Baja en el precio de faena
21 diciembre, 2023
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El proyecto de producción de pasturas en “El Morro”, que no sólo permitió contrarrestar el exceso hídrico causado por la deforestación, sino que se transformó en uno de los centros productivos más grandes del país relacionados con ese cultivo.

Redacción

El gobierno de la provincia de San Luis asumió hace unos años la tarea de contribuir y mejorar una de las facetas fundamentales y estratégicas de cualquier aparto productivo: la logística. Para ello creó una secretaría de Estado para tales fines y su desarrollo más significativo hasta el momento, fue el desarrollo y complementación del ciclo productivo y comercial de la alfalfa.

Una de las pasturas más codiciadas por el complejo agrario argentino y también del mundo es la alfalfa. La misma, además de ser un forraje de comprobada calidad, posee otros aditamentos que contribuyen a la mejora de suelos: su cultivo aporta nutrientes, y por su gran consumo de agua, contribuye a la estabilización de los cuadros con excesos hídricos.

Así, el gobierno puntano desarrolló en la denominada Zona de Actividades Logísticas (ZAL) y a partir de la conformación de AGROZAL, el Plan Plurianual de Alfalfa, que consistía en mitigar el exceso hídrico que se produjo en la Cuenca de “El Morro”.  La misma comprende el sector centro‐oriental de la provincia; y está situada íntegramente en el Departamento Gral. Pedernera abarcando un área aproximada de 2.600 km2, delimitada entre las Sierras de El Morro y del Portezuelo al norte, Yulto al oeste y Comechingones al este.

En dicha región, a causa de la deforestación que implicó la ampliación de la frontera agropecuaria años atrás, motivó el surgimiento de nuevos cursos de agua. Verdaderos ríos y arroyos que drenan hacia el sudeste en dirección al río Quinto. Incluso, estos acontecimientos fueron denunciados en varias oportunidades en los medios de la Capital Federal con exigua repercusión.

La zona, por lo tanto, necesita una fuerte inversión en materia de infraestructura hídrica, que complemente el proceso de reforestación, pero que al mismo tiempo, “reconvierta” el área que adquirió nuevas características. Lógicamente, tal desembolso de dinero no lo financiarán capitales privados, y por tanto es la provincia con aporto de organismos nacionales la que se encargó de al menos ordenar una parte d ellos mencionados cambios.

La producción del cultivo en la zona ha permitido contrarrestar esos efectos, debido a la gran absorción de agua que caracteriza a dicha pastura. Además, con el transcurso del tiempo fueron muchos los agricultores que se sumaron a trabajar la alfalfa, a recibir capacitaciones y a exportar. De allí que, una vez instalado en la región tanto INTA como AGROZAL, emprendieron la realización de una planta que compacta los fardos en un formato diferente, que puede ser comercializado en el MERCOSUR.

Asimismo, tal formato permite ser embarcado en contenedores y enviados a los países árabes. Estos son grandes demandantes de alfalfa e incluso con cierto desarrollo en el intercambio comercial de dicha pastura a través también de productores chaqueños, de los cuales hemos dado cuenta meses atrás.

Como se dijo, la alfalfa es un cultivo que consume grandes volímenes de agua por hectárea. Su la siembra mermó a nivel internacional – y también en Argentina – a causa de la crisis climática global que tendió a condiciones integrales de sequías.

A partir de los inconvenientes mencionados en San Luis, se utilizó la alfalfa como mecanismo rápido de reforestación. Por tanto, tal como lo describen los propios puntanos relacionados directamente con la experiencia, la crisis climática se convirtió en una oportunidad rentable, que en 2023 obtuvo como resultado 20.000 toneladas.

El INTA participó del proyecto en la faceta de análisis y combinación de distintas variedades del cultivo, el mejoramiento de semillas, como también en los análisis de calidad y del proceso de enfardado. Los fardos confeccionados, son más pequeños a los tradicionales y requieren una compactación especial de cara a poder ser embarcados en los conteiners y aprovechar más eficientemente la capacidad de los mismos. Asimismo, el tipo de enfardado también comenzó a ser demandado por el mercado interno habida cuenta de su mayor facilidad para su manipulación y transporte.

Fue el gobierno provincial por tanto quién procuró a través del área de logística, la instalación de la empacadora; completando el círculo de producción, análisis, acopio, acondicionamiento y comercialización.

El predio donde se concentra la actividad, cuenta con depósitos y una nueva infraestructura de 1.500 metros cuadrados, que se suma a una ya existente capacidad de acopio de 2.000 m2.

Fuente: INTA / Gob. San Luis / Diario de la República

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