Productores marplatenses solicitan se declare la Emergencia
13 diciembre, 2022
Hambre en Nuestra América
14 diciembre, 2022
ver todo

La cosechadora fantástica

Tecnología inconveniente. Problemas para el trabajo, “soluciones” para la industria. En Estados Unidos se acaban de presentar una serie de innovaciones que aumentarían la productividad agropecuaria sin personas que las operen. De a poquito, llegarán a la Argentina.

Redacción

El proceso no se detiene. El único límite posibles es que los Gobiernos Nacionales fijen limitantes para la implementación de tecnologías que avanzan en el sentido de “sacar” gente del proceso productivo y reemplazarlas por maquinaria. La automatización total y sus consecuencias, ya ha sido ampliamente vista y estudiada en otras ramas de la producción, incluso con mayor complejidad que la actividad agropecuaria.

Sin embargo, estas cosas se festejan. En Argentina, venimos observando como la maquinaria agrícola se complejiza en sus funciones y realiza tareas para las que hace tres o cuatro décadas, eran necesarias cuatro o cinco personas. Hoy solamente basta un dispositivo electrónico que pueda sincronizar remotamente con el equipo.

Las multinacionales promocionan su producto en medios especializados. Aquí tuvimos la disyuntiva: ¿se menciona el asunto o no se menciona? Elegimos hablar de ellas – de estas tecnologías – en el sentido que proponemos, porque sabemos que son pocas las voces en ese sentido.

Vamos ahora con la información: la empresa multinacional CNH Industrial, presentó días atrás en una feria de tecnología realizada en Phoenix, Estados Unidos, lo que ella denomina “soluciones de siembra sin conductor”, y otras innovaciones con asistencia al conductor en materia de cosecha y enfardado. El objetivo de los diseños lanzados al mercado bajo la marca Raven (empresa que pertenece a la mencionada CNH), es el de “resolver las dificultades del productor”, aumentando la productividad, con menor tiempo y recursos implicados. En criollo: sacar gente del pique.

Según los ejecutivos de la firma, el sector agropecuario a nivel global se “enfrenta a dificultades de tiempo, costos, ventanas operativas limitadas y una fuerza laboral menguante. La autonomía se integrará en las operaciones de los agricultores de todas partes”.

Lo que describe el gerente en forma elegante, es que producir en el mundo en las actuales condiciones de mercado internacional, irá dejando cada vez menor margen de rentabilidad a causa de la concentración. Los precios internacionales podrán estar altos, pero los insumos para producirlos les corren a la saga, lo mismo que el capital de trabajo (p.e., maquinaria e instalaciones). Asimismo, al estar concentrada la producción global en pocas manos, la “competencia” ha pasado a ser cartelización. Por lo tanto, lo pagado por la mercadería y servicios asociados a las cadenas productivas, irá disminuyendo en términos de “margen” en la medida proporcional a que esa concentración se vaya consolidando.

Por lo tanto, la automatización de las tareas rurales es el camino a seguir dentro de la lógica actual. Obviamente, va en detrimento de la mano de obra. No es que los trabajadores no quieran ejercer en la actividad agropecuaria. Ocurre que los sueldos son bajos, o hay menos dinero para repartir destinado a la mano de obra. Además, la máquina no se cansa ni va al baño; no padece frío o calor como tampoco tiene familia. Solamente necesita combustible y mantenimiento.

La “solución de cosecha con asistencia al conductor”, implica lo que la firma denomina “control coordinado” que determina el trayecto y la velocidad del tractor que va tirando del carro de grano junto a una cosechadora en la operación de ‘descarga sobre la marcha’. Entonces, el conductor de la cosechadora, puede controlar remotamente el tractor, sin necesidad de interactuar con un tractorista. De esta manera, una tarea que hasta hace veinte años requería de al menos cuatro personas, hoy solamente la lleva adelante una sola.

La multinacional justifica el “avance tecnológico” argumentando que, al mantener ambas máquinas en absoluta y permanente sincronización, el proceso simultáneo de cosecha-descarga, se realiza en forma más eficiente, con menor pérdida de grano y una importante reducción de horas máquina/hombre.

Otra de las “soluciones” es aún más terrible. La “siembra sin conductos” implica que el operario no necesita manejar la sembradora. Mediante una Tablet o un teléfono de alta gama, puede planificar y georreferenciar el cuadro a sembrar con indicaciones precisas y ajustadas a la necesidad por hectárea.

Algo similar se presentó en cuanto a la automatización del enfardado. El operador podrá configurar densidad, volumen y la dirección de la hilera de cultivo. Con esa información, tanto el tractor como la empacadora se controlan automáticamente en cuanto a dirección, velocidad de avance y los ajustes de la empacadora para garantizar que la alimentación del cultivo sea exacta y necesaria. Los resultados obtenidos según la empresa, son la optimización de la forma del fardo, mayor productividad, confort del operador y menor consumo de combustible; al mismo tiempo que también de automatiza el empacado.

Por lo tanto, a la estandarización de las semillas y los agroquímicos aplicados en el paquete tecnológico vigente, le sigue esta lógica para el diseño de la maquinaria agrícola. Lógicamente, no veremos nuestros campos invadidos por estos bichos en forma inmediata. Pero sin embargo es una dirección del curso de las cosas, que sólo podrá detenerse si existe una política aplicada de los Gobiernos Nacionales para no permitir su implementación.

Y acá les queremos hacer una gauchada a los grandes tenedores de tierras: vayan poniéndose firmes, porque mientras se siga dando este nivel de concentración, las multinacionales van a pagar chauchas por los arriendos. Ustedes tendrán la tierra y un poder de maniobra de corto plazo que les permitirá corcovear unos añitos. Después tendrán que pedir ayuda al Estado. Más tarde o más temprano, los campos heredados ya no serán de ustedes.

¿Qué se sabe de CNH Industrial?

Es una de las mayores empresas de bienes de capital del mundo, y nuclea en su seno a las empresas CASE Construction Equipment, Case IH, New Holland Agriculture, New Holland Construction, IVECO y FPT Industrial, y desde el año pasado, Raven.

Según la misma empresa, en 1999, la fusión de Case Corporation y New Holland NV dio nacimiento al Grupo empresario, que luego – en 2013 – integró a las marcas mencionadas, hasta ese momento, subsidiarias de Grupo Fiat SPA. Posee su sede principal en Londres, pero está radicada en otros 180 países. Cuenta con 70 mil empleados directos y factura entre 25 y 30 mil millones de dólares anuales.

Como ya las lectoras y lectores deben haber deducido, cuenta con una filial subsidiaria en nuestro país. CNH Industrial Argentina posee su sede en Vicente López (Buenos Aires); y las plantas industriales en Córdoba. Allí se fabrican, integran y ensamblan, las cosechadoras y tractores Case y New Holland; los camiones y colectivos IVECO; y los motores FPT. Según la empresa, cuenta con una capacidad instalada, preparada para fabricar anualmente 50.000 motores, 4.000 tractores y 2.000 cosechadoras.

La pregunta final sería: ¿para qué quieren tanta productividad si no van a permitir que la gente trabaje para luego comprar los alimentos derivados de las materias primas que estas firmas producen?

Fuentes: Tech Day / CNH Industrial / CNH Industrial Argentina

Invitame un café en cafecito.app

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *