Sus desarrolladores la describen como la expresión de la “nueva filosofía de agricultura”: máquinas totalmente automatizadas; sin “interferencia” del ser humano; recuperación de la capacidad natural del suelo; mayor productividad; mayor eficiencia operacional; economía de combustible; mayor captura de carbono en el suelo; y una agricultura más sustentable. Una máquina agrícola que destruye por completo el trabajo humano. No lo necesita.
Redacción
No se trata de romanticismo tecnológico, negarse a la innovación o al progreso. Se trata de una visión de hacia dónde debería avanzar el desarrollo de la maquinaria en función de conservar y mejorar el trabajo humano y no de maximizar el beneficio del capital a menos costo y con menos gente implicada.
Este caso que analizaremos hoy, ya lo habíamos cubierto tiempo atrás, cuando nos enteramos del desarrollo del prototipo en Europa, y al mismo tiempo de algunos ensayos que se hacían en nuestro país de cara a desarrollar módulos – “quita y pon”, nos dijeron algunos fierreros apasionados de la maquinaria – para las labores diferentes labores agrícolas.
En criollo: un chasis y un motor, preparado para sacar y poner distintos módulos de uso habitual. Casi dos años después, aquel proyecto no sólo se materializó, sino que está siendo testeado en varias latitudes.
Cuentan las crónicas de las fuentes que han enviado cronistas al evento, que la “estrella” de la Feria Internacional “Agritechnica”, que se realiza durante esta semana en Hannover, Alemania, es la máquina NEXAT.
¿Qué es lo que hace este bicho? Es capaz de sembrar, pulverizar y cosechar. Según la descripción, cuanta con esa plataforma base – el chasis -, con cabina giratoria y ruedas anchas – también las hay con orugas – a la cual se pueden sacar y poner equipos de siembra, pulverización y cosecha según se requiera.
Una máquina que para realizar las distintas labores puede avanzar a 15 kilómetros por hora – tenga en cuenta que lo común y recomendable por estas tierras anda entre los 4 y 5 kilómetros/hora -, y que en la función de cosecha es capaz de levantar hasta 200 toneladas por hora.
Pulverizando, ciertas prestaciones aumentan. La máquina tiene 14 metros de ancho; ala que pueden acoplarse barrales de 30 metros por lado. En esta función podría desarrollar una velocidad de hasta 24 kilómetros/hora. Imagine: se mueve tres veces más rápido pulverizando el triple se superficie.
Una bestia descomunal de la técnica, que vacía descomunalmente el mundo agrícola de personas. De hecho, los ensayos con los primeros prototipos, se probaron también en tripulación automática. Es decir, sin maquinista.
En total, según las fuentes, la máquina posee unos 1.100 caballos de fuerza (HP). La describen como un vehículo “híbrido”, con motores eléctricos cuya energía es generada por dos motores diésel.
Sus desarrolladores la describen como la expresión de la “nueva filosofía de agricultura”: máquinas totalmente automatizadas; sin “interferencia” del ser humano; recuperación de la capacidad natural del suelo; mayor productividad; mayor eficiencia operacional; economía de combustible; mayor captura de carbono en el suelo; y una agricultura más sustentable.
En criollo: una máquina a medida de las pretensiones del “mundo sustentable” que reclaman las grandes potencias industriales, y cuyo principal publicista es la Unión Europea.
El diseño de la máquina tiene otros atributos de época que la hacen apetecible para las mentes: sea con orugas o con las ruedas de gran tamaño, permite que el chasis “pise” una pequeña porción de la superficie de lotes, al punto que aseguran que el 95% del campo no sufriría de compactación por el tránsito de maquinaria.
Obviamente, a menor compactación, mayor potencia química y biológica natural por una natural acumulación de materia orgánica y mejor infiltración. Eso permite mejores y perdurables perfiles de humedad en suelo, menor erosión, y menores costos a la hora de la fertilización adicional y el riego asistido.
Sus diseñadores aseguran que todas las labores son posibles de realizar con el sistema modular de estas máquinas. Y las enumeran: preparación del suelo, subsolación, escarificación, nivelación, ambientación por lotes, aplicación de cal, de fertilizantes líquidos y sólidos, siembra, pulverización, cosecha.
[Nota del Editor: denles 20 minutos más a estos tipos, y la máquina seca, zarandea, acondiciona y despacha por sí misma.]
****
Los resultados difundidos de algunos testeos que se están realizando en Brasil, afirman que posee un rendimiento promedio superior al 20% de las máquinas tradicionales. Para los casos de sorgo y maíz, cosecha a un ritmo de 10 hectáreas/hora a 16 km/hr. Una máquina “común” se mueve a 7 km/hr. Haciendo algunas cuentas básicas, ahorra el 50% del combustible y aumenta la prestación en un 40% de la superficie.
En definitiva, baja el costo general en cuanto a laborares y mano de obra en al menos un 30% por hectárea. Los márgenes se irían para arriba, y en función de la eficacia de las prestaciones los rindes podrían elevarse significativamente en el mediano plazo.
Otro de los chiches que tiene, es la posibilidad de incorporar una tolva de 36 metros cúbicos – un equivalente de almacenamiento de un camión “equipo completo” de trigo (30 toneladas)-. Esto le suma prestaciones: descarga sólo en las cabeceras de los lotes abaratando el costo logístico, con una velocidad de 0,6 m3 por segundo. Es decir, una tolva por minuto; un camión por minuto.
Los promotores de la NEXAT dicen que hay 13 unidades trabajando en el mundo a modo testeo: cinco en Alemania, tres en Ucrania, dos en Polonia, dos en Estados Unidos y una en Brasil. También se deja trascender que para 2025 de completará la instalación de una planta en Curitiba que monte estas máquinas, para sacarlas al mercado en 2026, y abastecer a todo el continente.
Dicen que el costo ronda en un millón de euros. Pero si todos los elogios hacia la máquina son ciertos, se “pagará sola” antes de los plazos convencionales de amortización y obsolescencia programada.
Lo que no tendrá arreglo es la cantidad de personas que quedarán fuera de la actividad, una vez que este tipo de máquinas se instalen definitivamente en los complejos agropecuarios del mundo. Algo que ya viene complicado porque la agricultura cada vez requiere de menos brazos para realizarse.
Un último dato brindado por una de las fuentes: el cabezal girasolero para estos prototipos es industria y diseño nacional. La empresa localizada en Arias, provincia de Córdoba, “Franco Fabril”, diseñó a pedido el módulo.
Lo específico del mismo es que tiene un frente de 15 metros, a diferencia de lo convencional en nuestro país que no supera los 12 metros. Además, adaptaron la pieza para los requerimientos de velocidad ya detallados.
La industria nacional todo lo puede. Sólo hay que presentarle el desafío y la demanda de compra concreta.
Acá es el punto donde volvemos al principio de la nota: no es romanticismo ni negación al avance tecnológico, sino que éste sea conveniente a nuestro sistema productivo.
En criollo: producir más y mejor; a menor costo máquina y sin sacar brazo del pique. Se puede hacer, hay que poner la guita y pensar en argentino.
Fuentes: AgroFy / InfoCampo