Desde 2019, Ankara mantiene presencia militar en el país africano, con el argumento de que la inestabilidad que reina en ese país luego de la caída de Gaddafi , afecta seriamente los objetivos turcos en la región.
Redacción
El Parlamento turco extendió hoy otros 18 meses el mandato de despliegue de soldados en Libia. La resolución señaló que siguen emanando riesgos y amenazas de Libia para toda la región, incluyendo a Turquía.
«Si los ataques contra el Gobierno legítimo comienzan de nuevo, los intereses de Turquía tanto en la cuenca del Mediterráneo como en el norte de África resultarán afectados adversamente» , indicó, y añadió que los soldados turcos seguirán proporcionando entrenamiento y asesoría militar en el país.
La moción fue apoyada por el gobernante Partido Justicia y Desarrollo, el Partido Movimiento Nacionalista y el Partido del Bien, mientras que el Partido Republicano del Pueblo y el Partido Democrático del Pueblo se opusieron a ella.
En 2019, Ankara y el Gobierno de acuerdo nacional libio reconocido por la ONU firmaron dos memorandos de entendimiento sobre cooperación militar y fronteras marítimas en el Mediterráneo oriental. El mandato de despliegue de los soldados turcos entró en vigor en enero de 2020 después del acuerdo.
El apoyo militar ayudó al Gobierno con sede en Trípoli a ganar influencia contra las fuerzas leales al comandante militar del este de Libia, Khalifa Hifter. Este país del norte de África ha estado sufriendo una escalada de violencia e inestabilidad política desde la caída del fallecido líder Muammar Gaddafi en 2011.
El pacto entre Turquía y el Gobierno de Acuerdo Nacional libio se basa de dos acuerdos sobre la delimitación de sus respectivas zonas económicas exclusivas y sobre cooperación militar y de seguridad. El ojo está puesto en el mediterráneo oriental.
Los intereses de Turquía en Libia son diversos, pero el verdadero motor de estos acuerdos ha sido la disputa por la delimitación de las aguas junto a la explotación de los potenciales recursos energéticos que contiene. La firma de los acuerdos supone un cambio de la estrategia turca en la zona, con profundas implicaciones geopolíticas. La situación mantiene en permanente fricción a Egipto, Israel, Líbano, Siria, Chipre y Grecia.

Fuente: Xinhuanet