Tras registrarse un promedio al alza en la acumulación de nieve en las principales cuencas de la provincia, tanto las autoridades gubernamentales como los productores y el sector privado, estiman que luego de una década, habrá mejores condiciones en materia de acceso al agua.
Redacción
En Mendoza afirman que la crisis hídrica comenzó en 2010, y que 2022 fue uno de los más secos de los últimos años. Las nevadas de los últimos días – afirman desde el Departamento General de Irrigación (DGI) provincial – son importantes porque sirven para recomponer, pero hasta el momento distan de ser óptimas.
Si bien la situación estimada es por mucho favorable a los años recientes, aún se encuentran lejos de los promedios históricos que han caracterizado a las cuencas hídricas mendocinas. Atento a la época del año y dada la posibilidad de que aún se acumule nieve en los parámetros esperados, la dependencia de irrigación confeccionará un pronóstico estimado de escurrimiento previo al próximo ciclo agrícola.
Lo que resaltan desde la dependencia, es que hace más de una década que se arrastra la crisis hídrica debido a las escasas precipitaciones que han reducido los caudales de los ríos mendocinos hasta más del 50% en los peores momentos. De allí que la posibilidad de contar con mayor volumen de nieve acumulado, genera expectativas entre los productores agrícolas.
Los mejores valores hasta el momento se registran en las cuencas de los ríos Tunuyán y Diamante, que superaron el promedio. Para el caso de los ríos Grande y Atuel, están muy cerca de las medidas históricas y en menor medida la del río Mendoza.
Las mediciones que se realizan se establecen mediante un parámetro de equivalencia agua nieve (EAN), que es la cantidad de agua líquida que hay en el manto de nieve; cosa que no tiene que ver necesariamente con la referencia de la altura de la nieve acumulada.
De acuerdo a los datos obtenidos, en las cuencas del Tunuyán y Diamante, se ha alcanzado las nevadas de un año medio. En las del Atuel y Grande, se está en el orden del 85% del promedio, mientras que la del río Mendoza llega el 60% del año medio.
A nivel provincial, significa que durante la temporada 2023/2024 habrá mayores escurrimientos que durante la actual temporada 2022/2023. Desde el Departamento de Irrigación de Mendoza, consideran además que, “aunque se llegue a tener un año medio en nevadas, los caudales seguramente no llegarán a ese nivel, ya que gran cantidad de agua se infiltrará y recargará acuíferos, debido a la serie de años de sequía previos”.
En la primera semana de setiembre el DGI realizará la campaña de invierno, para realizar cateos en alta montaña y validar las mediciones automáticas que las estaciones han hecho a lo largo de todo el invierno. Y para fines de ese mes se presentará el Pronóstico de Caudales para la temporada 2023/2024
Por otra parte, estimaciones privadas, aseguran que hacía “más de una década que no precipitaba en forma de temporal verdadero de nieve de 6 a 7 días. Con una acumulación que superó los dos metros y medio en el Sur provincial y parte del Valle de Uco; un metro y medio en la cordillera principal en el Norte mendocino. Y del lado chileno, la acumulación llegó a los 3 metros en la zona de los caracoles y el centro invernal de Portillo”.
Según las estimaciones, se espera un incremento de lluvias antes de que finalice el trimestre en la pampa húmeda y regiones aledañas, lo cual para Cuyo, podrían ser superiores en un 40%. Los investigadores dedicados al estudio de los fenómenos climáticos sostienen que en el segundo semestre del año se esperan más precipitaciones que lo habitual, justamente por la influencia del Niño.
Fuente: DGI Mendoza / El Cuco Digital / La Nación