Columna que existe para difundir y divulgar hechos y reflexiones sobre la historia, desde una visión, federal, popular y latinoamericana. Replicamos parcialmente una nota publicada el pasado jueves 2 de mayo por el portal Agenda Malvinas, donde recuerdan la incorporación de España a la OTAN días después del hundimiento del ARA General Belgrano en 1982. Luego, sumamos algunas consideraciones del Editor Responsable.

El Editor Federal

Se escribió en el portal Agencia Malvinas el pasado jueves:

“Dos torpedos lanzados por el submarino nuclear británico Conqueror el 2 de mayo de 1982 a las 16:02 hunden al navío con el saldo de 323 tripulantes muertos.

La decisión ibérica de sumarse a la Alianza Militar días después que la primer ministra británica Margaret Thatcher ordenara torpedear y hundir el Crucero ARA General Belgrano fuera de la zona de combate mientras se libraba la guerra entre Argentina y Gran Bretaña en aguas del Atlántico Sur, nos fue recordada por el periodista e historiador de Río Grande (Tierra del Fuego), Oscar Domingo Gutiérrez. 

El sitio web del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación español lo corrobora. El 30 de mayo de 1982 España se convirtió en el 16º miembro de la OTAN.

El hecho que el reino de España fuera incorporado en esa fecha es más que un símbolo. Es la demostración palpable que eligió unirse con la fundadora de la OTAN en el mismo momento de confrontación bélica entre Argentina y Gran Bretaña por la recuperación armada de las islas usurpadas en 1833.

La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) es una alianza de países de Europa y Norteamérica impulsada por EE.UU., Reino Unido y Francia, que nació en 1949 con la firma del Tratado de Washington. Como fundadores se le unieron, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos y Portugal. Los doce se comprometieron a defenderse mutuamente, en caso de que produjera una agresión armada contra cualquiera de ellos.

La OTAN está actualmente integrada por 31 Estados miembros: los doce países fundadores (Estados Unidos, Canadá, Bélgica, Dinamarca, Francia, Holanda, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, el Reino Unido y Portugal), Grecia, Turquía (que se incorporaron en 1952), la República Federal de Alemania (1955), España (1982), Hungría, Polonia, República Checa (1999), Rumanía, Bulgaria, Eslovenia, Eslovaquia, Estonia, Letonia, Lituania (2004), Albania, Croacia (2009), Montenegro (2017) y Macedonia del Norte (2020) y Finlandia (2023).

Los 31 miembros han firmado ya el Protocolo de Adhesión de Suecia, pendiente de ratificación por los Parlamentos de Hungría y Turquía para que se haga efectivo el ingreso de ese país. “Cualquier otro Estado europeo que esté en condiciones de favorecer el desarrollo de los principios del presente Tratado y de contribuir a la seguridad de la región del Atlántico Norte”, podrá ingresar en la organización (artículo 10 del Tratado de Washington).»

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Del Editor

Sin renegar del componente hispano, ibérico y mediterráneo, que junto al componente indígena y el africano constituyen nuestro origen como pueblo mestizo y no homogéneo, debemos decir que nuestras relaciones con los reinos de Gran Bretaña y España han sido, son y serán conflictivas.

El elemento fundante de tales es que la idea de reino y súbditos jamás ha cuajado en nuestra tierra, más allá de los grupos de interés que todavía hoy pugnan por conseguir ese objetivo. Después están los factores por todos conocidos y ultra polemizados: la conquista de América conducida por España; y la rapiña sistemática de Gran Bretaña que comenzó algunas décadas después que los íberos comenzaron a “hacer pie” en el continente.

Pido se detengan un minuto en el Rosario de puteadas hacia este editor para diferenciar una cosa: Gran Bretaña fue, es y será el enemigo número uno del pueblo argentino (no me animo a asegurar que lo es de todos los latinoamericanos; los hermanos también tienen que opinar). Máxime desde que resolvió invadir definitivamente nuestro Atlántico Sur en 1833.

Pero en cambio, España y Gran Bretaña tuvieron desde el siglo XV en adelante, relaciones de amor/odio: fueron enemigos tantas veces como fueron aliados. Si repasamos nuestra historia, y vamos cruzando los acontecimientos internacionales que de desarrollaban en Europa mientras en Nuestra América la conquista por mestizaje y explotación de recursos minerales se iba consolidando, veremos que ambas naciones “fueron y vinieron” en sus vínculos y “quehaceres”.

En principio es algo lógico: España, potencia mundial entre los siglos XV a XVIII inclusive y Gran Bretaña, potencia en franco ascenso a partir de mediados del del XVIII; se iban a encontrar, hacer la guerra, y tejer alianzas en función de los movimientos de las otras fuerzas que poseían y/o pugnaban por un rol preponderante: Portugal, Francia, Holanda, Venecia, y los Estados papales.

Para resumir abruptamente, el país que estuvo en cada periodo peor posicionado, trató de tejer alguna alianza de colaboración o complemento. Cuando hubo momentos de cierto equilibrio, se enfrentaron entre sí.

Nada de lo cual asustarse, la política internacional es así. Ocurrió antes que estos acontecimientos, siguen teniendo lugar todavía, y nada indica que cesarán a futuro.

En lo concreto para ir terminando: más allá de la historia, la tradición, los símbolos, España es miembro de la OTAN desde el 30 de mayo de 1982.

Es decir, se convirtió en aliado estratégico de nuestro histórico enemigo. Nuestra “Madre Patria”, ha actuado en consecuencia desde entonces.

Hay dos aspectos puntuales a destacar del rol del reino de España en estos últimos 42 años. Uno lo mencionaron los colegas de Agenda Malvinas: ser socio estratégico en la logística y financiación de la invasión del Atlántico Sur, al mantener contratos de licencias pesqueras de hasta 25 años. Armadores y astilleros tanto españoles como británicos, construyen y renuevan unidades para la flota pesquera con una celeridad industrial importante, de cara a saquear el recurso argentino.

El otro aspecto, fue el rol que tuvieron – y tienen – las empresas españolas durante la década del ’90: capitales de ese país adquirieron las concesiones de empresas públicas a precio vil. Recuerden Repsol, Iberia, Telefónica Argentina, Endesa, entre otras….

El denominador común entre la OTAN, Gran Bretaña y España es el saqueo. No es un chiste. Nuestro pueblo aún no pudo recuperarse de esa etapa.

Pablo Casals – Editor Responsable

Fuente: Agenda Malvinas / Archivo