Si el primer anuncio de la ministra hubiese sido “al Banco Central ahora lo manejo yo y se terminó la joda del comercio exterior”, probablemente en lugar de esta nota habría un cartel luminoso que diria: “¡Vamo’ Silvina , sola noma’!”…. Pero bueno… No… Eso…
Por Pablo Casals
Hay que dejar caminar a la nueva ministra de Economía, Silvina Batakis. El procedimiento que marca el sentido común, y también una parte del método de trabajo periodístico, es ir a ver al menos en las generalidades, los antecedentes de gestión pública de cada funcionario, o su hacer en la actividad privada.
Más allá de las críticas hacia la ministra respecto de personas, periodistas, grupos de presión y lobbistas, que hace más de cuatro décadas que viven de las oportunidades que otorga el quebranto estatal o la pauta publicitaria; lo cierto es que la nueva funcionaria, tiene un recorrido amigable para el establishment.
No es un “gurka” liberal como son Redrado o Melconian; tampoco “técnicos” de apariencia anodina como el propio Guzmán o los Lavagna; se trata de una economista liberal se corte keynesiano, con una mirada prácticamente de libro: si hay alguna guita a capturar, se crea un impuesto. Si ese impuesto recauda, lo acumulado se usa discrecionalmente para cualquier cosa; y si nadie lo paga, genera una excusa de victimización tanto para el gobernante “desfinanciado”, como para el contribuyente moroso. Si no hay guita (o no la muestran), liberan las actividad y dejan pastorear hasta que la guita aparezca, y ahi le meten el impuesto. Entonces la rueda del hamster vuelve a girar.
Lo explicado anteriormente resultaría molesto, si en una economía con pleno empleo registrado y servicios estatales regulares, los funcionarios se dedicaran a estas pavadas fiscalistas en lugar de traccionar con la política el salto cualitativo correspondiente. Sin embargo, ni hay pleno empleo, ni los servicios estatales son regulares: hay una situación es insostenible que involucra a casi 19 millones de personas en edad de trabajar en Argentina que no tienen empleo, o el que tienen es no registrado; o que están en relación de dependencia pero su ingreso no supera los 80.000 pesos. Recordemos que la supuesta canasta básica se sostiene por encima de los $ 100.000 mensuales; y esta no contempla alquileres, y un abanico se servicios básicos, que computados alcanzarían la suma de 180 mil mensuales que una familia necesita para vivir dignamente.
Si alguien quiere saber “qué onda” Batakis, examine su gestión como ministra de economía bonaerense durante el segundo mandato de Daniel Scioli: aumento de impuestos a la renta propietaria; financiamiento de obra pública o subsidios al capital, con provecho de la infraestructura del complejo agropecuario – portuario a las firmas multinacionales y asociadas nacionales; vaciamiento, congelamiento o concesión de los resortes productivo-industriales que detentaba el Estado provincial (Astillero Río Santiago, sistema portuario, ferrocarril provincial, cuencas hídricas).
Por otra parte, otros indicios de “qué onda” Batakis, los aporta su gestión como funcionaria de Eduardo De Pedro en el Ministerio del Interior. De hecho, en sus primeras consideraciones toma como hilo conductor del argumento de que “hay que aumentar la exportaciones (primarias)”, está el proyecto de los “Bajos Meridionales” que comparten las provincias de Chaco, Santa Fe y Santiago del Estero. Cerca de cuatro millones de hectáreas, de las cuales la iniciativa del ministro y los gobernadores, es brindar infraestructura de saneamiento hídrico a por lo menos la mitad de esa superficie, para incorporarlas al complejo agro exportador. La famosa “ampliación de la frontera agropecuaria”, que impulsaba el macrismo y de la cual este gobierno es continuidad. De allí el romance con Israel y la empresa Mekorot: el país vendría a ser el líder mundial en infraestructuras de recuperación hídrica – son buenos en serio, hay que admitirlo -, y la firma, es la empresa estatal del gobierno israelita que se encarga de ese tipo de emprendimientos.
Entonces, a recomendación de Scioli, la señora viene a hacer lo que ya estaba acordado en 2015: ampliar el modelo primarista; usar al Estado para financiar infraestructura de destino privado; liberar la actividad financiera; pisarle la cabeza al laburante; y pagar la joda con deuda externa y la misma discusión fiscal de los últimos 46 años.
¿Por qué estaba acordado desde 2015? Porque la gran discusión del último mes en Argentina giró en torno a las condiciones recomendadas por Barack Obama por aquellos años: o Scioli o Massa; y si ganaba el ex motonauta, la linea económica era la adoptada por Batakis ahora (que iba a ser la ministra del “Pichichi” de La Ñata). Si ganaba Massa, la jota que íbamos a bailar, es la que tocó Fernández hasta la semana pasada, pero sin la excusa inmediata del FMI.
Como todos saben, en 2015 ganaron los brutos de Wall Street, representados por los descendientes de la oligarquía porteño-pampeana, milicos golpistas y tanitos mafiosos.
En fin….
¿Qué onda Batakis? Nada… coso. Ella sabe lo que hay que hacer para que esto levante de una vez. Pero no es de su interés, ni tampoco es la orden que ha recibido.
Fuente: Agrofy