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Nos toman por boludos…

Según el Ejecutivo Nacional, el INDEC y la información difundida por la agencia de noticias gubernamental, Télam, ocho conglomerados urbanos tendrían pleno empleo en Argentina. Veamos qué se dice sobre semejante disparate.

Editor Responsable

Suponemos que a esta altura no hace falta detallar demasiado la situación de desempleo, precariedad laboral, las irregularidades varias de las relaciones contractuales, y los salarios bajos que en su mayoría no cubren las necesidades básicas.

Sin embargo, desde la propia casa Rosada, el INDEC y los medios públicos, repiten como loros una serie de criterios matemáticos de fuerte impronta liberal, que pone al trabajador argentino en una situación de indefensión ante el desastre viviente: si sobre la situación descripta en el párrafo anterior, los funcionarios afirman en algunos lugares “técnicamente” hay pleno empleo, es tomarle el pelo a la población que no la está pasando bien.

Según la información oficial, los núcleos urbanos donde habría pleno empleo están repartidos en nueve provincias; y aclaran un disparate que no especifican de donde sacaron: “para un país como la Argentina, una tasa de desocupación de 4% puede considerarse como lo que técnicamente se denomina pleno empleo”.

¿Quién lo dice a eso? ¿Dónde está estipulado? ¿Por qué es así? La información que se está avalando desde presidencia, tendría origen en el informe “Mercado de trabajo – Tasas e indicadores socioeconómicos”, publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), correspondiente al tercer trimestre del año pasado; es decir, de julio a septiembre, donde en todo el país había un piojo macabro.

Supuestamente, los aglomerados urbanos que en el país registran pleno empleo son ocho, y otros cinco están en camino de alcanzarlo. Según la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, “en muchas provincias contamos ya con índices que se consideran estadísticamente como de pleno empleo».

La agencia Télam dice que “a criterio de varios economistas consultados”, pero que no menciona, para un país como la Argentina, “una tasa de desocupación de 4% puede considerarse como lo que técnicamente se denomina pleno empleo”. Y aclaran: que el pleno empleo “nunca es equivalente a desocupación cero en una economía porque se tiene en cuenta que hay personas que pueden estar transitoriamente cambiando de trabajo, o no quieren trabajar para dedicarse a otras tareas o a estudios”.

Una tomada de pelo inconmensurable, teniendo en cuata lo ya descripto, pero incluso con un debate público en ciernes donde están en discusión la vigencia de 4 millones de planes sociales de distinta índole para asistencia de los desocupados. Pero la información sigue…

Dice INDEC, que en el país el desempleo es del 7,1%; y que los aglomerados urbanos que ya alcanzaron el pleno empleo son Gran Resistencia, en Chaco, con una desocupación de 4%; Posadas, en Misiones, con 3,4%; Gran San Juan, en la provincia homónima, con 3%; Formosa, con 2,8%; Gran San Luis, con 2,4%; Santiago del Estero-La Banda, con 1,6%; Comodoro Rivadavia-Rada Tilly, en Chubut, con 1,4%; y Viedma-Carmen de Patagones, en Río Negro y Buenos Aires, con 0,9%. Además, hay otros aglomerados con cifras próximas al pleno empleo: Ushuaia-Río Grande, en Tierra del Fuego, con una desocupación de 5%; Neuquén-Plottier y Rawson-Trelew, este último en Chubut, ambos con 4,7%; Gran Paraná, en Entre Ríos, con 4,6%; y La Rioja, con 4,4%.

Sigue la información por parte de Télam: “estos aglomerados registran características económicas muy disímiles entre sí: en algunas predomina el empleo público (Formosa, Posadas y Santiago del Estero-La Banda), en otras la actividad minera (Gran San Juan y La Rioja) o la petrolera (Neuquén y Comodoro Rivadavia); la agroindustria (Gran Paraná y Viedma-Carmen de Patagones) y la actividad industrial (Gran San Luis y Ushuaia-Rio Grande)”.

Ahora bien… Es evidente que desde el gobierno nacional se considera “empleo” a cualquier tipo de situación laboral y nivel de ingresos. Uno puede aceptar – aunque no considerar justo – que dentro del trabajo registrado, un trabajador bancario perciba mensualmente por lo menos el doble de lo que gana un gastronómico. Si al que menos gana, el sueldo le permite llevar una vida digna para él y su familia, las diferencias de salario pueden ir equiparándose por múltiples mecanismos y aproximaciones entre ambas actividades.

Pero, y por lo visto así viene la mano, si se considera “empleo” – y en la misma condición al bancario -; al gastronómico registrado; el peón rural que trabaja por tantos; a los trabajadores de prensa que cobran un poco en blanco y otro poco en negro; al monotributista que en realidad es empleado pero pasa factura de servicios así el patrón no paga las cargas sociales; al empleado de comercio que trabaja en negro, al que cobra un plan, y/o por ejemplo, al que hizo una changa el fin de semana que le permitió comer tres días y pagar algunas cuentas; es evidente que además de tomarnos de boludos, es una falta de respeto a la inteligencia y la dignidad del pueblo trabajador argentino.

Vamos a tomar como ejemplo, tres de las localidades mencionadas, pero estableciendo que “empleo” es por lo menos trabajo en blanco de 6 a 8 horas diarias o 40 semanales.

Así, para la misma fecha que consigna el anuncio gubernamental, en Posadas, Paraná, Santiago del Estero y Comodoro Rivadavia – donde supuestamente hay pleno empleo -, entre desocupados, trabajo irregular y de medio tiempo, los porcentajes promedian entre el 60 y 65%. Demos vuelta el dato: solamente tiene trabajo como corresponde – sin mirar cuánto ganan – entre el 35 y 40%.

El criterio de considerar que un 4% de desocupación es pleno empleo, proviene de las doctrinas económicas de los países de concepción liberal, donde, por ejemplo, también se enuncia que a países como Argentina no les conviene industrializarse – mientras tanto nosotros les mandamos el cuero y ellos nos lo devuelven hecho cartera -; o además, se considera a nuestro país como a todos los demás no europeos, norteamericanos o japoneses, como intelectual y moralmente inferiores.

Así, con esa especio de instrumento de medición que dicen tener para ciertas capacidades, se establece que ser pobres y pasarla mal, para nosotros está bien. Son modelos de sociedad que enuncian que para que en sus países exista cierta equidad social (Suecia, Alemania, Canadá, Francia, etc.), en nuestros países solamente las cosas son viables para el 30 o 40% de la población. El resto, sobra.

Bueno, ahora eso mismo lo dice la vocera presidencial, el organismo estadístico y la agencia oficial de noticias.

¿De qué lado está usted estimada lectora o lector?

Fuentes: Casa Rosada / INDEC / Télam

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