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Cocina Salvaje 51: Campanillas y fideos

Recetas simples y remedios naturales. Buenos, bonitos y baratos. Animate, buscá, juntá, prepará, comé y saná. Hay un corrillo que dice que la campanilla azul es alucinógena, pero es erróneo y con probarla alcanza para darse cuenta que no tiene esas propiedades. Como sospechamos que no nos van a creer, aproveche y prepárese unas buenas pastas de colores.

El Editor Federal

Una de las varias especies del género Ipomea que producen flores y hojas comestibles es la Campanilla Azul. Ocasionalmente se cultiva como ornamental pero también la encontramos en estado silvestre, invadiendo grandes terrenos si no es controlada.

¿Cómo la comemos?

– HOJAS: crudas o cocidas, como verdura de hoja en ensaladas, jugos verdes, empanadas, rellenos de pastas, tortillas.

– FLORES (sin los órganos reproductivos): crudas en ensaladas, como decoración comestible/ Cocidas como verdura, en mermeladas, mousses, postres, pastas/ Como colorante alimenticio, se logra una gama de colores alterando el pH de la preparación.

¿Qué sabor tiene?

Las hojas son de sabor neutro, como la espinaca. Las flores, mayormente neutras y ocasionalmente algo picantes. Si se recolectan en época de sequía pueden presentar amargor.

¿Todas las Ipomoeas son comestibles?

NO. Existen más de 600 especies registradas en el género Ipomoea y solo algunas son comestibles. Este artículo se refiere al uso culinario de una de ellas, la Ipomoea indica. Asegúrese de identificar correctamente la planta antes de utilizarla. El color de las flores NO es suficiente para una identificación certera. Ante la duda consulte con un especialista o vea este video donde el botánico Alexis López explica los detalles para una correcta identificación de ésta y otras especies de Ipomoea: https://fb.watch/gpJ5vqL2vX/

Pregunta frecuente: ¿la Ipomoea indica es una planta alucinógena?

NO. 1: Si bien hay registros de Ipomoeas utilizadas en rituales chamánicos, las mencionadas son otras especies, no la Ipomoea indica. 2: Los expertos sostienen que el efecto es un mito o una autosugestión. 3: Las supuestas propiedades alucinógenas se encontrarían en las semillas de la planta. Como lo que consumimos son sus flores y hojas, no hay absolutamente ningún peligro de consumo accidental de semillas (éstas se forman en el fruto, que aparece después de que la flor se marchita y cae).

Antes de pasar a la receta, destinamos unas líneas para agradecer al grupo Cocina Salvaje*, por permitirnos difundir este material que llega a ustedes por la producción de Patricia Mina**.

Para nosotros es importante poder divulgar el potencial alimenticio, curativo y también gastronómico que poseen los árboles y plantas silvestres; sean autóctonas y naturales de nuestro país o región, como así también las que han ido trayendo las distintas corrientes migratorias, y se adaptaron a nuestro suelo.

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PASTA FRESCA DE FLORES DE CAMPANILLA

Ingredientes (para 1 porc.)

– 100 gr, harina de trigo

– 55 cc, extracto de campanilla azul*

– 10 cc, aceite de oliva

– Sal, a gusto

– Para pasta morada (ácida): un chorrito, vinagre

– Para pasta verde esmeralda (alcalina): ¼ cdta, bicarbonato de sodio

Elaboración del extracto: lave unas 70 flores (sólo las campanas, sin los órganos reproductivos que se retiran pellizcando la flor en la base para retirar la parte de color blanco con todo su contenido) y colóquelas en un hervidor, sin escurrir por completo. Agregue un chorrito de vinagre. Coloque la tapa y lleve sobre el fuego bajo, para que se cocinen con el vapor del agua que irán soltando. A medida que las flores pierden su rigidez, compáctelas en el fondo para que queden sumergidas en su propio jugo. Cocínelas durante unos 3 minutos. Retire del fuego y procese en una licuadora hasta obtener una mezcla homogénea.

Procedimiento

– Coloque en un bol el extracto de campanilla junto con el vinagre o el bicarbonato, el aceite y la sal, y mezcle.

– Agregue la harina de a poco, revolviendo constantemente. Integre.

– Amase sobre una mesada hasta obtener un bollo liso. Envuélvalo en papel film y deje reposar durante unos 30 minutos.

– Estire la masa con un palote o en una máquina para pastas. Dóblela sobre sí misma y vuelva a estirar. Repita este paso unas 5 veces y agregue harina, si es necesario, para que no se pegue a las superficies.

– Estire la masa hasta un grosor de 1 mm y córtela de la forma deseada o utilícela para elaborar pasta rellena.

– Cocine la pasta sumergiéndola en abundante agua hirviendo hasta que flote. Si busca un color morado más cálido (como en la foto) agregue una cucharadita de vinagre al agua; si busca un color más frío utilice agua pura o agregue una pizca de bicarbonato de sodio a la olla.

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*Puede conocer más de Cocina Salvaje en sus redes sociales. Participe también del grupo de discusión «Cocina salvaje – recetas e identificación», donde exploramos el potencial culinario de las plantas silvestres y otros ingredientes no convencionales.

** Patricia Mina es colaboradora permanente de Chasqui Federal Noticias. Preside la Asociación de Cosmética natural Argentina (ACNA); y realiza trabajo de CM en múltiples ámbitos.

Fuente: Cocina Salvaje / Las Cuatro Estaciones

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