Se anunció en Córdoba la puesta en marcha de un proyecto de industrialización aeronáutica, con eje en FAdeA, pero al mismo tiempo prometen la formación de un clúster concentrando proveedores de cercanía.

Redacción

La crónica señala que durante los primeros días de marzo, en la sede de la Fábrica Argentina de Aviones “Brigadier San Martín” (FAdeA), ubicada en la ciudad de Córdoba, se suscribió el acta con la carta de intención para la constitución del Cluster Aeronáutico Córdoba (CACba).De la firma de tal compromiso participaron la Cámara Argentina Aeronáutica y Espacial (CARAE); la Secretaría de Industria del Ministerio de Industria, Comercio y Minería del Gobierno provincial; y el Instituto Universitario Aeronáutico (IUA) que depende del Centro Regional Universitario Córdoba (CRUC) de la Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF).

Tanto desde el gobierno provincial como desde FAdeA, se destacó la tradición de la industria aeronáutica cordobesa – “madre y dinamizadora de industrias” -, caracterizada por la formación de mano de obra de alta calidad, cadenas de proveedores, y “clima industrial” para el desarrollo de otras actividades, como ser buena parte del sector espacial, que además tiene empresas y dependencias del sector con radicación en  Córdoba como la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONEA) y la empresa VENG en Falda del Carmen.

Desde el Ejecutivo cordobés, señalan que la actividad aeronáutica cuenta con ”ventajas comparativas” en la provincia dada la concentración y la especialización. Se postula además, una lógica industrial positiva para el sector constituido, pero negativa para el resto del territorio nacional. La idea del “cluster” dice que aquellas empresas que están inmersas en uno de ellos, tienen mejores índices competitivos, esto entendido como mejor innovación, productividad e internacionalización.

No hay que perder de vista que la única razón de ser válida para los argentinos pareciera ser la de generar valor para exportar y obtener divisas a cambio.

Según la fuente, el concepto de clúster, aunque con varias acepciones posibles, remite principalmente a la noción de conjuntos de empresas e instituciones fuertemente entrelazadas y concentradas territorialmente, enfocadas a un sector particular de la economía con el propósito de aprovechar las características de la aglomeración para mejorar sus ventajas comparativas, incorporar nuevos eslabones a sus cadenas productivas, adoptar nuevas tecnologías y aprovechar más adecuadamente los recursos humanos.

Una idea norteamericana que data desde fines de los ’80 y mediados de los ’90, cuando el salto logístico tecnológico y la liberación de las barreras comerciales, comenzó a generar en las empresas la necesidad de “protegerse” de las importaciones o de la compra de insumos en otras regiones de un mismo territorio con costos considerablemente más altos. A la idea de poder tener una cadena de abastecimiento en la cercanía de la terminal industrial comenzó a ganar terreno; y si la actividad sumaba escala de producción y los proveedores podían “especializarse” de tal manera que sólo abasteciera a la terminal, los costos se abaratarían y la productividad crecería.

En Córdoba hay varios clústers, dado que su impulso es política de Estado. Según el Ejecutivo, “la provincia está avanzando en el cluster automotriz, que es un sector que contribuye con 22 puntos del Producto Bruto Geográfico (PBG) y ahí hemos logrado articular algo que no se venía dando, que son las terminales automotrices trabajando en conjunto con la cadena de valor y la academia, entendiendo las potencialidades de mercado que tenemos, pero también tratando de resolver algunos grandes desafíos actuales como la electromovilidad o la movilidad sustentable de ese sector”.

Se promueve también el clúster de equipamiento médico y el ya formado Cluster Tecnológico Córdoba (CTC) es otro de los pesos pesados de este escenario. Es la agrupación que nuclea, principalmente, a las empresas desarrolladoras de software e informática de la provincia mediterránea, y que aporta el 10% del PBG.

No inventaron nada los muchachos. Duele además, leerlos atribuyéndose logros que no han sido propios. Desde 1927, el Estado Nacional impulsó de diversas formas el desarrollo de la industria aeronáutica. Para ello en su momento creo la denominada Fábrica Militar de Aviones; años más tarde el Instituto Aerotécnico.

Ya a principios de la década del ’50, Juan Perón transformó esa estructura industrial junto con otras aledañas, la empresa estatal “Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado” (IAME): una estructura que nucleaba varios sectores de la actividad metal mecánica, y cuyo centro neurálgico se encontraba en Córdoba.

Un clúster de la gran siete que incluso las diferentes se encargaron de ir vaciándolo – a través de la denominación DINFIA -, pero aun así resistió. Y también lo hizo a la privatización: la Loockhead Martin se quedó con el paquete accionario principal de la ex IAME. Más allá de que en 2009 la fábrica volvió a estatizarse, ya no sería lo mismo. De todas formas, FAdeA está vigente.

Duele – decíamos -, dejar entrever que honrando la tradición aeronáutica, el sector privado con acompañamiento estatal, rescatará el plano aeronáutico con la implementación del “clústers”. El clúster ya está hecho desde hace más de 70 años. Sólo hay que rescatar la tradición de la madre de industrias y otorgar volumen industrial a la provincia y a la Nación.

Está todo por hacerse; y los argentinos sabemos mucho sobre cómo hacerlo.

Fuente: TSS (informe firmado por Carlos de la Vega)