Nuevo intento en la búsqueda de un método de fertilización alternativo, que “descalce” al petróleo y las empresas químicas multinacionales de su influencia sobre la producción agropecuaria nacional
Redacción
Desde la Universidad Nacional de Córdoba, se dieron a conocer algunos de los resultados preliminares del trabajo que viene desarrollando un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias Agropecuarias (FCA) de esa casa de estudios.
El mismo consiste en la búsqueda de un formulado natural, que busca promover desde la eficacia, modos de producción más independientes de los fertilizantes de comercialización tradicional dentro del negocio agropecuario. Según se informó, los ensayos se están realizando en envasado y en aplicación sobre semillas.
Se trata de un compuesto elaborado a base de subproductos de la caña de azúcar, cáscara de maní y polímeros naturales. El rol protagónico lo tienen dos cepas de rizobacterias naturales del suelo cordobés (Bacillus y Pseudomonas). Estos microorganismos establecen una interacción de mutuo beneficio con las raíces de las plantas. Desde las bacterias se generan hormonas que le permiten a la vegetación crecer más y colonizar una mayor superficie, mientras la planta les brinda azúcares para su reproducción. En esencia, lo que hace el compuesto es concentrar la cantidad de microorganismos en la raíz de la planta, de manera de multiplicar sus efectos benéficos.
El primer paso en el proceso de trabajo, fue tomar muestras de suelo de distintas zonas productivas de la provincia de Córdoba, entre las que se cuentan La Puerta, Capilla de los Remedios, Colonia Cocha, el cinturón verde, Coronel Baigorria, Río Seco y Calchín. El material recolectado les permitió aislar y caracterizar más de 40 cepas bacterianas. Tras identificar las que promueven el crecimiento vegetal, crearon con ellas un inoculante.
Otra etapa del proceso de investigación, fue evaluar con el productor la posibilidad de implementar este tipo de productos. En general, el chacarero está dispuesto a dejar de utilizar productos contaminantes en tanto y en cuanto el reemplazo le garantice resultados que cubran y mejoren los punto de equilibrio. Respecto de los compuestos naturales, la principal observación era la poca sobrevida de las bacterias que se aplican en los productos naturales.
Desde la FCA, se comprendió que se había que diseñar un producto capaz de ser aplicado hasta 30 días antes de la siembra; que no solo debía garantizar la sobrevivencia de los microorganismos, sino que debía poder ser introducido en el mundo agropecuario. En el mercado, desde el segmento de productos denominados naturales o “agroecológicos”, predominan los formulados con rizobios para leguminosas, y azospirillum para gramíneas.
En este caso, en la FCA se utilizaron cepas que no están disponibles comercialmente, aplicando Bacillus y Pseudomonas, que funcionan con mecanismos diferentes a las mencionadas anteriormente. En cuanto a los reportes de los ensayos aseguran que implementados sobre hortalizas y plantas aromáticas tuvieron buen desempeño; en el maní bajo riego se obtuvieron rendimientos superiores al 50%; y en cultivos a secano vieron aumentos en los rindes de entre 11% y 20%.
El desarrollo del formulado demandó más de cuatro años de trabajo y fue realizado por Ezequiel Bigatton e Ibrahim Ayoub, ambos docentes de la FCA y becarios de CONICET, bajo la dirección de Enrique Lucini. Posteriormente, se sumaron al equipo Joaquín Arata Badano y Emiliano Barbero (estudiante del último año de la carrera).
Fuente: Facultad de Ciencias Agropecuarias / El Diario