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“Hay que evitar la privatización y las energías alternativas que impone la agenda mundial”, sentencia Carlos Andrés Ortíz*. Compartimos este interesante artículo que ya tiene un par de semanas de publicado, y donde el autor explica cómo el denominando “bloque atlantista” presiona para imponer las fuentes eólicas y solares; al mismo tiempo que expone aspectos geopolíticos vinculados al sector energético.

Redacción

Sin energía nuclear y sin reformar la red, el caso emblemático es Alemania, que sigue quemando carbón en nombre de las energías renovables. La apuesta significó un gran fracaso. Sin embargo, los grandes jugadores del G7 tratan de imponer esta modalidad a como dé lugar

La llamada “transición energética” forma parte central de la agenda mundial en el tema, y está en línea con el Acuerdo de París -supuestamente respecto al cuidado medioambiental-, y a las reuniones de las Naciones Unidas en las que se trata el cambio climático, denominadas COP, la última y reciente, COP27.

Con cierta sutileza, esa agenda mundial pretende arrogarse el carácter de obligatoria, y en tal sentido opera, ejerciendo fuertes presiones sobre todo en el amplio abanico del mundo subdesarrollado, mientras que por otra parte, el reducido sector de naciones fuertemente desarrolladas, tecnificadas e industrializadas, no parece ser un bloque monolítico en este tema (ni en otros), advirtiéndose acciones muy diferentes, entre las Potencias Atlantistas (promotoras activas del Acuerdo de Paris y las reuniones COP), y las Potencias Continentalistas, con peso político, económico y militar suficiente como para no doblegarse ante pretendidas imposiciones “obligatorias”.

Claro que esas “obligatoriedades” tienen muchas “salvedades” que son acomodadas por los atlantistas, de acuerdo a sus propias necesidades, muchas de ellas muy acentuadas en este año de crisis energética.

Las grandes hidroeléctricas construidas por el Estado Nacional en la gran cuenca hídrica del Río Negro y sus afluentes, en su momento se aglutinaron en un eficiente ente nacional llamado Hidronor nombre cuyo preciso significado era Hidroeléctrica Nord Patagónica.

En el contexto del apátrida y destructivo neoliberalismo, Hidronor corrió el mismo destino negativo al cual fueron condenados muchos valiosos entes estatales, como Agua y Energía Eléctrica, Yacimientos Carboníferos Fiscales y otros, fue desguazado, separándose las diversas y muy vinculadas generadoras hidroeléctricas, y el ente madre desapareció́, como de seguro también deben haber desaparecido o pasados a manos privadas -en varios casos extranjeras-, sus valiosos antecedentes técnicos.

El bloque atlantista presiona para imponer eólicas y solares 

En principio, el Poder Atlantista, apoya fuertemente a las energías definidas como “renovables”, definición algo capciosa, que se ajusta en forma pretendidamente excluyente a eólicas y solares cuando se busca promoverlas; o se “desajusta”, incluyendo a hidroeléctricas, cuando buscan engrosar estadísticas.

Son “renovables sesgadas”, pues amañadamente excluyen -cuando les conviene- a las hidroeléctricas, pese a que son indudablemente renovables.

Pero ese mismo Poder Atlantista que, hacia afuera, recomienda a eólicas y solares, como supuestas (y falsas) grandes soluciones, hacia adentro probó su propia agria medicina de “renovables sesgadas” (léase eólicas y solares), invirtiendo en ellas en forma muy acentuada, solo para después constatar las serias e insalvables limitaciones de esas dos tecnologías, pues además de costosas por kWh, son totalmente inútiles para operar como Centrales de Base de ningún sistema eléctrico.

El caso más patético es el de Alemania, país que cedió a las presiones y cantos de sirena de los promotores a ultranza de eólicas y solares, quienes promocionaron a esas tecnologías para reemplazar a la generación nuclear, lo cual es técnicamente inviable.

Esto se da precisamente, por las limitaciones técnicas de las muy promocionadas “renovables sesgadas” eólicas y solares, las que solo aportan Generación Complementaria, debido a sus intermitencias, las cuales provocarían cortes abruptos y repetitivos de generación, y/o bruscos cambios en el voltaje, si se pretendiera operarlas como Generación de Base; siendo esas intermitencias impracticables en un sistema interconectado.

No faltará quien, por ignorancia o sibilina malicia, alegue que las intermitencias se solucionarían almacenando la energía en acumuladores (baterías). ¿Pero a que costo y con que problemas técnicos y ambientales, al tratarse de grandes o enormes cantidades de energía eléctrica?

Las Generaciones de Base, necesitan ser previsibles, programables, y libres de intermitencias, y en todo el mundo, sus tecnologías son básicamente de solo tres tipos: Termoeléctricas (quemando combustibles), Hidroeléctricas, y Nucleares. Eso, que no es un “detallecito” menor, fue pasado por alto -según evidencias- en la hiperdesarrollada Alemania, nación que, ante la cancelación de su Plan Nuclear, invirtió fuertemente en energía de “renovables sesgadas”, y debió presurosa reemplazarla por otro tipo de Centrales de Base.

Y como Alemania no tiene lugares disponibles donde instalar nuevas hidroeléctricas (hace décadas construyó todas las que sus sistemas hídricos permiten), debió apelar a incrementar la Generación Termoeléctrica, aumentando en gran escala sus consumos de gas natural y petróleo. Como Alemania carece de grandes yacimientos de petróleo y gas, debió incrementar fuertemente sus importaciones, lo cual se hizo básicamente con Rusia como principal proveedor, seguro y a costos competitivos, en base a los varios gasoductos que ligan al gigante euroasiático con el resto de Europa, continente en el cual el gran demandante de combustibles es precisamente Alemania.

Pero la guerra semi encubierta de la OTAN contra Rusia, implicó otras presiones, dentro de cuyo contexto Europa se vio forzada a aceptar el gas de EEUU, transportado en buques metaneros, y por ende mucho más costoso que el de gasoductos. Otra prueba más que demuestra que eólicas y solares son inútiles como Energías de Base. Los costos adicionales hoy los paga Europa…pero de seguro nos los querrán endosar a los subdesarrollados.

La geopolítica incide acentuadamente en el sector energético

La guerra en Ucrania, vino a modificar el statu quo geopolítico, incidiendo fuertemente en el sector energético, y la vieja Europa, deficitaria energética crónica, debió reactivar incluso las plantas eléctricas a carbón con la anuencia tácita de los grupos de poder que solo poco tiempo atrás, demonizaban a las usinas a carbón, e incluso a las a petróleo y a gas, mientras alababan desmesuradamente a las falsas “grandes soluciones” eólicas y solares. Y en ese contexto, las muy promocionadas “renovables sesgadas”, no pudieron aportar ninguna solución, lo cual es más que evidente…pero pese a ello, los grupos ecologistas y otros promotores a ultranza de las mismas, siguen presionando para instalar más “ventiladores” y “espejitos de colores” (o sea, eólicas y solares).

Pero además de la debilidad geopolítica que para Alemania implicó “sustituir” (en teoría), la generación nuclear por las eólicas y solares, los mayores costos de estas generadoras, afectaron al alza las tarifas eléctricas germanas, incidiendo en su población, y sobre todo en su vital sector industrial. ¡Pero pese a esas contundentes evidencias negativas, sus promotores insisten en acentuar las incidencias de eólicas y solares, en la matriz eléctrica germana, aun a costa de mayores incrementos tarifarios!

La doble vara de los atlantistas

Volviendo a la doble vara de calificación de generadoras por parte de las Potencias Atlantistas, hacia afuera insisten en presionar excluyentemente a favor de eólicas y solares, pero en lo interno, revisaron sus “calificaciones”, y debieron aceptar al hoy imprescindible gas natural, como “energía de transición”, pese a que, hasta hace poco, era repudiado junto a los otros hidrocarburos.

Como EEUU y Europa ya casi por completo no disponen de lugares factibles para instalar nuevas hidroeléctricas, no mencionan a esta energía como renovable (que, por cierto, es), e incluso la desalientan como alternativa de generación para el mundo subdesarrollado; eso pese a que es la tecnología eléctrica más limpia, pues no produce gases ni otros factores contaminantes, además de ser muy económica por kWh. Tampoco promueven, e incluso desalientan, las construcciones de nuevas centrales nucleares, pese a ser básicamente muy seguras, muy limpias, y de costos muy competitivos por kWh; además del fuerte impulso tecnológico que para todo país implica disponer de tecnología nuclear, de múltiples aplicaciones.

Pero precisamente, los Atlantistas evidencian operar para evitar que salgamos del subdesarrollo, los hoy excluidos del “club” de los desarrollados.

En ese contexto mundial, las “recomendaciones” (léase presiones) del COP y del Acuerdo de París, toman al gas natural como “energía de transición” (o sea, “aceptable por ahora”), e insisten tozudamente en promover eólicas y solares, pese a su notable fracaso en Europa. Y directamente, ni mencionan a las energías Hidroeléctrica y Nuclear, a las que de hecho desalientan para el mundo subdesarrollado.

Notable viraje de la calificación del gas natural, ahora aceptado por la fuerza de los hechos…pero hacia afuera, los Atlantistas, siguen recomendando como supuesta “primera opción” a eólicas y solares, pese a su estruendoso fracaso en Europa, donde se evidenció, que no suplen a las Generadoras de Base de los Sistemas Interconectados. Todo parece indicar, que el verdadero motivo por el cual desalientan, “hacia afuera”, a las hidros y nucleares, es por ser competencias contra las cuales, nada pueden hacer las eólicas y solares…y eso arruinaría el enorme negocio (¿negociado escandaloso?) montado en torno a las instalaciones “de curso forzoso” eólicas y solares que promueven esos poderes transnacionales, bajo el “lindo rótulo” de recomendables para la transición energética.

Además, los sistemas eléctricos nacionales, que llegarán a basarse en eólicas y solares, pasarán a ser bastante o muy caóticos, sumiendo a los países “dóciles” a esas recomendaciones, en complicados cuadros de pobreza energética. Y ese contexto de caos energético, previsiblemente anclará a los países “dóciles” a las presiones pro “renovables sesgadas”, al subdesarrollo crónico, con lo cual serán solo dóciles proveedores de materias primas.

Preocupante

Trascendió, con muy poca difusión, que la secretaria de Energía, Flavia Royón, precisó que tiene prioridad la implementación de la transición energética, la cual se basará en la utilización de nuestras enormes reservas de gas natural – en primer lugar-, y en promover las “renovables” eólicas y solares.

Es correcto que el uso del gas natural sea prioritario respecto a las “renovables sesgadas”, pues el gas proporciona Energía de Base. Pero llama la atención que se omita por completo a las muy eficientes, económicas y no contaminantes energías hidroeléctrica y nuclear.

*Carlos Andrés Ortiz es analista de temas económicos y geopolíticos.

Fuente: Conclusión

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