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Y ahora le toca a las semillas…

El Ministro Domínguez nombró a cargo del Instituto Nacional de Semillas a Obdulio San Martín, ex Director del Grupo Don Mario, multinacional semillera argentina. ¿Adivinen? Su objetivo será impulsar la denominada Ley de Semillas.

Redacción

Se conoció que el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Julián Domínguez, nombró como titular del Instituto Nacional de Semillas (INASE) a Obdulio San Martín. Ex ejecutivo de la semillera de origen nacional Don Mario; firma que desarrolla genética de soja y otros cultivos, y que tiene presencia en Estados Unidos, China y también es líder en Brasil.

Según trascendió, San Martín aceptó el cargo, con la idea de impulsar desde el organismo, “una demanda histórica de los obtentores y multiplicadores de semillas, tanto nacionales como extranjeros”: la nueva Ley de Semillas.

El objetivo de esa normativa, es no sólo hacer valer las patentes de quienes “investigan nuevas tecnologías y lanzan novedosos híbridos”. También enarbola la legalización de una práctica que tiene al menos dos décadas en el país, y es impulsada por Monsanto: el cobro de regalías a lso productores por cada vez que utilice determinadas semillas. Es decir, un productor compra semillas y en el pago está incluída la patente de diseño e innovación. Lo que la mencionada multinacional impulsa, es que luego de la cosecha, si el productor quiere guardar grano para volver a sembrar, debe pagar los derechos nuevamente.

¿Qué es lo que transforma a estas biotecnologías en factor esencial para los capitales biotecnológicos que lidera Monsanto? Tras años de utilización sistemática del glifosato como principal (o único) herbicida, las malezas han adquirido gran resistencia a su acción. La respuesta inicial consistió en aplicar mayores dosis de glifosato, lo que no hizo sino acelerar el proceso evolutivo de las malezas. Esto tuvo como resultado inmediato (dejando a un lado los efectos sobre el medio ambiente y la salud humana vinculados a esta expansión en el uso del herbicida) un aumento sostenido en los costos de producción de granos de soja y sus derivados.

Ante las restricciones que el Estado nacional pudiese imponer para evitar el uso de este tipo de innovaciones tecnológicas, podría afectar las exportaciones de granos e importaciones de insumos químicos para el agro. Si, por el contrario, la producción de soja sobre la base del paquete tecnológico anterior sigue siendo rentable Monsanto perderá la ventaja que le brinda el desarrollo de innovaciones tecnológicas a la hora de luchar por la apropiación de ganancias.

La actual Ley de Semillas data desde 1973. Época en la cual Argentina posee una cartera de semillas y semilleros propias; de desarrollo nacional y conveniente tanto par su uso interno como de su exportación.

Fuente: MAGyPN / La Vaca

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