Estiman un 10% de pérdida del trigo por la sequía

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Los diagnósticos van entre resultados definitivos y probables para la denominada zona núcleo. Los efectos negativos sobre la campaña triguera son reales, aunque varias de las afirmaciones institucionales, se realizan para condicionar factores de comercialización de corto plazo.

Redacción

Entidades que representan a los productores y a las empresas exportadoras, hablan de cifras cercanas alas 130 mil hectáreas de trigo que no podrán cosecharse en zona núcleo a partir de noviembre. Según las fuentes, a poco más de 20 días de comenzar las labores, del 1.200.000 ha en pie, alrededor de 400.000 (el 34% )estarían muy comprometidas.

Según la información, los registros de precipitaciones solo fueron medianamente favorables en algunos puntos de de la zona norte de la región, aproximadamente en el arco que va desde Classon en Santa Fe a Villa María en provincia de Córdoba. En cambio, en el sudeste santafesino y el noreste bonaerense, las lluvias no superaron los 4 mm; por lo que es la zona más comprometida.

El argumento principal para asegurar sobre las cuantiosas pérdidas en el cultivo, obedece a que el cereal está entrando en el último tramo, cuando se conforma la espiga, se determina la cantidad de granos que va a tener, y por ende su peso potencial. Por lo tanto, sin agua y con riesgo de heladas tardías, las consecuencias negativas podrían incrementarse.

La descripción de los productores es elocuente: los “techos” de rendimiento esperados en la zona, están muy por debajo de los pisos de la campaña pasada. Afirman que en estas condiciones se esperan entre 15 y 20 quintales por hectáreas (1,5 a 2 toneladas); mientras que el “piso” del año pasado rondó los 30 a 35 qq/ha.

Por supuesto, las cifras definitivas se conocerán una vez levantada la cosecha, y eso ocurrirá de aquí a 30/40 días. De todas formas, la estrategia de ir presentando un escenario negativo, da resultado en la medida que el sector pueda tener un margen de maniobra más favorable o permisivo para afrontar gastos de cosecha, flete, estadía y conservación que deban afrontar de aquí a la liquidación final de la campaña.

Agricultura debe tomar nota y relevar integralmente la zona núcleo. Los problemas alrededor de la poca o mucha agua son materia de comidilla cada año. Son factores que pueden controlarse – o al menos preverse – a través de la planificación productiva y la gestión de cuencas. A más de un siglo y medio de producción agropecuaria de escala, hay cosas – como el régimen de lluvias y el comportamientos de aguas – que pereciera que están todavía en la fase de observación.

Fuente: El Regional Digital

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