… y es el momento para ser un tanto prudentes con los alineamientos y juicios de valor. La cautela que se propone, no se basa en esperar futuros resultados de la aplicación de sus políticas, sino de comenzar a pensar en argentino.

Redacción

Vamos con lo netamente informativo. La coalición denominada “Fratelli d’Italia” (Hermanos de Italia) que llevó como máxima candidata a Giorgia Meloni, ganó las elecciones generales celebradas el pasado domingo 25 de septiembre, por algo más del 26% de los votos y en un escenario de amplia abstención de la población hacia la participación en las urnas.

La Agencia ANSA, afirma que el espacio vencedor, se impuso por amplia ventaja al Partido Democrático – coalición de centro izquierda liberal – liderado por Enrico Letta; y en tercer lugar al Movimiento Cinco Estrellas – liberales ecologistas -.

Según la fuente que se utilice, Meloni encabezaría una fuerza de extrema derecha, de centro-derecha, neofascismo, o nacionalismo italiano. Para ojos argentinos, en principio, la definición deberían darla los propios italianos. No somos justamente un ejemplo: en nuestro país, desde el restablecimiento de la democracia constitucional, sólo de han votado proyectos liberales, más o menos conservadores o más o menos progresistas, pero todos liberales al fin.

Hay una serie de hechos acontecidos en los últimos años que Meloni y “Fratelli” levantan como banderas: presiden el grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos – dentro del Parlamento de la UE -, al que también pertenecen los españoles de Vox; los polacos Ley y Justicia; los tories conservadores británicos -aunque ya no formen parte de la UE -, el partido sueco Demócratas Suecos. Todas esas fuerzas son conservadoras en cada uno de sus países de origen y pugnan por sus intereses comunes.

El problema es quién los juzga como tales. ¿El liberalismo socialdemócrata? ¿La izquierda progresista? ¿La extrema izquierda?

Salvo estos últimos – por suerte; y salvo honrosas excepciones de un puñado de países donde gobiernan sectores que pugna por establecer condiciones soberanas, independientes y soberanas dentro de las sociedades de sus países, con fuerte impronta antiimperialista, digamos que la ultra derecha, la ultra izquierda, la centro derecha, la centro izquierda, los conservadores democráticos y la izquierda liberal, se parecen bastante entre sí: todas abonan a un mandamás imperial, y sus modelos sociales tiene más que ver con lo que proponen sus centros gravitacionales, que lo que sus pueblos demandan y necesitan.

Ganó Meloni en Italia. Queda en manos de los italianos el respaldo o los límites a lo que será su gestión.

Aquí en Argentina tenemos nuestras cuitas, y es momento de pensar en argentino.

Fuente: ANSA / Europapress