Bajo los condicionamientos interpuestos por el BID, el organismo dependiente de la Subsecretaría de Pesca, convocó al proceso licitatorio que otorga un plazo de construcción de 30 meses para la obra en cuestión.
Redacción
Preso por decisión política de perpetuar la dependencia internacional para obtener financiación para la construcción de obras navales, el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP), comenzó el proceso licitatorio de cara a la construcción de un buque “Ice Class”, que permita al organismo realizar campañas de investigación pesquera en aguas sub antárticas.
Según se informó desde el propio organismo y la Subsecretaría de Pesca de la Nación, como primera medida se realizó el llamado a solicitud de información, que permite a las empresas interesadas dar a conocer sus capacidades técnicas y financieras, como así también dar sugerencias y opiniones. Las empresas que aspiren a diseñar, construir y equipar el buque “Ice Class” tienen tiempo hasta el 13 de octubre para dar a conocer las capacidades técnicas y financieras del astillero antes del llamado formal a licitación internacional. El tiempo límite para la construcción se estableció en treinta meses desde la firma del contrato.
El llamado a solicitud de información se realiza en el marco del Programa de Fortalecimiento de los Servicios de Sanidad Agropecuaria y del Manejo Sustentable de los Recursos Marítimos de Argentina, con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En un documento publicado, como paso previo al llamado a licitación, de especifican las características que deberá tener el buque, las condiciones que debe cumplir el astillero que pretenda ser contratado y describe los objetivos que buscará satisfacer el INIDEP en la investigación pesquera. El plazo mencionado, incluye su diseño, construcción y equipamiento
Según el organismo, el “Ice Class”, es un barco con capacidad para trabajar en aguas subantárticas, adoptando la categoría “Polar Class 7” y deberá responder a una configuración netamente pesquera y oceanográfica de altas latitudes, de manera que permita realizar muestreos oceanográficos y el despliegue de vehículos submarinos a gran profundidad; lo mismo debe poder hacerse con los muestreos planctónicos.
El buque será de propulsión eléctrica, con dos líneas de ejes independientes y la generación de energía estará integrada por motogeneradores Diesel que se conectarán en paralelo en forma automática y/o manual. Dispondrá de un volumen de tanques de combustible suficiente para asegurar una autonomía mínima de más de sesenta días y deberá tener una velocidad máxima de 16 nudos y una velocidad de régimen permanente de 12 nudos. También deberá cumplir el nivel de ruidos para buques de “tipo silencioso” y estar dotado de un Sistema de Posicionamiento Dinámico.
Además, deberá adaptarse a la utilización de distintos tipos de arte de pesca y reducir al máximo la interferencia de burbujas en los equipos de investigación científica. Todas las maquinas, guinches de pesca y de investigación serán de accionamiento eléctrico y contará con un vehículo submarino tipo ROV (Remote Operated Vehicle) de última generación, con brazo para las tomas de muestras hasta 1.500 metros de profundidad.
El barco, que deberá tener capacidad de alojamiento para cuarenta miembros del personal científico y treinta tripulantes, tendrá que ser capaz “de realizar navegación mundial, inclusive zonas donde la República Argentina aún no ha desarrollado investigación alguna” y garantizar una vida útil operativa mínima de treinta años.
Según el INIDEP, la necesidad de “explorar nuevos espacios y recursos oceánicos sólo pueden abordarse desde plataformas de investigación adecuadas y dotadas de la última tecnología en acústica, robótica, informática y autonomía para cubrir extensas regiones sin requerir recalar en puertos”. Agrega además, que – gracias al dinero del BID -, el nuevo buque permitirá planificar y llevar a cabo campañas de investigación pesquera y ambiental de aproximadamente ciento cincuenta días anuales, dirigidas a especies australes y sectores de gran profundidad, incrementando el número de especies a estudiar en las nuevas áreas de pesca prospectadas.
Indican, además, que se promoverán las investigaciones científicas orientadas al desarrollo de distintas ramas de las Ciencias del Mar, electromecánica, física, climatología, robótica, energías renovables, calidad ambiental. Como así también, que se incrementará la eficiencia y la productividad de las operaciones pesqueras en el mar argentino, en particular sobre las especies australes, así como en otras de relevancia comercial (merluza negra, merluza de cola o polaca).
El proceso de licitación internacional se llevará a cabo conforme las políticas del BID. La solicitud de información forma parte de este proceso y el objetivo que persigue es que las empresas interesadas puedan presentar información relativa a su capacidad técnica y financiera, a su experiencia similar o comparable (trabajos realizados durante los últimos cinco años en la construcción de embarcaciones de investigación pesquera y oceanográfica y/o buques de pesca) su infraestructura disponible, localización de sus instalaciones y su organización y otros antecedentes que consideren de interés.
Resta saber sí se sumarán astilleros argentinos al proceso, al tiempo que se espera que tato el organismo, como el Ejecutivo nacional a través de la Subsecretaría de área, puedan terciar en favor de la industria naval nacional. Antecedentes sobran y calidad de mano de obra también. Río Santiago, aunque lo saboteen permanentemente, es el ejemplo.
Fuente: INIDEP / SPyAN