Carne vacuna: una crisis para planificar la futura crisis

Insumos industriales básicos dentro del programa “Precios Justos”
14 diciembre, 2022
Más reclamos por el dólar “algo”
14 diciembre, 2022
ver todo

Carne vacuna: una crisis para planificar la futura crisis

En las condiciones de semicolonia agroexportadora, producir cualquier cosa en Argentina siempre será difícil incluso siendo obediente. Pero hay procesos de cara al sol que se repiten casi cíclicamente, donde los ganadores son siempre los mismos y los perjudicados, también.

Redacción

Comer en Argentina es carísimo.  O mejor: la comida en Argentina tiene un precio muy difícil de alcanzar para el ingreso promedio familiar. Más allá de algunos análisis más minuciosos de costos que podríamos hacer, está claro que los sueldos – para la familia que los tienen – son muy bajos.

Entonces, aunque la carne vacuna no esté pegando los saltos que diera durante 2020, 2021 y los primeros meses del año todavía en curso, continúa siendo un bien de lujo. Tanto las fuentes oficiales como los analistas del mercado vacuno coinciden en que la oferta de carne en el mostrador crece, los precios se mantienen con cierta estabilidad, pero las familias no pueden comprarla.

¿Por qué hay cada vez más carne disponible? Porque ante la sequía sale “más caro” darle de comer al rodeo y la ganancia ganadera caería si se enviara a faena el número de cabezas más o menos “normal” de siempre. Vala aclarar aquí, que no existe normalidad en el mercado vacuno; o mejor dicho, esos parámetros no llegan jamás al mostrador de la carnicería. El fato del negocio se cocina en otro lado, más allá de que la mayor parte de la faena anual se consuma en el mercado interno.

¿Por qué es más caro alimentar el rodeo con sequía? Simple. En el caso del engorde en corral, la existencia de granos y balanceados es menor, y por tanto su precio aumenta. En el caso del engorde por pasturas, durante la seca las mismas no son tan abundantes; no pueden meterse la misma cantidad de cabezas en cada cuadro; y los arriendos no son baratos. Por lo tanto, mandan animales a faena.

Esto que se explica de una forma lógica y que es uno de los principales argumentos del sector, podría ser refutado fácilmente si hubiera una planificación del rodeo disponible. Obviamente, la planificación la realiza el mercado y no el Estado; por lo tanto, el resultado es el que el mercado manda.

¿Cómo es eso? Claro; la acción de hoy, más que salir del paso implica preparar el terreno para los próximos tres o cuatro años. “Hacer” un novillo, lleva al menos tres años entre la preñez de la vaca madre y los dos años que implica la cría y engorde.

Por tanto, si se están mandando animales en exceso a faena, van a faltar vientres para el año que viene y, por ende, terneros “nuevos” al siguiente. Ya de por sí, en contexto de sequía, la preñez promedio desciende. Se calcula que en el último año y medio, se redujo en un millón la cantidad de crías.

Entonces, en estas condiciones, el mercado planifica su futuro repunte arriesgando poco. Al descender la disponibilidad de vientres, el año entrante habrá menos nacimientos y menos cabezas disponibles para mandar a faena en los próximos dos o tres años. Por lo tanto, el precio de la carne comenzará a subir por escasez de oferta. Ni hablar si se instaura alguna política de promoción ganadera para aumentar el rodeo a mediano plazo; y siempre y cuando, las exportaciones de carne continúen a la baja como está ocurriendo en el último semestre.

Y acá es donde aparecen los números de China, principal horizonte de exportación de carne vacuna. El gigante asiático está demandando menos carne. Esto obedece a varios factores: la suba del precio de los granos encarece la carne; también vienen (planificación mediante) armando rodeo propio; y tercero, las recientes restricciones a las importaciones de todo tipo por cuestiones sanitarias.

En cuanto a la carne, Argentina es el segundo proveedor de China, con promedios de 400 mil toneladas y por un valor de 2.270 millones de dólares. Eso implica el 18% de las importaciones de ese país respecto de la carne vacuna.

¿Qué podemos esperar los consumidores? A corto plazo no muchas novedades. A partir de marzo, es probable que el precio interno comience a subir. Tendrán como excusa la Cuota Hilton y la Cuota 481 -ambas con Europa -, y los acuerdos con Estados Unidos -que puede que no continúen vigentes. Luego habrá un “efecto pre-electoral” donde los mercados y las fuerzas en pugna juegan su partido.

¿Qué se puede hacer ante eso? El Gobierno podría organizar fácilmente el curso del próximo lustro en el sector, y configurar lo necesario para llevar el rodeo a los niveles necesarios. Hasta ahora no lo hizo. No todo en esta vida tiene que ver con “hacer caja” con impuestos o ceder con subsidios.

Fuente: SAGyPN / Infosudoeste

Invitame un café en cafecito.app

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *