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La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, llega hoy a nuestro país, y la espera una fila larga de personajes para poder sentarse en las futuras mesas de exportaciones. No podemos más de ecologistas.

Redacción

Llegó la señora, y lo que hasta ahora quedaba en las charlas de pasillo, ahora se empezó a hacer caminar por los medios. La mandataria europea pasará por Buenos Aires para justamente, comenzar a ajustar algunas tuercas respectos de posibles nuevos acuerdos comerciales y la “agenda verde” de ese continente se debate en nuestro país.

Europa no autorizará las exportaciones de materias primas que provengan desde zonas que fueron desforestadas luego de 2020. Los productos específicamente observados son el aceite de palma, café, soja, madera, ganado, cacao, caucho, carbón vegetal y papel impreso, así como productos derivados, como carne de vacuno, muebles o chocolate. En nuestro país, además de la soja y el ganado, el ojo también está puesto en la industria forestal.

De allí que habrán leído o escuchado muy seguido en el último semestre, la palabra trazabibilidad. Es decir, desde qué campo proviene el producto, hasta el ingreso al mercado interno europeo. Además, hay un dato de agenda diplomática fabuloso: parte de los lobbies que viene a impulsar von der Leyen, están relacionados con la venta de servicios de georreferenciación y tecnologías blockchain (cadenas de datos digitales, organizados en bloques).

Así las cosas, el Gobierno Nacional, algunos gobiernos provinciales y la Sociedad Rural Argentina (SRA), desde hace un tiempo están enviado señales hacia aquellos mercados, para mostrarles lo buenos que son con el ambiente. Así, mientras Bahillo – secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación – y Nicolás Pino – presidente de la SRA – se encargaron de mover un documento redactado por el segundo para influir en la comitiva visitante, algunas de las provincias comenzaron a mover hilos para hacerse visibles.

La Pampa es una de ellas. Hay algo que es de destacar de ella: antes de que la dinámica de los desmontes masivos comenzara a hacerse moneda corriente como forma de ampliar la frontera agropecuaria y engordar el negocio rentístico de los arrendamientos, esa provincia se preocupó por legislar a nivel provincial el manejo de montes y bosques nativos.

La Ley provincial N° 2.624 que data de 2011, establece que para modificar un bosque hay que pedir autorización, y confeccionar un plan de manejo, donde productores, profesionales y representantes del Gobierno pampeano trabajen en forma conjunta.

Según la ministra de la Producción, Fernanda González, «todo lo que se hace en el bosque es con autorización de la autoridad de aplicación, que es el Ministerio de la Producción a través de la Dirección de Recursos Naturales». La Pampa posee 13,5 millones de hectáreas entre bosque y monte. De ese total, tres millones corresponden al Caldenal, que es el área «que Nación considera bosque» según la definición contemplada en la ley nacional. Es decir, el estándar de definición de bosques varía entre la legislación nacional y la provincial.

Esto no es menor, porque si bien La Pampa fue una de las pioneras en regular estas cuestiones, se establece un antecedente que otorga poder de maniobra a las provincias, dado que cada una puede determinar soberanamente qué es bosque y qué no; y así poder negociar la concepción del estándar con los europeos.

Para el caso pampeano, la carta a jugar, es la convivencia entre la ganadería y los bosques. Cosa que es bien vista en el mundo y que no necesariamente, implica explotación forestal.

Desde esta Redacción dudamos fervientemente en la rigurosidad europea a la hora de aplicar los mencionados requisitos. Entendemos que se trata de una herramienta de presión para negociar contratos a la baja tanto en precios, como en beneficios, atentos a que ellos necesitas provisión barata de comida y energía; y recuperar presencia en nuestros mercados internos sea por la vía de servicios tecnológicos o modelos productivos de poca inversión de capital y mediana escala.

Europa no puede competir mano a mano con los monstruos estadounidenses, chinos, o británicos. Pero se fabrica el espacio para convivir. El cipayismo, hace el resto.

Fuente: UE / SAGyPN / SRA / Gobierno de La Pampa / Info Pico / Más Industrias

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