Una propuesta para la soberanía farmacológica
17 mayo, 2023
Desde Costa Pobre nos prometieron ayuda humanitaria
17 mayo, 2023
ver todo

Temporada de conejos

La cunicultura es una actividad ancestral pero a pesar de todo el potencial productivo, alimenticio y de uso industrial, no ha logrado pasar mucho más allá de la escala domiciliaria. Más allá de la demanda, la falencia está en la falta de infraestructura adecuada y suficiente; a pesar que en este 2023 se cumplen 25 años de la sanción de su ley específica de fomento para la actividad.

Redacción

Un portal de noticias agropecuarias de la provincia de Santa Fe, realizó un interesante informe respecto de la cunicultura, actividad que se dedica a la cría y producción de embutidos y chacinados de conejo. La situación que se describe en esas latitudes, es muy similar a lo que acontece en esa cadena a nivel nacional. Tiene un enorme potencial, pero las dificultades para su consolidación vienen demoradas desde hace décadas.

Para caracterizar la situación, los productores entrevistados coincidieron en algunos puntos. Por un lado, que las unidades de producción están dispersas, atomizadas, son de baja escala y prácticamente para el autoconsumo. A pesar de la que la Ley nacional 23.634 declaró en el año ’98 el interés por su promoción y fomento hacia la actividad, nunca ha podido elevar la escala mencionada.

Un segundo factor es la faena, ligada a la industria frigorífica. La misma debe realizarse con ciertas características, y por tanto los establecimientos matarifes le exigen a los productores un volumen determinado que excede por mucho su capacidad de oferta, incluso asociándose.

El informe menciona algunos datos oficiales que desde esta redacción también manejábamos: existen siete establecimientos habilitados para el denominado “tránsito federal” en todo el país de cara a la faena de conejos. A mediados de 2022, sólo estaban activos tres de ellos, localizados en Buenos Aires y Córdoba. Eso implica que la faena de pequeños animales, se encarece muy por encima del costo de producción por unidad. Máxime, si además, los frigoríficos exigen determinado estándar de volumen.

Además, y a pesar de la ley de “fomento” a la cunicultura que tiene 25 años de vigencia, no existen frigoríficos o faenadoras habilitadas para pequeños animales, a nivel municipal o provincial. Por lo tanto, la actividad está condenada a quedar encorsetada en los patios de los pequeños productores.

Según la Dirección de Porcinos, Aves y Animales de Granja de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, para abril de 2022 habían faenado tan sólo 329 cabezas (33% menos que igual período del año anterior). En 2021, la faena habría alcanzado las 22 mil cabezas, y no se exporta carne de conejo desde 2013.

La fuente da cuenta además, que el consumo per cápita promedio mundial de carne de conejo es de 300 gramos por año. En nuestro país no supera los 30 gramos. Las causas estarían ligadas, además d elo mencionado, a “el mascotismo, el poco conocimiento de las virtudes de la carne, la falta de hábito y el precio en góndola”.

Otros testimonios que menciona el informe, explican que “en la cunicultura siempre pasó lo mismo: se incentivó la producción con créditos blandos. Se armaba. Cuando estaban todos elaborando, surgía la pregunta: ¿dónde faenamos? Todos al frigorífico habilitado más cercano. Se saturaba. Bajaba el precio o no recibía: Siempre se desarmaba en algún lado de la cadena: la industria, el consumo, el precio del alimento”, explica.

Este productor es de Rafaela, y brinda un ejemplo concreto respecto del volumen y los costos. Si bien la carne de conejo tiene un mercado que espera, en el caso de este productor explica que para llegar al frigorífico más cercano habilitado se tienen que recorrer 400 kilómetros. “¿Cuántos conejos necesitas llevar para amortizar semejante traslado? ¿2000? ¿3000?”.

El informe luego menciona una serie de números y ventajas respecto de la cunicultura. Menciona que un estudio de la Universidad Nacional de La Plata, afirma que la carne de conejo es baja en grasas (6 veces menos que la vacuna), en calorías, en sodio, en ácido úrico y purinas. Posee bajos porcentajes de colesterol: 50 mg cada 100 gramos (vacuna: 105mg/100 g). Es rica en proteínas, vitaminas (naicina y B12) y minerales (hierro y calcio); y buenas proporciones en magnesio, potasio, vitamina B6, vitamina E y ácido fólico.

Además, la faena de conejo abre la puerta para varios subproductos: las orejas se destinan para la producción de gelatina; del hígado, corazón o pulmones para paté, del cerebro, los laboratorios extraen la hormona de protrombina (el factor de se usa en intervenciones quirúrgicas del humano para conocer el tiempo de coagulación del paciente). También tiene cierto desarrollo en la peletería destinando las pieles para los tapizados, paños e indumentaria. El guano se comercializa para el abono; y existe asimismo, cierto circuito para los gazapos – las crías – como mascotas o para reproducción.

También destacan la alta productividad: una hembra a los 8 meses de vida puede comenzar a producir; y cada 30 días se obtiene una parición múltiple con una decena de crías por parto. La FAO estipula que en 80 días, un ejemplar obtiene el peso ideal de faena (2,5 kilos). Además, de una coneja de 4,5 kilos en buenas condiciones sanitarias, pueden generarse 180 kilos de carnes anuales.

A pesar de las ventajas mencionadas, las contras son fuertes. Además de la carencia general de frigoríficos, la demanda se ha ido diluyendo. Las curtiembres ya no comercializan las pieles; y solamente existe una demanda muy limitada desde la industria farmacéutica y laboratorios por algunas partes puntuales. De allí que algunos productores estén desarrollando la alternativa de embutidos y chacinados, como subproducto directo de la cunicultura.

La esperanza de los productores es que alguna vez , los postulados de la Ley se hagan realidad y la actividad no sólo se reactive , sino que también se fomente el consumo de la carne de conejo y subproductos.

Fuente: Agroclave

Invitame un café en cafecito.app

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *