La hermana caribeña vive momentos de extrema convulsión. Está comprometido el suministro de agua potable y combustible; y el funcionamiento institucional es provisorio. Sin embargo, así como hay fuerzas que pretender “controlar rápidamente” la isla; hay otras que convocan a una solución haitiana llevada adelante por haitianos.
Redacción
Tras la solicitud del Gobierno de la isla a la comunidad internacional de desplegar fuerzas especializadas capaces de contener a las pandillas; y casi un mes después que la federación del G-9 y aliados limitó el acceso a la Terminal Varreux, que almacena 70% de los combustibles del país; el Senado de haitiano pidió dar marcha atrás al requerimiento.
Si bien, ya ha trascendido que la Organización Naciones Unidas (ONU), se encuentra evaluando el despliegue inmediato de tropas extranjeras para asegurar un corredor humanitario; en la resolución firmada por nueve de los 10 senadores cuyo mandato aún está activo, los parlamentarios alentaron a la estatal Oficina de Protección del Ciudadano a trabajar con las organizaciones de derechos humanos para permitir transportar el combustible desde la terminal Varreux, actualmente bloqueada por pandillas armadas.
Así, los Senadores hicieron un llamamiento a las fuerzas políticas, sociales y económicas a encontrar un consenso para solucionar la crisis. Al mismo tiempo, pidieron al gobierno revocar el retiro del subsidio de los combustibles, que había provocado tiempo atrás que el precio oficial de las naftas el diésel aumentaran sensiblemente en momentos de grave escasez.
Según informa la prensa internacional, el bloque de las pandillas, implico por cuestión transitiva el cierre de hospitales, platas potabilizadoras de agua, empresas y negocios, y extendió el aplazo al reinicio del curso escolar.
La convulsión permanente en Haití pareciera no tener final. Sin embargo, la petición de tropas extranjeras generó numerosas críticas en el país hermano, sea desde organizaciones del pueblo y distintas personalidades, que recuerdan los fracasos de las pasadas intervenciones d ellas “fuerzas de paz” de la ONU. Fritz Alphonse Jean, uno de los líderes de la oposición, manifestó que es “una vergüenza nacional que en 2022 estemos esperando con impaciencia la invasión de la fuerza internacional, en lugar de trabajar para encontrar el consenso suficiente para avanzar”.
Por su parte, el ex senador y líder del partido Pitit Dessalines, Jean-Charles Moïse, señaló que el premier Ariel Henry no tiene legitimidad para tomar esta decisión, pues fue nombrado dos días antes del asesinato del presidente Jovenel Moïse y no fue ratificado por el Parlamento.
Mientras tanto, la autoridad sanitaria de la nación caribeña, día a día continua informando sobre nuevos casos de cólera que se están manifestando en la población más afectada.
Por el lado de la ONU, se supo que el secretario general, Antonio Guterres, presentó una carta al Consejo de Seguridad proponiendo el envío inmediato de una fuerza de acción rápida a Haití. La agencia AP, afirma que desde el organismo, varios Estados miembros desplegarían “una fuerza de acción rápida para ayudar a la Policía Nacional de Haití”.
Para Guterres, la medida “acabaría con la amenaza que significan las pandillas armadas y proporcionaría protección inmediata a infraestructura y servicios cruciales”.
Los sectores movilizados del pueblo haitiano aseguran que en ocasiones anteriores, las intervenciones de Naciones Unidas fueron efectivas en un primer momento, pero luego se convirtieron en “fuerzas de ocupación” – la MINUSHTA-, que no benefició en nada a la recuperación de la soberanía popular de Haití.
Fuente: La Jornada