El Presidente de Colombia llamó a la integración y la unión de los pueblos de Sudamérica, Centroamérica y el Caribe, como manera de enfrentar y poner límites a las políticas que Estados Unidos ejerce sobre la región.
Redacción
En el marco de un acto en Turbo, ciudad donde diariamente se aventuran miles d emigrantes hacia la selva panameña con el objetivo de llegar a Estados Unidos, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, afirmó que a causa de la política exterior yanqui sobre la región, los pueblos de latinoamérica están sufriendo una de las peores crisis humanitarias de la historia.
Según el Gobierno de Panamá, en lo que va de 2022, contabilizó 187.644 migrantes que se dirigen a Estados Unidos tras cruzar la peligrosa selva fronteriza con Colombia. A la gran mayoría de ellos los detienen en el denominado Tapón de Darién; donde las autoridades panameñas, con apoyo y asistencia estadounidense han montado un campo de refugiados, desde el cual devuelven a los migrantes a sus países de origen.
Petro inquirió a Estados Unidos, afirmando que ese país – si pretende frenar el éxodo -, debe permitir la prosperidad en las naciones americanas. Según el mandatario colombiano: “su propia política, por la dimensión de su economía, puede destruir las economías latinoamericanas, pero también puede ayudarlas”.
Por otra parte, Petro renovó una consigna que tiene más de dos siglos de historia en el continente, que es la unión y la integración de los pueblos de Sudamérica, Centroamérica y el Caribe; para construir una “agenda común” ante las “amenazas del estancamiento económico”. El mandatario sostuvo que tanto Colombia como los demás países de la región, sufren problemas comunes a causa de las políticas estadounidenses, como ser la caída o el deterioro de sus monedas, sus industrias y el despojo de los recursos naturales.
Como ejemplo explicó que el hecho de que la Reserva Federal suba la tasa de interés, significa que los capitales que residen en los países del continente, miren hacia Estados Unidos y diseñen estrategias de reenvío y especulación que vacían las economías iberoamericanas y caribeñas.
Fuentes: El Tiempo / El Espectador