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Mientras YPF anunció la construcción de otro ducto para alimentar el mercado del Pacífico en forma abundante, en el mercado interno se está dando nuevamente aquello que ya pasó hace 18 meses: se reguló un precio para los combustibles en estaciones de servicio, que está más barato que en los mayoristas. Obviamente, el combustible escasea.

Redacción

La petrolera YPF prevé poner en marcha el Oleoducto Vaca Muerta Norte a finales de septiembre. Este proyecto de 150 kilómetros pasará por 16 regiones productoras de crudo, lo que permitirá incrementar las exportaciones a Chile y explorar la demanda del mercado del Pacífico.

El proyecto de 250 millones de dólares permitiría a Vaca Muerta aumentar las exportaciones al vecino país vecino y explorar la demanda del mercado del Pacífico utilizando un ferrocarril con una capacidad diaria de 25.000 metros cúbicos.

El nuevo ducto de 24 pulgadas se extenderá hasta la cabecera del Oleoducto Trasandino (Otasa), nodo ubicado a la altura del barrio Neuquina de Puerto Hernández, y tendrá una capacidad diaria de transporte de 157.250 barriles de petróleo (unos 25.000 metros cúbicos).

Desde la petrolera de bandera, explicaron que el Oleoducto Vaca Muerta Norte tiene una vía que pasa por el polo de crudo de mayor ritmo de producción de la actual formación, que forma parte del área La Amarga Chica donde opera YPF en la cuenca neuquina.

 Cuotas de combustible

Mientras tanto, en la “vida real”, el precio mayorista del gasoil es entre un 10% y un 15% más caro que el que se consigue en las estaciones de servicio. Tras el sobreanunciado acuerdo de precios del 17 de agosto, las refinadoras empezaron a cuotificar la entrega de combustibles a su red de operadores.

Según se explicó, tras la escalade precios del 14 de agosto, el acuerdo entre las empresas con el Gobierno nacional, estableció un techo de incrementos por 70 días en estaciones de servicio. Sin embargo, en el segmento de despachos mayoristas de combustible, la suba fue un tanto mayor.

En dicho mercado, es donde adquieren combustibles los productores agropecuarios e industrias. Eso está provocando faltantes de suministro en diversos puntos del país. Es decir, está sucediendo aquello que ya se había dado en 2022, aunque en forma más tenue, porque hay un intento de “conducción solapada” desde los reguladores del mercado de combustibles.

El fenómeno, alineó a las refinadoras, atento a que los grandes compradores de combustible acuden a las estaciones de servicio minoristas, para hacerse de la mayor cantidad posible del insumo y generar una diferencia económica con respecto a la venta mayorista. “Hoy la brecha entre el precio minorista el mayorista va del 10% al 15%. No es tan caótico como a principios de 2022, cuando llegó a ser 35%”.

Así, las refinadoras habrían comenzado a cuotificar la venta de combustibles en las estaciones de servicio. Eso implica, en la práctica, empezar a fijar cupos a los operadores privados de su red. La idea, lógicamente, es no vender más gasoil que el promedio histórico de cada estación. “Asignamos un volumen a cada operación en función de su consumo promedio y vamos monitoreando cuánto comercializa cada operador”, explicaron.

De no detenerse en pocos días esta dinámica sucederá al de libro: mientras los mayoristas seguirán trabajando al ritmo anunciado, a los minoristas les comenzará a faltar combustible para vender. Lo cual, hará “automáticamente” subir el precio en surtidor.

Ojalá no suceda, pero está cantado: no hay que ser ingeniero astroespacial para deducirlo.

Fuente: YPF / Noticias NQN / Diario Petrolero / EconoJournal

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