Crece la incertidumbre con respecto al abastecimiento del combustible. Por un lado se le exige al Estado nacional que cumpla con la ley de abastecimiento, pero tendría que interrumpir la exportación: Por otro, YPF defiende intereses de sus socios privados en el directorio, ligados a las cuencas de Vaca Muerta y San Jorge. Mientras tanto, en las provincias alejadas del círculo petrolero, se instrumentó un sistema de “cuotas de dispensa”
Redacción
No se está difundiendo el asunto en profundidad, pero las restricciones para el acceso a los combustibles, en las provincias y en la producción agropecuaria, se está haciendo sentir: falta gasoil y Argentina no consigue proveedor que la priorice. Dicen también que la situación se va a agudizar mientras avance la cosecha gruesa. Ayer cubrimos la situación chaqueña respecto de la cuotificación en estaciones de servicio, pero pasan los días y la situación se va agravando.
Además, el biodiesel también escasea o directamente permanece ausente. El gasoil debe contener un 5% por normativa, pero atento a que durante el pasado año, el precio de aquél no se actualizó (a pesar de que su matriz de costos obedece a la agroindustria y no a la cadena de hidrocarburos), los productores han preferido destinar el aceite de soja a la exportación.
La demanda interna del biodiesel alcanza las 650 mil toneladas. Cuota que no se cubre aunque Argentina posea capacidad de producción como para llevar ese volumen al triple. Incluso hay proyectos legislativos para llevar el porcentaje de 5 al 10%, que implicaría dinamizar un sector con potencial y asimismo sustituir importaciones de gasoil. En la actualidad, el 30% de la demanda interna de ese combustible proviene del extranjero, e YPF paga por él a razón de 550 dólares el metro cúbico. Se estima además que el precio internacional irá en ascenso: hay faltante global del recurso y Argentina no es un mercado priorizable en cuanto a volumen.
Desde YPF, y las empresas privadas del sector Raizen, Puma, y Axion Energy impulsan la idea de desgravar la importación de gasoil para garantizar el recurso al complejo agropecuario; sin embargo, la interna en la alianza electoral gobernante impide que las medidas legislativas tengan buen resultado a corto plazo.
Por otro lado se hace evidente una notable falta de conducción en el sector. Por un lado, las empresas refinadoras le exigen al Estado que garantice el abastecimiento de crudo. De hecho tanto Ensenada como Dock Sud – YPF y Raizen respectivamente – alegan tener capacidad de refinar un 15% más de crudo. Asimismo, le exigen ala cartera de Energía que abastezca las mismas con el recurso del Golfo San Jorge (Escalante y Cañadón Seco), y de Vaca Muerta con los recursos de Medanito. Ambos orígenes hoy abocados a la exportación. Sin embargo, el Secretario de Energía no quiere tocar esos negocios, aunque exista una ley que le exige garantizar el abastecimiento interno (Ley 17.319).
Mientras tanto, desde finales de octubre pasado, en las provincias se instaló de hecho un sistema de “cupos” o “cuotas” para la dispensa de combustible. En las estaciones de servicio periódicamente se instrumentan los despachos de hasta 20 litros de gasoil por cada venta minorista.
YPF, que comercializa el 60% del mercado interno tiene problemas para abastecer sus propias estaciones. Sin embargo, Pablo González, su presidente, maniobra para que el sistema de cupos no llegue a la máxima caja de resonancia nacional: Capital Federal y el gran Buenos Aires.
Tiene dos problemas en ciernes entonces: o el precio del combustible seguirá subiendo en los canales informales hasta inundar el legal; o se detiene la gruesa en plena cosecha y época de exportación. Eso no sólo golpeará al sector agropecuario, resentirá las cuentas nacionales porque afectará a los volúmenes exportables.
Y ahí sí que no habrá Conurbano que aguante…

Fuente: Secretaría de Energía / YPF