Luego de la abrumadora manifestación popular por la reclamación soberana de la Guyana Esequiba, el conflicto entre Venezuela y Guyana de tensa y promete una duración prolongada. Los argumentos de la contraparte, son similares a los esgrimidos por Gran Bretaña respecto del reclamo argentino sobre el territorio invadido en el Atlántico Sur.
Redacción
Tras la consulta popular realizada en Venezuela el pasado fin de semana, donde la opción por la recuperación de la Guyana Esequiba tuvo una adhesión superior al 95%, el gobierno de Nicolás Maduro, instó a su par de Guyana (ex colonia británica) a dar por tierra con la autorización para la instalación de bases militares de Estados Unidos en el aérea en disputa.
El Esequibo es un territorio rico en petróleo cuya soberanía Caracas reclama desde hace más de 100 años. Meses atrás, Guyana impulsó un proceso de puesta en licitación de parte de las regiones petroleras del territorio en disputa, otorgando contratos de perforación a las empresas ExxonMobil, de Estados Unidos; TotalEnergies, de Francia; y a SisPro Inc, de esa nación; entre otras.
Además de la disputa por la soberanía territorial, el conflicto escaló en 2015, cuando se conoció que la petrolera Exxon había descubierto crudo en las costas guyanesas. Según diversas fuentes, se trataría de la segunda mayor área del mundo con crudo sin explotar.
El Gobierno venezolano acusó a su para de Guyana de dar “luz verde” al Comando Sur de los Estados Unidos para que despliegue su potencial militar, de cara a proteger posibles inversiones petroleras de la empresa Exxon Mobil.
Por otra parte, apelando al mandato popular, Maduro anunció el avance de los trámites correspondientes para la sanción de la ley para crear una provincia en la zona en disputa.
Asimismo, Venezuela hizo pública una denuncia ante la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), respecto de “la actitud imprudente de Guyana”; exhortando a las autoridades de ese país a «desistir de su errática, amenazante y riesgosa conducta y retomar el camino del diálogo directo» sobre la base del Acuerdo de Ginebra, en el que se cita al Esequibo como un territorio en disputa.
Según se comunicó, los cancilleres de ambos países reconocieron estar manteniendo conversaciones telefónicas, bajo el acuerdo de “mantener los canales de comunicación abiertos» entre ambos Estados.
Parte de las últimas acciones de Venezuela y la publicación del mencionado documento, tuvieron como disparador, las manifestaciones que había realizado días atrás el presidente de Guyana, Irfaan Ali, quién consideró como una «amenaza directa» el ingreso a la Asamblea Nacional venezolana del proyecto para crear la provincia de Guayana Esequiba y la facultad dada a la petrolera estatal PDVSA de otorgar licencias para extraer crudo en la zona en disputa.
Según se supo, Alí anunció que acudirá al Consejo de Seguridad de la ONU para que ese organismo «tome las medidas apropiadas» y que estableció comunicación con «socios bilaterales» como Estados Unidos, Brasil, Reino Unido y Francia. Asimismo, manifestó que “la Fuerza de Defensa de Guyana está en alerta máxima y se ha puesto en contacto con sus homólogos militares, incluido el Comando Sur de Estados Unidos».
Brasil, por su parte, movilizó y reforzó su presencia militar en la frontera con Venezuela y Guyana, y anunciaron en un comunicado que «fue anticipado un refuerzo de tropas y medios de empleo militar en las ciudades de Pacaraima y Boavista», en el estado fronterizo de Roraima, uno de los caminos que permite el acceso a bajo costo al territorio de Esequibo.
El reclamo formal por soberanía territorial de parte de Venezuela, comenzó en 1844, cuando Guyana aún permanecía bajo dominio británico. Hubo a lo largo de prácticamente 180 años, tres instancias clave que no resolvieron la situación: un arbitraje en 1899; el Acuerdo de Ginebra de 1966 que promovió negociaciones bilaterales; y la gestión de buenos oficios de la ONU a partir de 1987.
Si bien ninguna de las instancias diplomáticas resolvió el conflicto, hasta 2015 no se había convertido en un foco de tensión preocupante para ambos países ni, por lo tanto, para la región. Hasta que apareció el petróleo.
De todas formas, el reclamo venezolano tiene legitimidad, a partir de la documentación y cartografía heredadas de la época de dominio español, donde el límite era precisamente el río Esequibo. La contraparte británica – y desde 1966 – del Gobierno oficial de Guyana, argumenta que el área “nunca estuvo bajo soberanía efectiva española ni venezolana”.
A los argentinos nos resuena claramente ese argumento, ya que son los mismos que se esgrimen respecto de la Patagonia, la Antártida Argentina, los archipiélagos y las aguas del Atlántico Sur que conforman nuestro legítimo territorio.
Fuente: Gob. Venezuela / AFP / Sputnik / Nodal