La avanzada es grande y de golpe. Que DNU, que proyecto de Ley, que ranking mundial, que demanda internacional, que desarrollo del mercado interno. Cosas que nos descolocan todo el tiempo y giran en torno al mismo tema: el cobre, su posesión y su explotación.

Por Pablo Casals

La secretaria de Minería de la Nación (SMN), Flavia Royón, aseguró días pasados que uno de los desafíos del gobierno nacional – y por ende de su continuidad en el gabinete – es que el país produzca cobre. La funcionaria es la misma que encabezaba la cartera de Energía, durante la gestión anterior de los Fernández Massa.

La Secretaria a su vez defendió las políticas de la actual gestión, resaltando que en lo que respecta al desarrollo de la explotación del cobre, el llamado Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) será fundamental. Éste está contemplado en el articulado de la “Ley Ómnibus” (Ley Bondi).

Según Royón, el RIGI será un instrumento necesario para concretar los proyectos de exploración y explotación de cobre. Para eso, hay que atraer inversiones. Para la funcionaria, el cobre significará “un punto de inflexión” para el país, y preponderante para el cambio de realidad estructural de las provincias de Salta, Catamarca, San Juan y Mendoza.

Argentina actualmente no produce cobre. Pero en las provincias mencionadas, hay un total de siete proyectos en desarrollo. Algunos de ellos, están en los topes del ranking mundial.

El que lo explicó muy bien fue Mike Meding, vicepresidente y Gerente General de McEwen Mining, la compañía canadiense que opera “Los Azules”, provincia de San Juan; en una entrevista que le realizara días atrás el portal Econojournal. Este es considerado un megaproyecto de cobre que se estima comenzaría su explotación en 2029.

Si observan el cuadro siguiente, verán que tanto Los Azules como otros proyectos destacados, se están explorando en la provincia de San Juan. Argentina dejó de producir cobre en 2018, cuando cerró la mina Bajo Alumbrera. Pero el país tiene en carpeta proyectos que por sus recursos y dimensiones son de clase mundial tal como lo consigna la consultora internacional – con supuesta sede en Bélgica – Miner Deck.

Para ir familiarizándonos con el asunto, el cobre es considerado un insumo estratégico para la nueva ola global de electromovilidad y la transición energética. Por ejemplo, se estima que un auto eléctrico convencional, contiene en su integración 75 kilos de cobre. Un automóvil común, como los que nosotros conocemos, no supera los 25 kilos.

Si el mundo “va” hacia los autos eléctricos. Requerirán además del litio para las baterías, una cuantiosa cantidad de cobre disponible para la cadena de valor internacional del sector. Argentina, en ese sentido, está punto caramelo.

Una de las fuentes, expuso que solamente en la provincia de San Juan – ya vimos los destacados del ranking mundial -, se encuentran los proyectos de Filo del Sol, Altar, Los Azules y Valle de Chita

Filo del Sol es explorado por la canadiense Lundin Mining. Altar lo está por la Aldebaran Resources; el ya mencionado Los Azules por McEwen Copper; y Chita por Minsud. Las cuatro, son empresas canadienses, y tienen al menos veinte equipos de perforación y cateo trabajando en la exploración de cada proyecto.

Volviendo al caso de Los Azules, la mencionada McEwen Mining posee el 47,7% de participación accionaria. El 19,4% es propiedad del gigante automotriz internacional Stellantis (concentra 14 marcas entre ellas Abarth, Alfa Romeo, Chrysler, Citroën, DS, Fiat, Jeep, Lancia, Maserati, Opel, Peugeot, Ram y Vauxhall.). otro propietario conocido, con el 14,5% de las acciones es la británica Río Tinto Gropup, la segunda compañía minera a nivel internacional.

Según su ejecutivo, Los Azules demandará una inversión inicial de US$ 2.500 millones y de otros US$ 2.200 millones durante la vida útil (32 años). Las exportaciones superarían los US$ 1.200 millones anuales.

En criollo: pondrán 4.700 palos verdes; y se llevarán en algo más de tres décadas, se llevarán 38.400 millones de dólares.

La empresa dice que producirá cátodos de cobre (algo así como placas de cobre) que, a diferencia del concentrado de la explotación convencional, se comercializan directamente. Se estima que para 2034, Argentina podría estar exportando US$ 10.000 millones anuales.

Asimismo, y acá es donde mejor nos picaron el boleto porque la necesidad tiene cara de hereje, afirman que es un insumo estratégico para la industrialización argentina. En la propia San Juan se instalarían las industrias que utilicen los cátodos y se agregue valor nacional.

Según Meding, hoy Argentina fabrica alrededor de 500.000 autos por año. La mitad se exportan; y la cadena posee con una capacidad instalada para un millón de unidades anuales. Por lo tanto, un posible reflote de la matriz industrial estaría dado por la posibilidad que Argentina vuelva a fabricar cables y motores, y en un futuro se podrán fabricar baterías.

Para cumplir con todo eso, el empresario hizo hincapié en que lo que el sector pretende es el respeto a la Ley de Inversiones Mineras (Ley 24.196) y la estabilidad fiscal; a un tipo de cambio competitivo; libre disponibilidad de divisas; la reducción de las retenciones progresivamente hasta su completa eliminación y libertad para la importación de bienes y servicios.

El remate de la entrevista nos viene como anillo al dedo. Consultado por la actividad cuprífera a nivel internacional, Meding afirmó que en el mundo se consumen 25 millones de toneladas anuales de cobre, de las cuales cinco son de reciclaje y 20 son de producción minera. Se estima que la demanda de cobre en el mundo puede subir a los 68 millones de toneladas anuales hacia 2050.

El principal productor de cobre del mundo es Chile con 5 o 6 millones de toneladas por año. Entonces por el escenario trazado hacia mitad de siglo, el mundo necesitaría ocho Chiles por año para abastecer la demanda.

Argentina está habida de dólares per también de trabajo. Su población está cada vez más hambreada.

Como la necesidad tiene cara de hereje, “nos picaron el boleto”. Un recurso estratégico que debería explotar el Estado nacional por sí mismo, hoy lo estudia la comunidad británica.

Fuente: SMN / Econojournal / Mining Deck / Minería y Desarrollo