La aplicación de fertilizantes disminuyó tanto en la campaña agropecuaria pasada como en la presente que está cerca de concluir. Los costos del paquete tecnológico han incrementados no sólo sus números sino sus proporciones. Los anuncios de la quita de aranceles a la importación de insumos es una carta de negociación con el sector que reclama devaluación.
Por Pablo Casals
Según el informe publicado por la Bolsa de Comercio de Rosario basado en cifras de la Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (CIAFA) y Fertlizar, el uso de fertilizantes en la actividad agropecuaria cayó un 4,5% durante 2023, lo cual repercutió en la merma de reposición de nutrientes a los suelos bajo cultivo, agravados por dos años de fuerte sequía.
Las cifras divulgadas evidencian dos años consecutivos de disminución permanente en tales aportes, cosa que no sucedía desde 2015 según las afirmaciones del mencionado informe.
Antes de continuar, permítanos una reflexión respecto de las cifras e informes que circulan a diario.
Si ya veníamos con una serie de problemas importantes en materia de estadísticas oficiales referidas a producción, volúmenes, costos, transacciones, y relaciones entre las cadenas y sus distintos eslabones, la situación del último semestre se agravó en forma preocupante.
Los números oficiales solamente proyectan porcentajes sobre otros porcentajes anteriores, sin arrojar datos o elementos de base real y contemporánea. Es poco viable para cualquier sistema estadístico, que sus posibles intérpretes tengan que previamente convertirse en arqueólogos e historiadores del dato concreto, para luego calcular la sucesión de porcentajes aplicados.
Según el caso, algunas “bases” cálculo datan de 1994 (30 años atrás) y otras de 2004. Las hay más recientes por supuesto. Estaría bueno – por meterle algún adjetivo elegante -, que sin despreciar lo acumulado se hicieran “cortes” más próximos en el tiempo. Así, los “boludos de a pie”, tendremos un parámetro comparativo más cercano con el cual evaluar y aplicar criterio.
En esta Redacción sabemos que los parámetros estadísticos oficiales están normados y estandarizados según las pretensiones de los organismos internacionales. Pero si bien a nivel global la pizza es pizza, no en todos los países de morfa de la misma manera.
¿Está mal que el acervo estadístico sea frondoso? En absoluto. Ojalá pudiésemos reconstruir el sistema estadístico desde 1776 a la fecha, de manera de no tener que soportar que el primer mandatario hable de supuestos PBI de hace un siglo; o de déficits públicos de hace 90 años. Sanata pura y dura que de no ponerle un freno corre riesgo de convertirse en verdad – similar al chiste vigente que enuncia que mayor facturación es igual a crecimiento -.
Tal como están las cosas, quedan solamente para analizar sobre cierto parámetro material, las nunca confiables estadísticas privadas y de sector. Que tengan estas características, no significa que estén mal hechas; sino que responden a los objetivos del sector que las realiza.
No es el mismo criterio con el cual abordar las cifras oficiales. Es simple la distinción: si bien las cifras de “arman” en función de “acompañar” la gestión de gobierno, no dejan de ser oficiales. Es decir, a usted lectora lector, puede gustarle o no el actual Presidente – o cualquiera de los anteriores -; sin embargo, es el Presidente.
Dicho esto, así como los datos reflejan que el año pasado, la aplicación de fertilizantes fue un 20% menor que en 2021 – año récord en materia de fertilización -, a pesar de que el insumo estaba “barato” a nivel internacional, la matriz de costos no dejó de empeorar.
Asimismo, el informe consigna que al tiempo que se dan altos volúmenes de producción, la necesidad de importaciones sigue siendo alta en relación al consumo real del insumo. En criollo: en 2023, 6 de cada 10 kilos de fertilizantes que se echan en nuestros campos llegaron del exterior y se pagaron en dólares.
Ante estas cosas que son propias de la vida real, Caputo, el ministro de Economía que se tonto no tiene nada, anunció la baja o eliminación de aranceles para la importación de fertilizantes a base de urea y sus mezclas con nitrato de amonio. Las mismas detentan, aranceles del 5,4 y 3,6%.
Según el ministro, eso implicará que los costos al productor desciendan en menos de 60 días en más de un 45%. Cosa que no es verdad, pero como nadie se lo discute porque no hay cifras sólidas y públicas, las cosas pasan de largo. Mientras tanto, “el campo” sigue pidiendo devaluación para liquidar la gruesa o vender a la industria.
Por último, de la mano con lo anterior, hace varios días que Caputo había anunciado la baja de los aranceles de importación a los herbicidas, fundamentalmente los más aplicados: Atrazina, Glifosato y 2-4-D. Los mismos tendrían una quita de algo más de 22 puntos, ya que descenderían del 35 al 12,6%. A su vez, se dijo que reducirán el arancel de la Atrazina primaria, desde el 24% actual al 10,8%.
Fuentes: MEcoN / BCR / Fertilizar / Archivo