A partir de los problemas de nivel del río Paraná, la sequía, las dificultades para la provisión de agua potable y para la producción, el Gobierno chaqueño definió un plan de trabajo integral con el objeto de al menos garantizar los servicios.
Redacción
Según informó en conferencia el Gobernador Capitanich, el gobierno de la provincia del Chaco destinará 500 millones de pesos para perforaciones, acarreo de agua y contratación de equipos para garantizar el suministro en zonas rurales y urbanas, como así también medidas de acompañamiento a productores y pescadores.
Según el gobernador Jorge Capitanich, el Ejecutivo convocó a los organismos que intervienen en la preservación ambiental y en la provisión y manejo del agua para tratar la crítica situación hídrica por la que atraviesa no sólo la provincia, sino la región en general, debido a las escasas precipitaciones, las altas temperaturas y la histórica bajante del río Paraná. Además, aseguró que se establecerá un sistema de emergencia para prevenir e intervenir en focos ígneos detectados y aplicar un programa de regulación de pesca compatible con la evolución de la altura del río Paraná.
Más allá de que la provincia atraviesa el cuarto año consecutivo de seca, no deja de preocupar el informe dado a conocer por el titular del Instituto Nacional del Agua (INA), Juan Carlos Bertoni.
El funcionario advirtió ante los medios públicos durante la semana, que la situación actual en el río Paraná “es preocupante” por el bajo nivel de caudal existente, pero aseguró que es “sensiblemente mejor” que en los dos últimos años, aún cuando persiste la sequía y el faltante de lluvias en la región. Bertoni explicó que a finales de 2022, hubo “una cierta recuperación por algunas lluvias puntuales que se produjeron sobre la cuenca del río Iguazú, algo que se nota mucho en las cataratas, pero dura pocos días”. Sin embargo “continúa la bajante que comenzó en marzo de 2020” ya que el volumen de agua “es poco y eso no hace que la situación en el Paraná cambie”.
Sobre los efectos de la sostenida bajante del río, el funcionario manifestó que “cuando empezó se produjeron a lo largo de la provincia de Misiones y en algunos lugares de las provincias litoraleñas problemas de extracción de agua porque las bombas de captación quedaban en vacío”. Tras las inversiones del gobierno nacional para adecuar a la nueva realidad los sistemas de captación, dicho inconveniente estaría prácticamente superado a lo largo de la cuenca.
Sin embargo explicó Bertoni, que puede ocurrir que cuando bajan los niveles aumenta un poco la turbiedad del agua y hay algún problema mayor para potabilizar el agua, la salinidad del agua”.
Fuente: Gobierno del Chaco / Télam