No agarre a patadas el teléfono o la compu mientras lea esta nota. Los artefactos no son culpables de la calamidad que anunciaron entre el INDEC el Ministerio de Trabajo. Usted vale menos que una tonelada de soja.
Por Pablo Casals
Vamos primero con la información oficial. Tras la reunión del Consejo del Salario, se anunció oficialmente desde el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, que el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) se ajustará en un 32,2% entre octubre y diciembre.
Un porcentaje llamativo que describe a las claras el desfasaje que el salario posee en Argentina en función del costo de vida. Además, la actualización es hoy, a todas luces insuficiente. Imagine el lector lo que será dentro de 90 días.
Según la propia ministra de Trabajo, Raquel Olmos – alias ‘Kelly’ -, el objetivo de la reunión del Consejo de Salario era «avanzar en la adecuación del salario mínimo, vital y móvil e introducir un cambio importante en el seguro de desempleo». Por los resultados difundidos, no lo habrían logrado más allá de que el mismo se dio a conocer como “muy positivo incremento”.
El Consejo del Salario está integrado por la CGT, la CTA de los Trabajadores, y las principales cámaras empresarias. Según lo anunciado oficialmente, las partes convinieron un incremento en tres tramos, que significarían algo más del 32% de incremento. Sólo el representante de CTA se manifestó en contra de la propuesta, ya que consideró al aumento como insuficiente, y ratificó el reclamo de incremento de como mínimo el 44 %.
Así, al actual SMVM de $ 118.000, le sucederán tres aumentos consecutivos: llegará a $132.000 en octubre, $146.000 en noviembre y $156.000 en diciembre.
Además, se acordó actualizar el seguro de desempleo para llevarlo al 75% del salario percibido en actividad, con un tope de un sueldo mínimo, vital y móvil.
Mientras tanto, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), publicó el miércoles las cifras de pobreza en Argentina. Las mismas resultan escandalosas, incluso desde el prisma INDEC-land: 40,1% de la población bajo la línea de pobreza, y el 9,3% está en la indigencia. A esto se suma que el 56,2% de los chicos son pobres.
INDEC reconoce que el total, 22,7 millones de personas en Argentina son pobres o indigentes. La diferencia entre unos y otros es que los primeros apenas comen a diario, y los segundos no pueden alimentarse todos los días.
El organismo afirma que el ingreso promedio de los hogares pobres es de algo más de 124 mil pesos. Es decir, un kilo de carne y un sachet de leche más que el actual SMVM. Además, según el propio INDEC, una Canasta Básica Total (CBT) que sería el mínimo piso al que debería acceder una familia para no ser pobre es de $199.593.
Es evidente que el Consejo del Salario lo único que hace es regular el ingreso de las familias hacia un miserable abismo. Carece de utilidad de cara a la dignidad del pueblo trabajador argentino.
Por último, los datos consignados son más que elocuentes. Si los pensamos en dólares – por aquella panacea de la “dolarización” -, la CBT equivaldría en términos “reales” a U$S 216,30.
Menos de la mitad que una tonelada de soja.
La situación no da para más, y los muchachos están de joda.
Fuente: MTEySSN / INDEC