Suponemos que a estas horas ya no es noticia que a través de YPF se han aumentado los combustibles un 6%, y por ende, comenzará a trasladarse a la cadena de precios paulatinamente. Uno de los temas que seguimos de cerca es el de los biocombustibles. Esta semana, hubo novedades al respecto, y con el incremento mencionado, hubo repercusiones.
Redacción
Días atrás, la Secretaría de Energía de la Nación determinó que el precio de los biocombustibles seguirá atado al de las naftas hasta que se defina otro mecanismo. Esta venía siendo la usanza al respecto, salvo algunas modificaciones que explicaremos, pero que vuelve a confirmarse con los anuncios de YPF de las últimas horas para las naftas de los surtidores de las estaciones de servicio YPF de la Capital Federal.
La Secretaria de Energia, Flavia Royón vuelve a reestablecer en forma completa ese esquema que al mismo tiempo ratifica la dependencia de los biocombustibles al movimiento que vayan teniendo los combustibles fósiles. Algo que desde las cámaras de productores de biocombustibles viene cuestionando habida cuenta que por ejemplo el etanol – derivado del maíz o el azúcar – posee una cadena de precios y condiciones de producción y mercado totalmente diferentes al mundo de los hidrocarburos y derivados del petróleo
De hecho, el Secretario anterior de la cartera, ante el mismo cuestionamiento, había habilitado hasta agosto pasado – luego extendido hasta septiembre – un precio específico para los biocombustibles, que le permitía a las empresas productoras ciertas variable de previsión a corto y mediano plazo, más allá de lo que ocurriese con las naftas. De hecho, Royón ratificó el sistema hasta hace 40 días, dando un precio para el derivado de maíz de 107,411 pesos por litro; y para el derivado de la caña $ 88,24.
En esto último también existían discrepancias, porque los del maíz acusan que el poco dinero dado el precio internacional del cereal; y los del azúcar, porque tiene un tratamiento diferenciado respecto de la otra cadena. Desde 2007 por ley, los biocombustibles se mezclan con el gasoil y las naftas. En el caso del bioetanol en un 12% repartidos en 6% para el etanol cañero y otro tanto para el maicero. A pesar de ello, Royón sin tocar esos precios, y resolvió volver al sistema anterior: la evolución irá de la mano del aumento de las naftas que establezca YPF.
Trascartón, la petrolera de bandera anuncia: aumento del 6% del precio de sus combustibles. Repasemos: nafta premium, $ 174,40; nafta súper $146,5; diesel premium $ 210,40; diedel D-500, $154,40. La explicación fue la de siempre: “la evolución de las variables que inciden en la formación de los precios de los combustibles». En criollo, aumento de insumos y servicios en dólares que YPF contrata, y que la empresa traslada al surtidor.
¿Qué pasó con los biocombustibles? Automáticamente, la Secretaría de Energía dispuso la actualización del precio de adquisición del bioetanol destinado a la mezcla obligatoria con nafta, tal era el sistema anterior, y según lo había establecido en la resolución que comentáramos al principio. Pero, con la novedad que empató el partido.
La resolución 720/22 emitida días atrás, señala que las operaciones de bioetanol cañero del mes de octubre, quedaba en $ 92,69 por litro; mientras que a partir del 1° de noviembre se elevaba a un nuevo precio de $ 112,83. Pero para el bioetanol maicero usó distinto criterio: estableció el nuevo precio en $ 112,83 a partir del 1° de octubre, pero no indicó incrementos a partir de noviembre. De esta manera, puso al mismo nivel ambos precios para ambas cadenas, la del maíz y el azúcar.
Dado que la ley permite que por situaciones excepcionales se modifiquen las relaciones de precio otorgada a una y otra cadena, la Secretaría intenta bajar el nivel del conflicto alegando la situación especial. Si pasamos los aumentos a porcentajes, veremos que mientras que al maíz fue del 5%, al azúcar fue del 22%.
Hay una situación de coyuntura agropecuaria que la Secretaría aprovecha: la zafra azucarera acaba de finalizar; y la siembra del maíz recién se está planificando y proyectando de cara a enero. Además, el cereal posee una inserción internacional que no tiene el azúcar; y los actores y precios que rodean a la cadena no son los mismos.
Más allá de algún otro manijazo de YPF de aquí al verano, cuando el maíz esté pronto a cosecharse en 2023 habrá mayores novedades y más nudos por desatar.
Fuente: Secretaría de Energía de la Nación