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Tiemblen los Tiranos 30: Aún resuena el grito de Guaja

Columna que existe para difundir y divulgar hechos y reflexiones sobre la historia, desde una visión, federal, popular y latinoamericana. A 159 años del denominado “Grito de Guaja”, recordamos el momento, donde el “Chacho” Peñaloza se alza en armas por última vez ante los ejércitos unitarios de la Buenos Aires de Mitre.
El Editor Federal
Tras el abandono del campo de batalla por parte de Urquiza en Pavón en 1861, Bartolomé Mitre se alzó victorioso, y desde el año siguiente avanzó decidido a imponer la voluntad oligárquica en el resto del país. El ejercito porteño, entre 1862 y 1865, emprenderá un fortísima represión en todas las provincias y persecusión a los principales líderes federales de todo el territorio.
Olegario Andrade y José Hernández dieron cuenta en sus artículos periodísticos de como las tropas conducidas por Mitre, arrasaron con los gobiernos populares masacrando a miles de gauchos y milicianos de la Federación. Durante 1862, “Chacho Peñaloza había sufrido dos derrotas en El Gigante y Las Salinas, a manos de Rivas, general del ejercito de línea porteño. De allí deriva la firma del Tratado de la Banderita, que es permanentemente incumplido por Buenos Aires.
Así, meses después, Peñaloza comprende que la conciliación en los términos acordados caerá en saco roto. Asimismo, la situación económica era apremiante. Buenos Aires, altamente endeudada por sus compromisos de guerra en años anteriores a Pavón, había dictaminado e implementado que el compromiso sería financiado mediante el esfuerzo de la población de todo el territorio.
El Chacho convocó una vez más a su tropa a la lucha y confió en el apoyo de Urquiza; a quién le escribió: “La Patria nos llama de nuevo a afianzar en nuestras provincias el imperio de la ley y las sabias instituciones que surgieron el gran día del pensamiento de mayo y se establecieron en Caseros bajo la noble dirección del héroe de Entre Ríos, Capitán General Urquiza. El viejo soldado de la patria os llama en nombre de la ley y la Nación entera para combatir y hacer desaparecer los males que aquejan a nuestra patria y para repeler con vuestros nobles esfuerzos a sus tiranos opresores”.
El entrerriano jamás contestará al llamado. Peñaloza, mientras tanto, declaró la guerra a los ejércitos dirigidos por el general Sandes que había invadido San Luis, y desde su campos ubicados en La Guaja, lanzó la siguiente proclama:
“Compatriotas:
Ha llegado el momento solemne de reivindicar nuestros sagrados derechos que traidores y perjuros nos han usurpado.
La Patria nos llama a afianzar en las Provincias el imperio de la Ley y hacer desaparecer todos los males que aquejan a nuestra Patria y repeler con nuestros nobles esfuerzos a los tiranos opresores.
Van a emprender una obra grande en su esfuerzo y sufrimiento, pero llenos de honor al reconquistar nuestros sagrados derechos y libertades, reunir la gran familia Argentina y verla toda entera cobijada bajo el manto sagrado de las leyes.
Guardias nacionales de los pueblos todos, al abrir esta campaña no olviden que van en busca de hermanos, que el suelo todo que van a pisar es Argentino, ni que el pendón de la nacionalidad no lleve lemas de sangre y exterminio. ¡No! La sangre argentina debe economizarse, como los frutos de una paz benéfica y duradera.
Todas las demás provincias responderán a nuestro llamamiento, y con un movimiento simultáneo harán desaparecer a los opresores.
¡Adelante héroes! No desmientan la opinión de bravos y leales que siempre, que siempre han tenido. Algunos esfuerzos más y habremos llenado nuestra misión y cumplido nuestro deber.
Cuenten conmigo, que antes de abandonarlos, sacrificaré hasta el último aliento de mi vida en aras de la Patria.
Así se los asegura vuestro compatriota y amigo, Ángel Vicente Peñaloza, el Chacho.

Entre abril y mayo de 1863, la insurrección montonera vuelve a expandirse en las provincias. En mayo, es derrotado en Lomas Blancas, reagrupando sus fuerzas en Cosquín.
Una y otra vez reclamaría el apoyo de Urquiza. Entre Ríos era la única provincia con poder económico suficiente como para aprovisionar a sus fuerzas y enfrentar, con alguna posibilidad, al poderoso ejército porteño. Pero el apoyo de Entre Ríos no llega. Urquiza se preocupa cada vez más por sus negocios y ellos lo llevan a conciliar con la oligarquía porteña, traicionando a los pueblos provincianos.
El 28 de junio de 1863, las fuerzas de Sandes y Paunero derrotan a El Chacho en “Las Playas”. El 30 de octubre es derrotado, otra vez, en Caucete. Se repliega, entonces, hacia Olta, en su provincia natal. Días después, el 12 de noviembre, el Chacho Peñaloza, se rinde ante un jefe mitrista entregando su puñal. Sin embargo, fue lanceado, baleado y degollado por la partida que encabezaba el Pablo Irrazábal

Fuente: Pensamiento Discepoleano

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