A continuación, reproducimos un informe publicado por el diario La Prensa de Honduras, y firmado por Reynaldo Reyes, respecto del volumen y el diagnóstico de “poder de fuego” que organizaciones asociadas a las alianzas militares internacionales y fábricas de armamento, realizan sobre las fuerzas armadas de cinco países de América Central. La nota sirve también para tomar dimensión de cómo el poder mundial real, dispensa potencial bélico entre los países del globo.
Redacción
Desde hace más de medio siglo, Centroamérica disfruta de un período de relativa paz y tranquilidad en lo que a enfrentamientos armados entre países se refiere. Dejando de lado las pugnas internas y las guerras civiles, la última vez que una nación centroamericana se enfrentó militarmente con otra data de 1969.
Desde entonces, ha ido surgiendo un espíritu de cooperación entre las instituciones armadas de la región, y que desde 1997 han venido integrándose en la Conferencia de las Fuerzas Armadas Centroamericanas (CFAC), cuya misión consiste en “impulsar un esfuerzo permanente y sistemático de cooperación, coordinación y apoyo mutuo entre las fuerzas armadas a fin de proporcionar un nivel óptimo de defensa contra las amenazas a la seguridad democrática”.
Esta cooperación, no obstante, no impide que cada país desarrolle sus propias iniciativas y doctrinas de defensa y en donde las ideologías contrapuestas pueden llevar a países hermanos a desconfiar unos de otros y a tratar de modificar en su favor el equilibrio de fuerzas en la región.
Índice militar: ¿Cómo se encuentra ese equilibrio en estos momento?
Para responder esta pregunta, el diario La Prensa (Honduras) buscó una fuente “independiente” para medir las capacidades militares de cada país de la región, encontrándola en el índice Global Firepower, una herramienta que mide el potencial de más de 142 países de acuerdo con sus capacidades en tierra mar y aire en base a más de 50 factores individuales, según explica en su sitio web globalfirepower.com.
La calificación de cada país es inversamente proporcional, lo que quiere decir que, entre más cerca de cero se encuentre su puntuación, mayores capacidades militares tiene el país en cuestión.
¿Cómo le fue a los países centroamericanos en esta evaluación?
Lo primero que nos dice el índice es que durante los pasados 12 meses, las capacidades de los cinco países de la región evaluados se mantuvieron prácticamente sin cambios con respecto a la evaluación anterior. Las diferencias pueden ser sutiles, pero resultan suficientes para asignar el lugar que cada país ocupa en este ranking.
Es así que, con una calificación de 2,2421, Guatemala se ubica, según este índice, como la fuerza armada con la mayor capacidad. A esta se sigue Honduras, con una calificación de 2,6558. El tercer lugar lo ocupa Nicaragua, cuyo índice es de 3,7337; El Salvador queda en a cuarta posición con calificación de 4,3558, mientras que Panamá es quinta con 5,0255. El índice no toma en cuenta a Costa Rica al carecer esta de una fuerza militar propia.
Calificación en detalle: ¿A qué se refiere la calificación de cada país?
En teoría, a que el conjunto de todas sus fuerzas supera hasta cierto punto a las que se encuentran detrás de él. Hay que mencionar que, en términos generales, ningún país tiene hegemonía total en todas las ramas militares.
Cuando dice que Guatemala tiene mayores capacidades que sus vecinos, esto lo hace en base a juntar la totalidad de sus capacidades individuales u compararlas con las de sus vecinos, pues en la práctica, el elemento en el que este país supera a los demás es la cantidad de personal que tiene a su disposición, entre personal en servicio activo, personal de reserva y fuerzas paramilitares, situación que ocurre en virtud del tamaño de su población: Con 17.4 millones de habitantes, Guatemala es el país más poblado del istmo. Sin embargo, en otros aspectos, es superado por sus vecinos.
Honduras no cuenta con tantos efectivos, pero tiene, según este índice, la mayor fuerza naval de la región y aunque no tiene tantos helicópteros como El Salvador, es el único país de la región que cuenta con aviones caza del tipo interceptor, en la figura de los F5, lo que le confiere cierta ventaja táctica en un hipotético escenario bélico.
Así, 300.500 efectivos suman aproximadamente los cinco países del istmo analizados en todas sus facetas: personal activo, de reserva y paramilitares.
No obstante, en el índice no queda claro si se refiere a equipo en buen o mal estado, porque información a la que tuvo acceso este medio indica que el 60% de la flota de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH) está a punto de quedar obsoleta si no se repara. Por ejemplo, de los ocho aviones supersónicos F-5E Tiger II, apenas uno está operativo; y de los dos F-5F Tiger II, también solo opera uno, según un inventario de la FAH. De los ocho bombarderos A-37B Dragonfly, únicamente tres están en buen estado, señala ese informe.
Nicaragua, de su lado, mantiene un ejército más pequeño que los de Honduras, Guatemala y El Salvador, pero supera a sus vecinos en sus capacidades de equipos para uso en tierra: Tanques, vehículos blindados y artillería.
En el caso de El Salvador, su ejercito cuenta con más efectivos que Honduras o Nicaragua, e incluso tiene la mayor cantidad de aeronaves militares en servicio, si bien casi el 62% de estas son helicópteros, y solo el 27% son aviones de combate. Por contra, tiene la fuerza naval más pequeña de la región.
En el caso de Panamá, aunque no tiene ejército, destaca una importante fuerza paramilitar en donde tiene la segunda más grade de la región, tan solo por detrás de Guatemala. Estas fuerzas paramilitares, con las que también cuentan el resto de países a excepción de Nicaragua, se componen de fuerzas como la policía militar o las fuerzas de gendarmería. El país canalero también tiene la tercera mayor cantidad de aeronaves militares en servicio.
En resumen, podríamos decir que Guatemala tiene más soldados y que Nicaragua tiene más tanques, pero Honduras cuenta con más barcos.
El ambiente de cooperación que predomina en la región permite ver a los países vecinos más como aliados que como enemigos y de momento puede descartarse que haya una especie de carrera armamentística en la región que rompa considerablemente el equilibrio relativo de fuerzas entre los distintos países que se ha mantenido estable hasta ahora.
“Nunca antes ha habido tanta paz”
El diario La Prensa (Honduras) conversó con el coronel Elías Melgar, viceministro de la Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA), sobre la situación de conflictividad en Centroamérica.
A este respecto, comentó que “en este momento podría asegurarse que la región centroamericana es una de las regiones con la paz y la tranquilidad desde el punto de vista de sus fuerzas armadas”, a lo que agrega que “en ningún otro momento se había tenido tanta paz y tranquilidad debido a la buena relación que existe entre las fuerzas armadas de los países que conforman la región centroamericana y el Caribe”, lo que atribuye a la cooperación entre países que se promueve a través de organismos regionales como el CFAC.
Melgar descartó que los recientes acercamientos de Nicaragua con militares rusos supongan una amenaza, extremo que se origina por la invasión de Rusia a Ucrania que comenzó el pasado 24 de febrero. “El acercamiento de Nicaragua con militares rusos no genera ninguna preocupación ya que, como un país soberano, Nicaragua puede hacer convenios con quien desee y ese convenio establece que es para asesoría y ayuda humanitaria en caso de desastres naturales y para control del narcotráfico”, dijo el funcionario.
El viceministro aseguró, además, que en materia presupuestaria, el que tienen las Fuerzas Armadas de Honduras “está acorde a nuestro país y a nuestra situación real y se asignó el presupuesto requerido para mantener el nivel óptimo” de operatividad”, aseguró.
El funcionario reveló que entre las prioridades actuales en materia de defensa se encuentra la repotenciación de los sistemas aéreos, en especial la flota de helicópteros, debido a su amplia variedad de usos, no solo bélicos, sino también para la atención de situaciones como desastres naturales, cambio climático y combate al tráfico de drogas.
Fuente: La Prensa (Honduras) / Nodal