima una producción que supere el millón de toneladas anuales. La nota de referencia reproduce que oficialmente los funcionarios afirman que “si se pusieran en funcionamiento los 4 más avanzados las exportaciones de cobre podrían ascender para el 2030 a USD 6.514 millones, en un escenario de proyección de exportaciones totales de oro, plata, cobre y litio de USD 18.571 millones en 2030″.
Los proyectos serían, Josemaría en el noroeste de San Juan; El Pachón, en la misma provincia; Mara en Catamarca; Taca Taca en Salta; y Los Azules en la misma provincia. En todas están los ingleses, o súbditos canadienses, australianos o suecos. En todas ellas, directa o indirectamente confluyen Glencore, Yamana Gold, NewmontCo y McEwen Mining.
También hay una pata logística en programación. Además del puerto de Glencore sobre el Paraná, se habla de mineraloductos desde San Juan y Mendoza hacia el Atlántico – hacia donde sería más fácil comercializar. Sin embargo, de prosperar las explotaciones, Chile y Perú cuentan con puertos especializados. Antofagasta, Arica e Ilo en el Pacífico están para eso. De todas formas, no hay nada cerrado.
Seguiremos informando sobre estos temas. Es más fuerte que nosotros.
Fuente: Infobae / Secretaría de Minería de la Nación /SEGEMAR / Archivo Chasqui Federal