El Gobierno Nacional derogó la normativa que regulaba el abastecimiento interno de trigo y maíz. La medida ya había sido implementada con la entrada en vigencia del DNU 70/2023. La Resolución publicada ayer, sólo “blinda” la decisión.

Redacción

El Poder Ejecutivo Nacional dio por tierra con una norma vigente desde 2022, por la cual se establecían las condiciones para el resguardo de consumo interno de maíz y trigo. Es decir, los tenedores y comercializadores debían garantizar determinada cantidad y calidad de producto, previo a cualquier operación de comercio exterior.

Dicha Resolución – la 276/2022 – ya estaba caída de forma, a partir de la entrada en vigencia del DNU 70/2023. Lo que vino a hacer la nueva medida firmada por el ministro Caputo (Resolución 302/2024), no es más que asegurar las condiciones de mercado para la actividad, ante la posibilidad – lejana por el momento – de que el mencionado Decreto se “caiga” en Diputados, si es que la Cámara baja resuelve tratarlo.

Para el Gobierno, la medida es vista como una hazaña, que voltea una de las herramientas “más distorsivas” que tenía el mercado de commodities.

Para el Ejecutivo Nacional, la normativa eliminada afectaba negativamente el funcionamiento de los mercados de granos, al generar menores precios, producción y exportaciones, y deterioraba la relación con los principales países socios comerciales. “Además, demostró no ser efectiva para controlar el precio de los alimentos y generó resultados contrarios a los buscados”, agregó el comunicado oficial.

Lo cual es cierto. El gobierno de los Fernández Massa, impulsó las medidas regulatorias, pero jamás reguló los efectos complementarios: la cadena de precios internos en cada uno de sus eslabones, el control efectivo sobre la demanda de cada uno de ellos, la concentración interna del sector, y los costos reales y postulados.

Tamañas torpezas que fueron advertidas por los propios productores a los que se resolvió enfrentar y no escuchar, llevaron a este escenario. Ahora, el pan y la leche en góndola o mostrador, tienen precio internacional.

Para el liberalismo conservador semicolonial, esta nueva realidad se denomina: “estar cerca del mundo”.

Fuente: PEN / B.O. / Noticias AgroPecuarias