No hay un mango en la calle. Las familias que habitualmente acudían a ver espectáculos de diversos géneros, progresivamente han ido desapareciendo de las salas y salones. La industria cinematográfica argentina se encuentra en crisis severa porque está tapada por los “tanques”.
Redacción
El cine argento viaja en sulky. La liberación de los mercados por parte de la actual gestión de gobierno nacional, no sólo afecta a la importación de bienes industriales en detrimento de la pequeña y mediana industria argentina. La asociación Directores Argentinos Asociados (DAC), emitió un comunicado donde expresan la la crisis que atraviesa la industria cinematográfica. Entre otros elementos, denuncian que las autoridades del INCAA implementan una grilla de costos para la producción cinematográfica nacional a mitad del costo real de realización. Tal situación viene siendo remarcada por la entidad desde 2016.
Según un cuadro presupuestario promedio publicado por la DAC, con valores a febrero de 2019, el monto para realizar un largometraje en Argentina alcanza los 37 millones de pesos por un rodaje de seis semanas. Denominado “Presupuesto de una película nacional de costo medio”, es la herramienta eje establecida en la Ley de Cine para cotizar la actividad cinematográfica en el país. Según la DAC, dicho ítem está “desactualizado a la mitad de su valor real, mientras, el presupuesto del INCAA aumenta al compás inflacionario, junto con el precio de las entradas cinematográficas”.
Denuncian asimismo, que continúan sin ser designados los miembros del Comité Asesor, que son los encargados de controlar este aspecto señalado dentro del Instituto de Cine.
Sin balances de gestión, los créditos a la actividad también fueron suspendidos. La DAC denuncia convocatorias mínimas, paralización o entorpecen de los procesos de realización en detrimento de la actividad: “en línea con el costo medio, una filmación de seis semanas se hace en tres y así proporcionalmente. El daño es enorme”.
Las leyes 17.741 y 26.522 establecen entre otras medidas, las cuotas de pantalla. La primera regula una media de continuidad y semana completa con todas las funciones. Según la DAC, “en el 80% de los casos el “estreno” de una producción se reduce a una sola semana en una única sala y horario”. La segunda, la Ley de Servicios Audiovisuales, estipula el estreno de ocho largometrajes nacionales por año, de los cuales tres pueden ser telefilmes. Los derechos de antena deben ser adquiridos antes del rodaje, normando las diferentes proporciones para las señales que cubran menos del 20% del país, o las que no fueran consideradas nacionales.
El problema de fondo, es la ley norteamericana en materia cinematográfica. Salvo en aquellos países que establecen una protección especial a su propia industria, el resto está a merced de los que demande el mercado de ”los tanques”. Para no quedar fuera del circuito comercial, las salas que no pertenecen alas grandes cadenas de cine, también proyectan producciones internacionales.
Los denunciantes toman como referencia el lanzamiento de “ Avengers: Endgame”. La cinta estadounidense se proyectó simultáneamente en el 70% de los cines existentes.
Trascartón, a partir de 2022, la ley 27.432, quitará al Fondo de Fomento Cinematográfico sus fondos específicos para sumarlos a Rentas Generales. El INCAA entonces, deberá solicitar su partida presupuestaria cada año, que puede ser o no otorgada, sin contar con la “provisión” con la que contaba el Fondo.
Otros aspectos denunciados además del ajuste del “presupuesto promedio” son la no regulación en materia de derechos de autor para las exhibiciones por internet y el cupo de género.

Ver 190807 dac_presupuesto_medio_cine_2019_febrero.

Fuentes: DAC / Diario Tiempo Argentino