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La pretensión de reimpulsar el puerto de Barranqueras se presenta ante el pueblo chaqueño como una bifurcación de caminos similar a la confluencia de los ríos Paraná y Paraguay: depender de los demás a cualquier precio; o transformarse a sí mismos y su región de una vez y para siempre.

Redacción

Chaco posee tres puertos fluviales inactivos o con escaso movimiento: Barranqueras, Vilelas y Las Palmas. Los tres ubicados en una región estratégica de nuestro territorio nacional y al mismo tiempo continental, como lo es la confluencia entre los ríos Paraná y Paraguay. Casi que frente a sus cosas transita diariamente la mayor parte del transporte de cargas fluviales de la cuenca.

¿Qué aprovecha la provincia del Chaco de esa potencialidad? Muy poco; o nada. La mayoría de las cargas generadas en esa región se mueven en camión hasta los puertos santafesinos, y desde allí su destino internacional.

Desde hace algunas semanas, tras la asunción en la provincia de un nuevo gobierno, se viene hablando de la recuperación de operatividad del puerto de Barranqueras. Desde la dirección de este enclave, distante a menos de 10 kilómetros de Resistencia – la Capital chaqueña -, incluso se sugirió la posibilidad de intentar “hacerlo interactuar” con el enclave en Las Palmas. Este último, puerto fluvial construido por la gestión anterior, inaugurado, pero aún sin movimiento.

Esa idea de “complementación interportuaria” sería un horizonte ideal para la provincia y la región. Aguas abajo; ahí nomás de Barranqueras, está puerto Vilelas. Enclave que con menor infraestructura instalada pero con costas propicias podría potenciar la instalación de una serie de industrias y actividades vinculadas a la generación e industrialización de cargas; como así también de construcciones naval-fluviales.

Podemos afirmar incluso que en los tres puertos mencionados podrían fomentarse esa serie de actividades. Incluso impulsar la región aguas arriba. Sobre el Paraguay y el Pilcomayo, la provincia de Formosa bien podría tener lo propio; y trascender el mero cruce de lanchas y balsas al Paraguay.

Con este panorama pretendemos introducir a una posibilidad que posee esa región pero que al mismo tiempo está relegada como pocas. Naturalmente, la dinámica portuaria depende de la voluntad política de los gobiernos y su proyección a futuro.

Desde que asumió la nueva gestión, ha tenido cierta difusión la pretensión de reactivar Barranqueras, darle operatividad todo el año y vincularlo a los circuitos internacionales.

Según los propios funcionarios, las iniciativas privadas con posibilidad de invertir capital intensivo en la recuperación y reactivación del puerto están supeditadas a otros proyectos; o bien pretenden que esa “puesta en funcionamiento” sea realizada por fondos locales; para luego sí planificar inversiones.

Así, Barranqueras cuenta en este momento con calado insuficiente para el tránsito de barcazas fluviales; tiene una grúa para maniobra con contenedores fuera de servicio; dos autoelevadores y demás vehículos en similar condición. La inversión solamente en reparaciones y en estudios de dragado para llevar a un calado de 10 pies (3,5 metros), no estaría en condiciones de ser aportada por la provincia, mucho menos pensar en potenciar Vilelas y hacer “arrancar” las Palmas.

Todo indicaría que la provincia pretende pasar de un sistema de puertos estatales a una combinación público-privada. Cosa que no ha funcionado a lo largo del país en beneficio de las regiones, sino que ha sido en beneficio de las empresas.

Según se supo, la pretensión del gobierno chaqueño era poder insertar el sistema portuario provincial – con barranqueras como puerto insignia – en el proyecto del Corredor Bioceánico Norte, que atraviesa todo el continente desde Santos y Sao Paulo hasta los puertos sobre el Pacífico del norte de Chile y sur del Perú.

Sin embargo, para los organismos que están financiando las obras tanto en Argentina, Brasil, Paraguay, Bolivia, Chile, Perú y Uruguay; este nodo de confluencia fluvial no sería de interés prioritario. La fuerza de recursos fue destinada hacia el norte, ya que los países limítrofes mostraron “voluntad” para llevar adelante la conexión.

Por lo tanto, hasta el momento, el mencionado corredor, “tocaría” Argentina en Salta y Jujuy, marginando al resto de las provincias del llamado Norte Grande.

La intención chaqueña era, que dado que Barranqueras tiene conectividad ferroviaria y carretera hacia el oeste, la de poder formar parte del entramado logístico continental e incluir también a Las Palmas. Sin embargo, a menos que la provincia financie o consiga por sí misma los recursos para poner en marcha los mencionados enclaves, los capitales internacionales seguirán atendiendo a los países con “voluntad”, más allá de las loas hacia el potencial de la región.

Según las fuentes, la posibilidad que se está trabajando fundamentalmente en Barranqueras, es que las principales firmas y entidades “frentistas” en el enclave tengan participación en la reactivación y la construcción de un “perfil portuario-fluvial”. Así, YPF participaría de las obras de acondicionamiento del calado. También, la Administración Provincial del Agua (APA), la Asociación de Cooperativa Argentina (ACA), y la firma Colono SA, habrían manifestado intenciones de participar en la recuperación de Puerto Barranqueras, que cuenta por ejemplo, con instalaciones de la antigua Junta Nacional de Granos.

Otra de las iniciativas que también requeriría de apoyo privado, sería la de realizar las obras y gestiones necesarias para que el complejo portuario chaqueño “entre” en el sistema de la mal llamada “Hidrovía”. Según la información disponible, se estaría intentando que la licitación del tramo Norte, contemple al enclave chaqueño.

La provincia del Chaco se encuentra así en una dicotomía peligrosa: la entrega de su hinterland productivo a los circuitos internacionales de comercio, pero desde un lugar de dependencia absoluta; o ante la posibilidad de utilizar los mismos elementos e infraestructura tanto provincial como regional – insistimos con la complementación con Formosa -, para impulsar el fomento y desarrollo productivo e industrial de la región, sin ser el furgón de cola de cualquier proyecto supranacional.

Chaco tiene una situación de privilegio en sus manos para si mismo y sus hermanos. Depende primero que nada de los chaqueños.

Fuente: Gobierno del Chaco / Ser industria / Chaco Día por Día

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