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La compra de un avión a Estados Unidos que se habría transformado en un extraño comodato con una empresa de la familia Caputo. No se conoce trámite interno de auditorias sugerencias del CoCoAr. Hay olor a Pentágono, Foreing Office.

Por Pablo Casals

Hay que ser honestos periodísticamente. Será muy raro que alguna vez un medio de comunicación admita que un tema nos pasó como alambre caído. Pero sí; ocurrió. No lo detectamos a pesar que hubo algún indicio durante el gobierno anterior, que ameritaba el seguimiento.

El asunto “volvió” a nuestras mentes el pasado 30 de abril cuando la Diputada Nacional Agustina Propato, en el marco de la sesión por el tratamiento de la “Ley Bases”, solicitó una “cuestión de privilegio” para hacer público el caso. Lógicamente, al no prestarle oportunamente la debida atención, nos llevó varios días poder reconstruir una porción del camino y construir una nota sobre el tema.

Así, encontramos que, en febrero de 2023, durante un acto de presentación de las aeronaves SAAB 340B y TC-12B Hurón organizada por la Fuerza Aérea Argentina, el entonces Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas Argentinas, el teniente general Juan Martín Paleo y el entonces Jefe de la Fuerza Aérea – que ahora ocupa el puesto que tenía Paleo -, el brigadier Xavier Isaac, confirmó que por entonces se estaban realizando negociaciones con Estados Unidos para incorporar al menos dos aviones de transporte Basler BT-67 para operaciones en la Antártida.

Los argumentos por los cuales las Fuerzas Armadas Argentinas y del Comando Conjunto Antártico (CoCoAr) tenían interés por el Basler, era su bajo costo de operación y hora de vuelo de la aeronave. Paleo, comparó en aquel momento que con la hora de vuelo de un C-130 Hércules – de alrededor de 8.000 dólares -, se cubrían cuatro del BT-67; es decir, 2.000 dólares por hora de vuelo.

Entre las ventajas técnicas, argumentaban que el Basler es una aeronave robusta preparada para aterrizar sobre todo tipo de pistas improvisadas, incluso sobre glaciares. Características que junto a su buena capacidad de carga y gran alcance, son fundamentales para garantizar la logística y abastecimiento a las bases antárticas más australes.

Paleo dijo también que estos aviones eran “multirol”; es decir, que mediante la instalación de kits especializados podrían realizar misiones de lucha contra el fuego, búsqueda y salvamento (SAR) e incluso misiones de inteligencia, mediante la integración de equipos electrónicos y ópticos de vigilancia.

En criollo, y sin entender de aviones, se trataría de una nave conveniente para la operatoria en nuestro territorio antártico, fundamentalmente en las regiones más cercanas al Polo Sur. Asimismo, fue el gobierno de Fernández el que inicio – a través del ministerio de Defensa y la anuencia de Paleo – las gestiones para la compra del aparato.

Una de las fuentes consultadas menciona que la respuesta estadounidense llegó el pasado 18 de abril. La Agencia de Cooperación para la Seguridad de la Defensa (DSCA) de aquel país, informó que el Departamento de Estado norteamericano había aprobado el pedido de Argentina para la compra de una aeronave Basler BT-67 por 14,3 millones de dólares.

Es más, en la justificación yanqui, consta que la “venta propuesta respaldará los objetivos de política exterior y de seguridad nacional de Estados Unidos, al mejorar la seguridad de un importante aliado no perteneciente a la OTAN que es una fuerza para la estabilidad política y el progreso económico en América del Sur».

A confesión de parte, relevo de pruebas. No tenemos conocimiento de la existencia de un lobby previo entre el fabricante de los aviones Basler sobre las fuerzas armadas argentinas, en una especie de “tercerización” en manos privadas de la influencia del Pentágono sobre nuestros países. Todo aparenta que el interés argentino por la aeronave fue una decisión de conducción.

Al mismo tiempo, se comunicó que la aeronave estaría operativa en Argentina después del mes de octubre se este año; y en principio su destino principal sería la Base Aeronaval Río Grande. Aquella transacción que se había comenzado a negociar, incluía mantenimiento del avión y el entrenamiento de los pilotos, con garantías de operatividad para la Campaña Antártica de Verano (CAV) 2024/2025. Es más, de existir conformidad entre partes, el acuerdo contemplaba que el Gobierno argentino podría haber adquirido un segundo avión para finales de 2025 o 2026.

Por otro lado, por intermedio de las fuentes, supimos que la empresa MIRGOR SACIFIA compró un avión Basler BT-67. La firma – propiedad de Nicolás Caputo, primo del actual ministro de Economía de la Nación y el famoso “hermano del alma” de Mauricio Macri -, es una de las mayores productoras de electrónica radicadas en Tierra del Fuego. De hecho, durante los años 2022 y 2023, la empresa sonó con bastante fuerza por ser la principal promotora para la construcción del puerto de Río Grande; proyecto que aparentemente quedó transitoriamente en stand by.

Sin embargo, no sabemos cuándo MIRGOR adquirió el avión Basler. Pero sí tenemos el dato que el 6 de noviembre de 2023, el entonces Jefe de la Fuerza Aérea y hoy principal responsable del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas – Isaac – y un representante del Directorio de la empresa, firmaron un Convenio Marco de Colaboración y Cooperación Institucional aunque no conocemos los alcances.

Tras la intervención de la Diputada Propato, el tema cobró cierta repercusión y permitió que se hiciera pública la decisión del actual Gobierno de no realizar la compra del Basler.

Aparentemente, MIRGOR cederá el avión en comodato a las Fuerzas Armadas – y particularmente al CoCoAr -, para que se realicen las Campañas Antárticas – que se extienden fundamentalmente entre los meses de noviembre y abril -, para luego utilizarlo el resto del año en viajes turísticos.

Muchas casualidades y raras metodologías de acuerdos y negocios. Debe tenerse en cuenta que el avión sería uno de los nexos fundamentales para las misiones de apoyo logístico y relevos de dotaciones de las 13 bases nacionales en el continente blanco. Además, formará parte de los instrumentos de avance y consolidación para desarrollar un corredor antártico que permita llegar al Polo Sur y tomar posición en ese extremo de nuestra Patria.

Dada la importancia de los objetivos, tal decisión de aceptar un comodato de un bien estratégico de parte de un privado, debería al menos, pasar por el Congreso Nacional y establecer los pormenores del mismo.

Como no se sabe nada del tema, se puede pensar tranquilamente, en que el CoCoAr utilizará el avión para todo lo antedicho, y de paso, generaría infraestructura de turismo antártico para MIRGOR.

Una ganga… La empresa pone el avión, y todo los demás corre por cuenta de los 120 años de soberanía y ocupación permanente que Argentina posee del territorio antártico.

Van a tener que salir a explicar el asunto, porque puede ser la apertura de un desastre de alcances internacionales.

No es aconsejable mezclar los temas de soberanía con el negocio turístico. Esos son artilugios británicos, puestos al servicio de garantizar recursos, suministros y movimiento que permiten sostener la invasión en Malvinas.

Esperemos que no estén en tren de imitar la metodología, y el CoCoAr no termine prestando servicios turísticos.

Fuente: Ministerio de Defensa / Congreso Nacional / MDZOL / Aviones de Argentina / NA / Archivo

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